Se acerca el 13 de agosto y Juntos por el Cambio endurece sus discursos internos para aumentar la separación entre dos visiones: el "dialoguismo" de Horacio Rodriguez Larreta y el “todo o nada” de Patricia Bullrich. En la provincia de Buenos Aires, esa confrontación se materializa en los dos precandidatos a gobernador, con Néstor Grindetti por los halcones y Diego Santilli por las palomas. Pero la profundidad de esa grieta también llega a los municipios, y en doce de ellos la temperatura sigue subiendo. No se avizoran paños fríos.

Públicamente, tanto Grindetti como Santilli han logrado evitar el encarnizado cruce de dardos que suelen intercambiar Bullrich y Larreta. De todas formas, semanas atrás el intendente de Lanús chicaneó al "Colo" a raíz de su procedencia porteña. “Yo soy bonaerense en serio, Diego no sé dónde nació”, lanzó el ex gerente de SOCMA.

A nivel municipal, el cierre de listas de JxC generó, tanto de manera premeditada como de modo intempestivo, un escenario de disputa feroz entre ambos lineamientos. El discurso de la fuerza, la firmeza, el orden y la seguridad tiñe cada palabra del bullrichismo. El consenso, el acuerdo y el equilibrio son las palabras que eligió el larretismo. Si bien los precandidatos de ambos bandos suelen repetir que el enemigo es el kirchnerismo y que luego de las PASO todos trabajarán juntos, hay expresiones que se dan durante la campaña que, a priori, podrían dificultar esa confluencia post internas.

Entre esa docena de distritos, cinco son del Gran Buenos Aires (GBA) y siete del interior. Pero más allá de esta clasificación, no hay dudas de cuál se lleva todas las luces y que ha sido noticia las últimas semanas. La capital de las batallas es La Plata, donde Julio Garro intentará renovar por segunda vez su mandato frente a la municipalidad, aunque antes deberá sortear una PASO cada vez más caldeada y con denuncias de campaña sucio de por medio.

El senador Juan Pablo Allan, senador por la octava sección, se hizo con la bendición de Patricia Bullrich y competirá contra Garro, hombre de confianza de Rodríguez Larreta. A lo largo del mes de julio este medio informó sobre cómo al actual intendente platense no pagó los sueldos de 86 empleados municipales que, según palabras del propio Allan, fueron castigados por militar o mostrar empatía con su proyecto político.

Esta situación, que aún no tiene una resolución completa, motivó que el bloque de concejales de Juntos se quebrara. Al día de hoy, y aunque falta la confirmación oficial en la próxima sesión del Concejo Deliberante, la composición del cuerpo legislativo quedó con once bancas para Garro, diez para Unión por la Patria y tres para el allanismo. La noticia es una de las más duras para cualquier jefe comunal: perdió el quórum propio.

Al calor del conurbano

Otros cuatro distritos circundantes a la Capital Federal tendrán su propia interna cambiemita más allá de que estén gobernados por miembros de la coalición. En días previos al cierre de listas, la Mesa Bonaerense del PRO mantuvo reuniones con las últimas esperanzas de los intendentes de poder convencer a las autoridades partidarias de que en los 22 distritos gobernados por la fuerza política amarilla haya unidad en el candidato local e ir pegados a ambos precandidatos a gobernador. Eso no prosperó.

Con las negociaciones consumadas, uno de los distritos que materializó una interna picante es San Miguel. Al oeste del conurbano, el municipio es gobernado por Jaime Méndez desde 2016, cuando el intendente elegido, Joaquín de la Torre, dio el salto a la gestión provincial de María Eugenia Vidal.

De la Torre es el jefe político del distrito. La propia lista de Méndez manifiesta ese control, ya que el primer candidato a concejal es el hermano del actual senador provincial: Pablo De la Torre. Esta es una de las principales críticas del rival que Larreta decidió interponer ante las pretensiones de los halcones, Max Perkins.

Ex funcionario de la Capital Federal, Perkins criticó que el distrito “cerró la gestión a dos familias, ya que pasaron siete elecciones donde varían siempre los mismo apellidos”. “Hoy lo único que hace el municipio es administrar recursos que se bajan desde el Gobierno provincial y nacional”, señaló a medios locales.

Hace unas semanas, Rodríguez Larreta aterrizó en San Miguel y cuestionó la política local en materia de seguridad y espacios públicos. “El centro comercial no está cuidado, muchos me decían mirá la vereda”, contó el alcalde porteño. La respuesta de De la Torre no se hizo esperar y avisó que desde el espacio bullrichista “no son tibios” y, pidiéndole a Larreta que baje su precandidatura, lo llamó “inspector de veredas”.

