En los últimos cinco años, la demanda de litio se triplicó a nivel global, mientras que la de cobalto avanzó un 70 por ciento y la de níquel, un 40 por ciento. Gracias a esta dinámica positiva de la demanda y los altos precios, el tamaño del mercado de estos minerales se duplicó en el mismo período, alcanzando los 320 mil millones de dólares el año pasado. Se trata de los "minerales críticos", un término al que más vale acostumbrarse, de acuerdo a los datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Por detrás de este boom está la transición energética. En particular, la electrificación del transporte y la necesidad de otorgar estabilidad de oferta a las energías renovables intermitentes, como la solar y la eólica, que requieren de potentes baterías que acumulen energía, para lo cual se necesitan enormes cantidades de estos minerales. Naturalmente, esto suscita necesidades, oportunidades y peligros.

Por un lado, los países centrales y las potencias emergentes que se disputan la hegemonía tecnológica tienen proyectos de exportación de autos eléctricos y de sistemas de baterías para renovables y enormes mercados internos, los cuales deben atender asegurándose el recurso natural, que se ubica en el mundo en desarrollo.

Los países emergentes, como la Argentina, enfrentan una oportunidad de negocios, de generación de recursos fiscales, divisas y de empleo, siempre que el Estado participe de la renta minera y que haya un buen desarrollo de las cadenas locales de valor. Al mismo tiempo, se multiplican los conflictos ambientales, anclados usualmente en la disputa por un recurso tan central como el agua.

En la Argentina, hay cinco proyectos en distintas etapas avanzadas de construcción, que se sumarían en el corto y mediano plazo a los tres que se encuentran en producción: Salar de Hombre Muerto (Catamarca), Salar de Olaroz (Jujuy) y Salar de Cauchari-Olaroz (Jujuy). El sector despierta atracción pero también rechazo, como quedó demostrado en las últimas manifestaciones que tuvieron lugar en Jujuy.

De acuerdo a las estimaciones de la AIE, los compromisos de descarbonización asumidos por los países implican una duplicación de la demanda actual de minerales críticos para 2030, mientras que de acuerdo al escenario de emisiones netas cero para 2050, la demanda de minerales críticos crece tres veces y media para 2030, alcanzando más de 30 millones de toneladas.

Números del boom

De acuerdo al informe de la AIE, las ventas de coches eléctricos aumentaron un 60 por ciento en 2022, superando los 10 millones de unidades. En tanto, los sistemas de almacenamiento de energía que permiten estabilizar la oferta de energía provista por las renovables que sufren la intermitencia (solar y eólica) experimentaron un crecimiento aún más rápido y las adiciones de capacidad se duplicaron en 2022.

"Las instalaciones de energía solar fotovoltaica continúan rompiendo récords anteriores y la energía eólica está lista para reanudar su marcha ascendente después de dos años moderados. Esto ha llevado a un aumento significativo en la demanda de minerales críticos", indica el reporte.

El avance en la demanda se tradujo en un fuerte movimiento inversor en el sector de minerales críticos, con un aumento del 30 por ciento en 2022, sobre otra suba del 20 por ciento en 2021. "Las empresas especializadas en el desarrollo de litio registraron un aumento del gasto del 50 por ciento, seguidas de las que se centran en el cobre y el níquel", indica la Agencia, al tiempo que detalla que "las empresas con sede en China casi duplicaron su gasto de inversión en 2022".

El gasto en exploración también aumentó un 20 por ciento en 2022, impulsado por un crecimiento récord en la exploración de litio. Canadá y Australia lideraron el camino de la inversión en exploración, con un crecimiento interanual superior al 40 por ciento. "El litio se destacó como un claro líder en las actividades de exploración, con un aumento del gasto del 90 por ciento", dice la AIE.

En el sector de baterías, desde 2021 se ha producido un fuerte aumento de las actividades de inversión en los primeros eslabones de la cadena, en pos de asegurar el suministro. "Contemporary Amperex Technology Co. Limited, el fabricante de celdas de batería más grande del mundo, ha hecho de la adquisición de activos minerales críticos un elemento central de su estrategia. Otros ejemplos incluyen la inversión de 650 millones de dólares de la General Motors en Lithium Americas y el plan de Tesla para construir una nueva refinería de litio en los Estados Unidos", indica el informe.