El ajuste trimestral del precio de los combustibles que se disponga en los primeros días de octubre sería el último que se resuelva bajo regulación oficial, ya que los precios de naftas y gasoil se liberarían a partir del primer día de 2018, según habrían confirmado fuentes oficiales. La conducción del Ministerio de Energía confía en que antes de fin de año podrá alinear los precios internos del crudo con los valores internacionales, hoy fuertemente deprimidos con respecto a los niveles de 2014 y 2015. Pero, a su vez, se transita por un proceso de caída de la producción local de petróleo, que es reemplazado en las refinerías por crudo importado. De acuerdo a las perspectivas de los especialistas, la desregulación del mercado acentuará este proceso.  

A partir de fin de año, cuando venza el acuerdo por el cual los precios de los combustibles se ajustan trimestralmente, las empresas refinadoras podrán determinar el valor de las naftas y el gasoil libremente, según informó ayer el diario La Nación en su página web, citando dos fuentes oficiales. En el gobierno esperan que esos precios se acomoden a la cotización internacional del crudo, pero a su vez trabajan en un cambio en el tratamiento impositivo para evitar que el impacto sobre el precio en surtidor no sea demasiado brusco, señala el mismo artículo. Esto es, que esperan un aumento fuerte en el precio del combustible en puerta de refinería a partir de enero próximo. 

 Según el seguimiento estadístico que realiza Oetec (observatorio de análisis del sector energético que conduce Federico Bernal), la producción de petróleo viene sufriendo una persistente caída en 2016 y 2017, proyectándose para este año un descenso mayor al 10 por ciento respecto del año previo. En las cuencas neuquina y del Golfo San Jorge, las dos principales proveedoras de crudo a las refinerías locales (explican el 89 por ciento de la oferta), la caída en los primeros cinco meses del año ya se ubicaba en el orden del 8 al 9 por ciento. Ya en 2016 se había verificado una pérdida de producción nacional de crudo de un millón de metros cúbicos con respecto a 2015, que fue parcialmente sustituida por una importación de petróleo, principalmente nigeriano, que alcanzó a 920 mil metros cúbicos, 628 mil más que el año anterior. 

 De acuerdo a los datos de Oetec, los principales importadores en 2016 fueron Axion (del grupo PAE), Shell, Oil Combustibles y Petrobras Argentina (comprada por Pampa Energía). En el primer cuatrimestre de este año, los principales adquirentes de crudo importado fueron Oil, Shell, Axion y un nuevo importador: YPF. El valor de estas importaciones, que sustituye producción local, fue de 269 millones de dólares en 2016. En los primeros cinco meses de este año ya sumaron 110,2 millones. 

 “Le quitan el subsidio al barril criollo mientras se libera el precio del combustible local y se facilitan importaciones que sustituyen producción local”, señala Bernal. “Como el crudo de Nigeria es más barato que el nacional, y además avanza la flexibilización laboral en el sector, aumenta de forma extraordinaria la rentabilidad de las petroleras integradas”, apuntó. Hasta acá, quien más se ha beneficiado es la empresa Shell (siempre en base a la información estadística de Oetec), que aumentó 18 por ciento el volumen de ventas de combustibles en el período enero/mayo de este año con respecto a 2016, en tanto YPF resignó el 8 por ciento de sus ventas entre los mismos períodos.

 Si, como señala la información del mencionado matutino, tras la liberación las refinerías suben los precios y el Estado nacional resigna impuestos para compensar el precio final, se verificaría lo que advierte Oetec: se dejará de subsidiar la producción nacional de crudo para subsidiar a los que la sustituyan por importación.