La palabra "cumbia" suena, para algunos, mágica. Como si fuera el sinónimo de otra palabra: "votos".

Es el caso de Marcelo Agüero. Su cumbia acustiza los domingos de asado de las familias argentinas, y no hay un parlante en el que no hayan sonado sus himnos románticos. Agüero, la voz de Los Leales, competirá en las próximas elecciones frente a Mayra Mendoza, de Unión por la Patria, y Martiniano Molina, del PRO, que a su vez libra una interna con Walter Queijeiro, para ver quién comanda los destinos de los quilmeños. Agüero encabezará la lista 921 del Partido Autonomista.

"Yo soy peronista, pero de Perón y de Evita, no soy camporista, no soy cristinista ni kirchnerista", se define el cantante. Llegó a ser parte del armado que en la Provincia encabeza Hilda "Chiche" Duhalde, y que lleva de candidatos nacionales a Juan Schiaretti y Florencio Randazzo. Pero Agüero quedó afuera de otro nivel que no sea el municipal. “Chiche me ha dado una mano muy importante", agradece de todos modos. "Fue por ella que me puedo presentar a nivel distrital, porque si no también estaba afuera.” Y agrega, ya menos agradecido que antes: “Dicen que estamos en democracia, pero parece que no fuese así. Yo iba en la lista con Schiaretti y Duhalde, y oh sorpresa, hemos dado todos los requisitos y nos dejan participar, pero con una boleta distrital. Soy un vecino común que quiere participar de la elección y presenté todos los requisitos, no puede ser que te pongan palos en la rueda y no te dejen participar como corresponde”.

Ante la consulta de este diario sobre el porqué de los hechos, Agüero asegura que “no hay explicación”. Afirma que “nadie dice qué pasó”, y que no realizó denuncias formales “porque no tiene sentido”. “Vamos con lista distrital porque no queda otra. Es una mentira que cualquier ciudadano se puede presentar, porque el mismo sistema te lleva a que no lo logres. Si hago una denuncia capaz que me dejan afuera.”

A pesar de sus lamentos, el pasado martes fue uno de los principales organizadores del acto que el cordobés y su lista bonaerense organizaron en el municipio de Quilmes. Fue el lanzamiento provincial del peronismo antigrieta, pero antikirchnerista. El candidato se pone el traje de cantor famoso y asegura, sin dar otro argumento que su afirmación, que "la gente va a cortar boleta y voy a ganar"

En la Provincia de Buenos Aires cada vez son más los cantantes de cumbia que sueñan con ser intendentes. La movida más importante fue la oficialización de Javier "El Dipy" Martínez como candidato a intendente de La Matanza por La Libertad Avanza.

Tienen algo en común. A pesar de que se define como peronista, Agüero apela a discursos del sentido común y es amigo de las frases que circulan con mayor frecuencia en el espacio público despolitizado. Su estrategia se centra en construir afinidad a partir de sus propías afirmaciones. Una de ellas es que "las cosas las veo todos los días en la calle". 

Como todo candidato que se precie, habla de inseguridad. Sin dar nombre alguno también cuenta que está "armando un equipo de gente muy experimentada, que trabaja hace meses viendo de qué manera puede llevar adelante un sistema de seguridad que sea una tranquilidad para los vecinos”. 

Agüero nació en el Hospital Pedro Fiorito de Avellaneda y a los tres días ya estaba en su casa de Villa Itatí, en Bernal. Hijo de una familia muy humilde, dice que tuvo "una infancia feliz". Narra que conoció el estado de necesidad "pero nunca me faltó la comida porque mis padres siempre buscaron la manera de poder alimentarnos a mí y a mis hermanos”.

Los Leales

En 1985 forjó un pequeño grupo de cumbia que lo impulsaría a la fama. Junto a sus amigos Miguel Aragón, René Cejas y Jorge Carou, tomaron la cumbia santafesina con guitarra eléctrica y le dieron una vuelta de tuerca que significó un sello distintivo dentro de la movida. A los pocos meses, Los Leales debutaron oficialmente en el histórico boliche quilmeño Rimbo Tropical, ubicado por aquel entonces en la Avenida Andrés Baranda. Las presentaciones en los bailes incrementaron, al igual que el apoyo de su público. Con su primer demo como caballito de batalla, Los Leales recorrieron diversas discográficas hasta dar con Magenta Discos, donde grabaron su primer compilado llamado "Cumbia Santafesina", en 1987. Tardó sólo seis meses en convertirse en disco de oro. El resto de la historia es conocida, ya que el cúmulo de éxitos a través de los años los posicionó como uno de los grupos de cumbia más representativos del género.

"Tengo la suerte de ser una persona reconocida por la gente, ya que hace muchos años que hago música, y con los años me conocieron y saben que soy una persona honesta, transparente, y que siempre trata de ayudar", publicita. Ya no está en Los Leales sino en Los Agüero, junto a su hijo y su hermano.

Luego de vivir durante 24 años en Villa Itatí, Agüero aprovechó el envión económico obtenido con la música y se mudó al municipio de Avellaneda, donde se acercó a la política. Hoy se despacha con uno de los argumentos más replicados en el universo de la antipolítica: "Hay muchos políticos que piensan en su bolsillo y se olvida en la gente que padece". Y no da nombres ni datos.

Agüero se confía y cita una encuesta de Facebook que contó con la participación, dice sin explicar la metodología utilizada, de más de 3200 usuarios, de la página InfoQuilmes, y asegura "haber sido el más votado". Pese a ello, remarca que “no hay que creer mucho en las encuestas porque se han equivocado muchas veces”. 

De paso, se ataja "Cuando llegue la elección va a haber mucha trampa", dice, repitiendo un argumento anticipatorio, en una alusión al fradude, que en la Argentina no se produce desde la década de 1930. “Si yo no tengo los fiscales en cada mesa, me van a esconder las boletas o a tirarlas. Yo no tengo los ingresos que tienen otros, a mí me apoyan los vecinos, ellos me dan el respaldo y me fiscalizan a pesar de que no les pague, porque quieren un Quilmes mejor y más prolijo”, dice sin caer en la cuenta de su explicación contradictoria. “Le pido a la población que quiera votarme que, si no está la boleta, salga y le avise a los fiscales de mesa”, advierte.

Su queja sobre Mayra Mendoza es que le habría dicho que tenía un cargo para él pero no para sus compañeros. E informa que en 2019 eran nada menos que 70 personas.