La Universidad de Sankore es reconocida como uno de los primeros centros de aprendizaje de la historia de la Humanidad. Su construcción es imponente, con la típica arquitectura musulmana, y fue bajo el reinado de Mansa Musa (1307-1332) y la dinastía Askia (1493-1591) que encontró su punto más álgido.

La Mezquita Sankore fue fundada en 989 CE por un erudito de Tombuctú, Al-Qadi Aqib ibn Mahmud ibn Umar. Dentro de la mezquita se construyó el centro de estudios, financiado por una mujer reconocida en el mundo musulmán por su fortuna.

Por supuesto se estudiaba el Corán y todo lo relativo a estudios islámicos, pero es destacable que se enseñaba literatura, medicina, arte, filosofía, química, lingüística, matemáticas, astronomía, historia, entre otras disciplinas. Como si fuera poco, también se enseñaban oficios como construcción, agricultura y pesca. Era tal el sistema de estudio que se cree que allí en Sankore se produjeron más de 70 mil escritos, en plena Edad Media, antes del llamado europeo Siglo de las Luces.

Alrededor de 25 mil estudiantes se habrían formado allí en su primer siglo de creación. Su ingreso y permanencia no eran fáciles, debían cumplir con muchos requisitos. Así fue como se formaron grandes académicos, que viajaron por el mundo e impartieron sus conocimientos ejerciendo como profesores por todos los caminos accesibles del momento.

Esto sucedió hace 8 siglos en África. Vemos así como la construcción del conocimiento tiene un sesgo profundamente eurocentrista. No iluminaron la Humanidad; no caben dudas de los aportes de las ciencias en los últimos siglos, pero es irrefutable el hecho de que hay conocimiento previo que no es lo suficientemente valorado. Basta con traer el ejemplo de una sola persona, Ahmad Baba as-Sudane, quien vivió hasta 1627, se formó en Sankore y escribió más de 60 libros sobre diversas disciplinas.

Hasta el día de hoy la Universidad de Sankore sigue en pie, aunque ya no funciona como el gran centro de aprendizaje que supo ser.