Otro territorio halconista donde el Jefe de Gobierno de CABA decidió plantar un candidato es en Lanús, el municipio que comanda Néstor Grindetti, precandidato a gobernador de Bullrich. Ante su partida, el también presidente de Independiente decidió que su sucesor sea Diego Kravetz, pero el larretismo optó por apoyar a Ignacio Moroni.

“Vamos a elegir entre los que quieren violencia y los que queremos tranquilidad”, publicó en sus redes Moroni, en clara alusión a los conceptos que se pregonan desde el ala más dura de JxC. Además, el recuerdo que prima en la retina lanusense es el de Kravetz deteniendo un ladrón portando un arma y un chaleco antibalas.

Grindetti y Kravetz en un acto en Lanús. Foto: Twitter @NestorGrindetti

Pero la modalidad de generar un combate en distritos gobernados por el PRO hace, por lo menos, dos períodos, también fue parte de la estrategia de Bullrich. Lo hizo en Tres de Febrero, donde Diego Valenzuela está al frente de la intendencia desde 2015. Allí, a pocas horas de que finalice el plazo para la presentación de listas, propios y extraños se enteraron de que Gustavo Spalletti competiría en la interna con el sello de la ex ministra de Seguridad.

Lo paradójico es que Spalleti había sido hasta poco tiempo antes, ladero de Valenzuela. De todas formas, no sorprende su rol, ya que en 2015 fue concejal por el Frente Renovador y en 2019 acompañó al candidato de Hugo Moyano. También supo apoyar a Juan Manuel Urtubey y a Roberto Lavagna, por lo que en el distrito se lo percibe como la decisión de Bullrich de querer mostrar presencia en un municipio profundamente larretista. En todo momento Valenzuela se inclinó por Larreta y Santilli.

El radicalismo tampoco pudo escapar a los candidatos del bullrichismo. El caso emblemático es el de Gustavo Posse en San Isidro. Quien fue intendente 24 años decidió que su hija Macarena sea su sucesora luego de que él decidiera compartir la fórmula provincial con Diego Santilli. “No es bueno que una familia se perpetúe en el poder”, señaló públicamente Ramón Lanús, el hombre de Bullrich de cara a la interna contra el histórico dirigente boinablanca.

Lanús es concejal desde 2021, cuando llegó  desde la lista comandada por Facundo Manes. Hace unos días denunció “campaña sucia” con una serie de fotos y videos en sus redes y apuntó directamente a la gestión municipal de San Isidro. Y ésas no fueron todas las críticas. A las reiteradas menciones sobre las falencias en materia de seguridad, el precandidato halcón declaró públicamente que “San Isidro tiene 6000 o 7000 empleados municipales. De alguna manera, también se va teniendo injerencia en la Justicia”.

Gustavo y Macarena Posse, en san Isidro, junto a Gerardo Morales. Foto: Twitter @GerardoMorales

El fuego llega al interior

Uno de los casos que comenzó a evidenciar cuanto crujía la alianza cambiemita fue Bahía Blanca. Su actual intendente, Héctor Gay, siempre se mostró más cercano a Larreta, hasta que de un día para el otro se pronunció a favor de Bullrich y lanzó como candidata a la senadora provincial Nidia Moirano.

Este cimbronazo llevó al larretismo a tener que tomar una decisión poco esperada. Optó por Andrés De Leo, senador de la Coalición Cívica, para arrebatarle el distrito al bullrichismo. Pero el cierre de las listas motivó acusaciones desde la UCR local, que apuntó directamente contra el legislador lilito y allegados a Diego Santilli por “proscribir” la lista de la dirigente radical Elisa Quartucci. Así, el partido centenario llamó a “no jugar” en las elecciones a nivel local y sólo apoyar la precandidatura del titular de la UCR Nacional, Gerardo Morales.

Una de los ataques más fuertes de Bullrich al larretismo llegó hace unas semanas durante su visita a Junín. El distrito es gobernado por Pablo Petrecca, hombre del Jefe de Gobierno de la Ciudad y que va por su tercer mandato. El juninense siempre se manifestó en contra de las internas, pero esta vez deberá vencer a su ex secretario de Seguridad, Luis Chami.

"Luis había tenido una etapa en la que había logrado un control porque estaba todo el día en la calle, haciéndose cargo de eso, y hoy la situación está muy descontrolada y es necesario volver a controlarla", disparó la ex ministra macrista. La respuesta del petrequismo no tardó en llegar, y el concejal Rodrigo Esponda señaló que "cuando uno va a los distritos donde gobiernan sus amigos, tendría que ser un poco más responsable en sus declaraciones”.

