Los salarios de los trabajadores registrados públicos y privados que releva el Ministerio de Trabajo a través del Ripte tuvieron en julio un alza de 7,4 por ciento, poco más de un punto por encima de la inflación registrada en el mes. El aumento interanual de los salarios de los trabajadores estables, de 118,39 por ciento también superó a la acumulada del año hasta julio que acumuló 113,45 por ciento. Se trata de la última foto previa a la devaluación del 20 por ciento del tipo de cambio oficial que realizó el gobierno en agosto l día después de las PASO, y su efecto de traslado a precios.

Para julio 2023, el salario promedio de los puestos de trabajo formales del sector privado y del sector público nacional, provincial y municipal ascendía a 324.997,28 pesos. El mismo acumula un crecimiento del 7,41 por ciento respecto al mes anterior ubicándose 1,1 puntos porcentuales por encima de la inflación (6,34 por ciento). En julio del 2022 la cifra era de 148.811,85 pesos, lo que implica una suba de 118,39 por ciento en todo el año. Si bien el aumento también estuvo por encima de la inflación del periodo, de 113,45 por ciento, las tres cifras son una muestra de la aceleración nominal que sufre toda la economía argentina.

"Estos datos demuestran que los salarios registrados, en su conjunto y a pesar del elevado nivel de inflación, logran acompañar la variación de precios, sin perder en términos reales.", celebraron desde el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, el Ripte no refleja la situación de todo el espectro laboral. Ni siquiera lo hace fielmente con la evolución de los salarios del empleo registrado privado. Es que las características metodológicas elaboradas en función de los objetivos que persigue el indicador - fue elaborado como un insumo para determinar la movilidad jubilatoria, ya que es uno de los dos indicadores salariales que utiliza el índice de movilidad jubilatoria, plantean un conjunto de definiciones sobre el empleo y los conceptos salariales, que no incluyen a la totalidad del empleo asalariado registrado privado ni a todos los conceptos salariales que perciben. 

El Ripte se define como la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia y que han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses. Entre las definiciones metodológicas más importantes del Ripte, el propio Ministerio de Trabajo enumera las siguientes: los salarios evaluados son los correspondientes a los puestos de trabajo con una antigüedad de trece meses o más. Es decir, se excluyen las remuneraciones de los nuevos empleos. Además, considera los salarios de los puestos de trabajo del sector privado y del sector público nacional, provincial y municipal que hayan transferido sus cajas previsionales SIPA. 

Solo cuantifica los componentes remunerativos del salario (imponibles al sistema de seguridad social). Y tiene en cuenta el monto salarial hasta el tope imponible definido para los aportes personales al sistema de seguridad social. De este modo, es factible que en distintos periodos de tiempo, un indicador típico para evaluar los salarios como el promedio salarial del empleo registrado privado presente variaciones diferentes al indicador.

La foto de julio, de todas formas, quedó vieja a la luz de los movimiento de precios en agosto tras las elecciones presidenciales: la devaluación del tipo de cambio oficial tuvo un efecto inmediato en los índices de inflación, que las consultoras la ubican por encima del 10 por ciento. De esa forma, los ingresos habrán sufrido un impacto en su poder de compra.

Asimismo, el índice de salarios que mide el Indec y discrimina la evolución de los  registrados y los no registrados, deja en evidencia el retraso del ingreso de los trabajadores informales en la carrera contra la inflación. A junio (último dato disponible, el de julio se publicará el 27 de septiembre), el ingreso de los trabajadores no registrados aumentó 77,4 por ciento interanual, 37 puntos por debajo de la inflación.