Danelo Cavalcante, un brasileño de 34 años que cumplía una condena por homicidio en una prisión estadounidense, protagonizó a fines de agosto una fuga digna de película de acción: se escapó del centro de detención trepando las paredes en forma horizontal, se escondió en la selva, y estuvo 2 semanas huyendo de la policía. Este miércoles, con un operativo también cinematográfico que incluyó 500 agentes, perros, drones, helicópteros y un avión con un arma infrarroja, fue apresado en una zona boscosa de Pensilvania.

El mes pasado, Cavalcante había sido condenado a cadena perpetua por matar a su exnovia delante de sus dos hijos en 2021. Pero el 31 de agosto, apenas una semana después de ser sentenciado, el joven logró fugarse de la prisión en la que estaba detenido --ubicada en el condado de Chester, unos 50 kilómetros al oeste de Filadelfia--, mediante una ágil maniobra que le permitió escalar las paredes y saltar la cerca de alambres de púas que rodeaba al centro de detención. 

La policía -con un operativo apoyado por el FBI y los US Marshals, especializados en la búsqueda de fugitivos- estuvo dos semanas siguiendo los rastros del brasileño, cuyos pasos fueron capturados en más de una oportunidad por cámaras de seguridad. Este domingo, la fuerza anunció que el hombre había cambiado de aspecto: se había afeitado la barba y el bigote con los que aparecía en la foto de búsqueda difundida inicialmente.

Esta semana, la operativo para dar con el paradero de Cavalcante adquirió un nuevo giro, después de que el este robara un rifle en una vivienda de South Coventry, unos 50 kilómetros al noroeste de Filadelfia. Según informó el teniente coronel de la policía del estado de Pensilvania, George Bivens, el brasileño se metió al inmueble durante la noche del lunes y robó un "rifle 22 que se encontraba en el garaje". El propietario de la casa, sorprendido por el ladrón, le disparó en su huida, aparentemente sin herirlo.

"Cavalcante está armado y es extremamente peligroso", había advertido la policía tras notificarse del robo, por lo que pidió a los habitantes de la zona tomar precauciones. Varias escuelas decidieron cerrar sus puertas y muchos vecinos también optaron por mantener bajas las persianas de sus viviendas.  

Las fuerzas policiales, en tanto, desplegaron vehículos blindados y equipos de intervención rápida (SWAT) e instalaron barricadas en carreteras, mientras controlaban la circulación de autos. 

Becki Patterson, director ejecutivo de la granja Lundale, una explotación agrícola de esa zona, definió la búsqueda, que incluyó helicópteros, como una cacería. "Es una cacería humana. Es realmente lo que está pasando. Solo fuerzas policiales caminando por nuestra propiedad", una zona boscosa de arroyos y puentes y rincones de todo tipo, explicó.

La madre de Cavalcante, que vive en una zona rural de Brasil, dijo al New York Times que no le sorprendía que su hijo fuera capaz de escabullirse de las autoridades, como hizo en Brasil tras presuntamente matar a un hombre. "Su formación fue su sufrimiento", declaró Iracema Cavalcante al periódico, en referencia a la pobre educación que recibió su hijo. 

Este miércoles, finalmente, Cavalcante fue encontrado en una zona boscosa, al norte de la prisión del condado de Chester, a través de una “señal de calor” detectada por un avión de la DEA que estaba ayudando en el operativo de búsqueda, que contó con más de 500 efectivos. 

El teniente coronel Bivens, quien dio detalles del momento de la captura, dijo que cuando Cavalcante fue sorprendido intentó “arrastrarse entre la espesa maleza, llevándose su rifle mientras avanzaba”. Debido a las dificultades del terreno, los uniformados enviaron tras él a un perro policía, llamado Yoda, que finalmente logró detener al fugitivo, que vestía un buzo robado de los Philadelphia Eagles.