El propio Petrecca, con ánimos de sostener su concepto de “equipo”, remarcó que “la comunidad no va a perder, por una aventura personal, ocho años de trabajo”. Chami tampoco se quedó callado en estos días y fue al hueso: “Es una ciudad que hay que volver a poner de pie porque por el afán del intendente por ir hacia ámbitos nacionales o provinciales hizo que esté abandonada.”

Al escenario de ex funcionarios que compiten contra su ex jefe como en Junín, hay que sumar la situación de Olavarría. En el principal distrito de la séptima sección, el actual intendente, Ezequiel Galli, deberá sortear en la interna a su ex Jefe de Gabinete, Dalton Jáuregui, quien se alzó con la bandera bullrichista de cara a las PASO del 13 de agosto.

En el medio de denuncias por corrupción a funcionarios de la municipalidad por venta de terrenos en complicidad con la policía, Galli afrontará la interna contra el hombre que en 2017 dio el salto a la provincia y asumió como senador premiado, según los pasillos de la Cámara Alta, por su rol al frente de la crisis institucional que se desató en Olavarría tras el recital de Carlos ‘Indio’ Solari donde fallecieron dos personas. “Se obsesionó con el poder”, describe Jáuregui a su ex conductor.

Hombre de Cristian Ritondo, presentó a la vecinalista Andrea Coronel como primera candidata a concejal y Juan Zyla como segundo, conformando la unidad de los seguidores de Bullrich. Más allá de las intenciones del ex ministro de Seguridad de Vidal sobre que exista una única lista halcón, el titular de la UCR Provincia, Maximiliano Abad, logró que Marcelo Spina, dirigente radical olavarriense, también lleve la boleta de Bullrich.

Ezequiel Galli quiere repetir en Olavarría. Foto: Twitter @ezequielgalli

Si hay que hablar de ex, Hernán Bertellys en Azul tiene el antecedente más notorio. En 2015 asumió la intendencia de la mano del Frente para la Victoria, pero al poco tiempo dio el salto a Cambiemos apadrinado por Ritondo. Su imagen se fue desdibujando, se peleó con su principal aliado, Alejandro Vieyras, y hoy sólo cuenta con un concejal de los 18 que tiene el municipio.

De todas formas, irá por la reelección, pero tendrá doble interna. El larretismo decidió jugar con Natalia Colomé, la dirigente vecinalista alineada con el intendente de Olavarria. Tuvo una gran elección en 2021 y se quedó con dos bancas en el Concejo Deliberante. Desde el bullrichismo, no sólo irá Bertellys como candidato, ya que Ramiro Ortiz también se hizo con la boleta. Bancado por Jorge Macri, Joaquín De la Torre, y con la hermana de Matías Almeyda de candidata a concejal, tiene como objetivo desbancar al actual intendente.

En la segunda sección, Patricia Bullrich se hizo con los servicios políticos del clan Passaglia. Manuel, actual jefe comunal de San Nicolás, fue uno de los principales armadores de Diego Santilli en 2021, pero esta vez se puso al hombro el desarrollo territorial de los halcones y logró colocar candidatos en otros distritos.

El caso más conflictivo fue el de Ramallo. En marzo, los Passaglia ya incursionaron en el territorio gobernado por el larretista Gustavo Perie, que irá por la reelección. En aquellos días, sellaron un acuerdo con el club de fútbol Defensores de Ramallo para que la municipalidad de San Nicolás fuese el sponsor. Finalmente, lanzaron como candidata a Cecilia Giammaría, directora de Obras Públicas de la localidad gobernada por Passaglia. “Yo la soberanía no la negocio” declaró en medios locales Perie, y anticipó que no cederá “ni un milímetro de mi ciudad para San Nicolás”.

No se quedaron quietos y fueron por otro distrito, uno más identificado con Larreta. Así, en un trabajo conjunto con Patricia Bullrich, Jorge Josifovich y Sergio Bocanera competirán en la interna de Juntos por el Cambio en Pergamino contra Javier Martínez.

El radicalismo también deberá transitar una interna álgida. Es el caso de Coronel Pringles, donde el ex intendente Aldo Mensi se alzó con la bandera del bullrichismo y pretende desbancar a Lisandro Matzkin, el radical-vecinalista alineado con Rodríguez Larreta.

En una encuesta virtual de un medio local, Mensi lidera la intención de voto en la interna, lo que fue replicado por el propio dirigente como una señal de triunfo ante Matzkin. El actual jefe comunal fue víctima de críticas cuando hace pocas semanas quiso prestar las instalaciones del municipio para que se presente un libro negacionista. Debió suspender la actividad allí.