La fórmula de precandidatos que integran Juan Grabois y Paula Abal Medina, de Unión por la Patria, recibió en sus oficinas al embajador de Estados Unidos, Marc Stanley. “Un pequeño botón de muestra de cómo se defiende la dignidad nacional”, celebró el dirigente social, que antes había rechazado visitar al diplomático en la embajada por considerarlo “un ritual de sumisión”.

Según la minuta de la reunión difundida por Grabois, los principales temas abordados fueron “la estafa del FMI con complicidad de funcionarios norteamericanos, la soberanía argentina sobre los recursos estratégicos cuestionada por ciertas declaraciones de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, y el lobby ilegítimo de la ANCHAM (Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina) sobre los legisladores argentinos en temas como la ley de envases”.

Stanley afirmó que “la responsabilidad del préstamo con el FMI –otorgado durante la presidencia de Mauricio Macri y renegociado durante la de Alberto Fernández– es plenamente de la Argentina” y “reconoció como desafortunadas las declaraciones de Richardson”, que en enero último habló sin tapujos sobre la importancia estratégica de Latinoamérica para su país por sus “ricos recursos”, entre los que mencionó las reservas de litio y petróleo, la selva amazónica y el agua dulce. El embajador “se comprometió a estudiar el tema de la ley de envases”, una iniciativa para que las empresas se hagan cargo del reciclado del plástico que insertan en el mercado, y “planteó su preocupación por la situación de la pobreza en la Argentina”.

“Nosotros reafirmamos que la pobreza y la deuda externa son dos caras de la misma moneda y que existe una corresponsabilidad de Estados Unidos en el proceso de endeudamiento; que el alivio de la deuda externa es una responsabilidad moral, además de ser una cuestión justa para el Estado y el pueblo argentino”, informaron los precandidatos. También se manifestaron “en contra de todo bloqueo económico y sanciones unilaterales contra cualquier país de América Latina y el Caribe, ya que además de ser ilegal e injusto es una de las causas principales de la pobreza”, y apuntaron que “ante su desconocimiento” le entregaron a Stanley una “denuncia sobre el injerencismo de ANCHAM en la política interna”.

Otros temas tratados, según la enumeración difundida desde el portal personal de Grabois, fueron la fuga de capitales, la soberanía sobre Malvinas, la disputa por la influencia China (Atucha III y licitación del 5G), el envío de armamento de Macri a los golpistas en Bolivia, la reforma constitucional y la represión en Jujuy, y el apoyo explícito al gobernador Gerardo Morales.

Grabois celebró desde su cuenta de Twitter que haber logrado que Stanley aceptara sus “condiciones” para reunirse: “que la reunión fuera en nuestra oficina y su contenido no fuera confidencial”. “Es un pequeño botón de muestra de cómo se defiende la dignidad nacional y salimos del complejo de ‘patio trasero’”, escribió. Explicó que “los genios del lobby internacional con todos sus contactos y buenas noticias permanentes, no son ni genios ni buenos negociadores ni defienden el interés nacional” sino que en realidad “buscan ser amigos del poder y terminan siendo perritos falderos”. “Roma no paga traidores, Washington no paga arrastrados. Para establecer vínculos de igual a igual hay que hacerse respetar, desterrar cualquier vocación de colonia en la dirigencia y salir del complejo de inferioridad como argentinos”, agregó.

El pasado 6 de julio el embajador le había enviado una invitación informal a Grabois, quien le respondió con una carta pública rechazando reunirse en la embajada por considerarlo un “ritual de sumisión” y parte de “la triste historia de subordinación neocolonial”. Propuso como alternativa reunirse en sus propias oficinas, “un espacio tal vez humilde para élites pero que siendo parte de nuestro territorio nos resulta adecuado para brindarle una audiencia como precandidatos a presidente y vicepresidenta de la Argentina”. Esa fue la contraoferta que aceptó Stanley, que difundió una foto del encuentro con un escueto agradecimiento: “Gracias a Juan Grabois y Paula Abal Medina por una interesante conversación”.