Tras el hallazgo de la avioneta que había desaparecido el 24 de julio, esta mañana se reanudaron los operativos para desenterrarla. La aeronave fue encontrada ayer en un pantano del delta del Paraná, en una zona a 40 kilómetros de la localidad bonaerense de Zárate, que había sido sobrevolada alrededor de 50 veces. La nave estaba bajo el agua. Nada se sabe aún de los tres ocupantes.

Esta mañana, helicópteros, buzos tácticos, efectivos de Prefectura y de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) trabajan en la zona para extraer los restos de la avioneta Mitsubishi matrícula LV-MCV y continuar con la búsqueda de los tres tripulantes, que hace 27 días habían despegado del aeropuerto de San Fernando con rumbo a Formosa. 

Las tareas comenzaron a las 7 con la presencia de la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien se trasladó en helicóptero desde el aeropuerto de San Fernando hasta el hasta la isla del Delta, en un brazo del Paraná Guazu, donde fue encontrada la avioneta. Los restos se hallaron a unos 40 kilómetros en línea recta desde la localidad bonaerense de Zárate, en una zona que ya "había sido sobrevolada" 50 veces por los grupos de rescate que participaron de los operativos.

Al momento del hallazgo, a la aeronave sólo se le veía la cola y, según trascendió, muchas veces el agua llegó a cubrirla por completo.

A pesar del hallazgo, todavía se desconoce el paradero del piloto, Matías Ronzano, de 30 años; su copiloto Emanuel Vega, de 25 años y el pasajero era Matías Aristi, de 37 años, hijo del dueño de la empresa Aibal SA, propietaria del avión. Fuentes de la investigación apuntaron que la búsqueda de los tripulantes "puede demandar varias horas o incluso días". 

La pareja de Ronzano, Anyi Barbero, pidió que le envíen "buenas energías" para estas horas decisivas. "Que aparezcan sucios, barbudos, hambrientos, pero que aparezcan", había insistido la mujer a los pocos días de la desaparición de la aeronave.

Del operativo participan el Guardacosta 78 Madryn de la Prefectura Naval Argentina (PNA), que cuenta con 10 tripulantes que se ocuparon en primera instancia del balizamiento de la zona para permitir el trabajo de la Junta de Investigaciones de Accidentes Aéreos y de la posterior remoción de los restos.

El avión turbohélice bimotor salió el 24 de julio a las 14.30 del aeródromo de San Fernando con un plan de vuelo por el que estimaba llegar a las 18.30 a la terminal aérea de la localidad formoseña de Las Lomitas, donde la familia Aristi, dueña de la aeronave, tiene campos, que estaban bajo la supervisión de Matías.

Seis minutos después de haber despegado y tras recorrer apenas 17 kilómetros, la avioneta desapareció de los radares del aeródromo de San Fernando y los aeropuertos Jorge Newbery y Ezeiza, aunque todo el instrumental había sido revisado en San Fernando antes de partir. Desde entonces no hubo más indicios de su rumbo. Para la ANAC, habrían tenido un “accidente”, del que no se supo más hasta este sábado.