Juan Carlos Schmid habla con cadencia de tanguero. Piensa cada respuesta y se preocupa en no extenderse mucho. El triunviro de la CGT que habló en la marcha del pasado martes recibió a PáginaI12 en la sede que su gremio, Dragado y Balizamiento, en el barrio de Barracas. Critica el gobierno de Mauricio Macri aunque sin vehemencia, reconoce que Cambiemos se vio respaldado en las PASO pero señala que en nada morigera las consecuencias negativas del modelo económico y, por lo tanto, están justificadas las protestas callejeras. De todas formas, y a pesar de ese análisis, insiste en que un paro general sólo será resuelto por el Comité Central Confederal de la CGT “porque debe ser una responsabilidad colectiva”. Para ello habrá que esperar hasta el 25 de septiembre. 

–¿Qué evaluación hizo de la movilización del martes pasado?

–Desde el punto de vista de una central obrera creo que se demostró que somos un actor de peso en la política argentina. Muchos señalan que esto es político y claro que es así porque es una manifestación de un sector de la sociedad. Fue un signo vital de la CGT con toda la dificultad que tiene.

–La criticaron como una movilización con mucho aparato moyanista y que tuvo menos gente que la del 7 de marzo pasado.

–Sí, obviamente que aquella tuvo una magnitud mayor. Ahora, estuvo UPCN, la Uocra, el sector de Obras Sanitarias y una multitud de otros sindicatos que están en otras expresiones del gremialismo y que no forman parte del moyanismo. De modo tal que creo que hubo un trabajo de mucha construcción para convocar a todo el mundo y de eso hablo cuando digo que no hay que ir a lo ciego a la protesta social. Acá nadie toca el pito y vienen al pie.

–El gobierno rechazó la movilización y la consideró desacertada porque dijo que ustedes no tomaron en cuenta el resultado de las PASO.

–Creo que a este y a cualquier gobierno le debería preocupar que el conflicto le vaya ganando la calle más allá del proceso electoral. Nadie está desconociendo que hay un núcleo importante de la sociedad que le ha dado un espaldarazo. Eso no se puede ignorar pero los problemas sociales están a la orden del día. Le doy tres ejemplos: los jubilados no llegan a fin de mes. La caída del consumo y los bajos salarios se puede afirmar que uno de cada tres argentinos tampoco llega a fin de mes. Y por último, la intervención de los sindicatos. Toda esta descripción seguirá estando después de las elecciones a menos que se modifique el trazado económico.

–Pero si uno de cada tres no llega a fin de mes, ¿por qué Cambiemos recibió tantos votos?

–No hay un solo factor que lo explique. Obviamente el económico no ha sido el más importante, al menos hasta ahora. Hay una mezcla de interpretaciones que me dan algunas pistas. Este es un gobierno de la derecha democrática y un experimento novedoso donde todavía hay muchos intentando decodificarlo. El gobierno de Macri no ha privatizado nada como en los 90. Buscó otras formas pero no privatizó. Pero cuando señalan que no tocan los amortiguadores sociales y que incluso los aumentaron y transparentados, entonces reconocen que el programa económico no está dando resultado.

–Igual el gobierno se siente envalentonado.

–El gobierno creo que hace muy mal en sentirse envalentonado. Mire, en la época de la Roma imperial, cada vez que venía un general triunfante alguien le pegaba con una rama de olivo y le decía: no te olvides que sos mortal. Los que están en la Casa Rosada deben recordarlo porque los dueños de la decisión, de la voluntad popular somos los que estamos fuera de esa casa. Por eso deben generar otro clima para el entendimiento. El año pasado llamaron al diálogo y nos pareció acertado tratar de aprovechar ese espacio para encontrar respuesta a los problemas profundos de la Argentina. Tuvimos un costo político pero esos hombres (los dirigentes sindicales) que estaban en la foto son los mismos que hoy le pusieron al gobierno la agenda social al tope. Ellos cumplen su rol y nosotros el nuestro que es representar los intereses de los trabajadores.

–Entonces, vamos de nuevo: ¿Están dadas las condiciones para ir a un paro?

–Las razones de la agenda social están intactas, creo que son razones de peso para protestar. Ahora, usted una vez me preguntó cuándo vamos a pasar a la ofensiva, y yo reflexiono: ¿Qué es pasar a la ofensiva? Hacer paro todos los días, hacer una movilización cada 20 días. Creo que lo está requiriendo, más allá de la protesta que surge en la base que muchas veces no tiene toda la información de la conducción, es el armado de una estrategia porque el gobierno va a estar dos años más. Por lo tanto tenemos que armar una serie de acciones que nos permitan encontrar una alternativa frente a todo eso. Porque si hacemos todas las protestas y se termina votando como se vota no se puede cargar la romana a la central obrera.

–¿Cuál cree que debe ser es estrategia?

–Si parte de la estrategia es la alternativa política, creo que hay que edificarla porque hoy no está. Cuando se dice que mucho de esto tiene que ver con la confusión y la dispersión en el campo del peronismo, esto es definitivamente cierto porque de lo contrario habría un ordenamiento diferente. Ese plano lo tienen que elaborar otros actores y no nosotros.

–¿Cómo está el triunvirato?

–Es el resultado que se gestó a lo largo de dos años de negociaciones y conversaciones. No es novedad cuando  que cada uno venimos de experiencias distintas y se logró esta unidad como la única forma posible de caminar esta suerte de transición. El estatuto dice que tiene que haber uno y yo, que vengo de arriba de los barcos, creo que es mejor que haya uno. Ahora, esto es lo posible. Todas las dificultades, operaciones que gesta el gobierno, porque decían que esto estaba roto y que la marcha no se iba a hacer. 

–Pero hay dirigentes en el Consejo Directivo que cambiaron la marcha por el paro.

–Eso lo va a definir el Confederal que es el órgano más igualitario. Habrá que escuchar las opiniones porque no puede ser que le descarguen toda la responsabilidad al triunvirato sabiendo que llegamos para unificar. Eso lo saben todos: gordos, flacos, independiente, dependiente, peronistas y de izquierda. 

–¿La unificación de la conducción en una sola persona mejoraría la CGT?

–Se abrirá el debate hacia el futuro y habrá que verlo. Si se mantiene el tironeo de todas las vertientes aunque pongan a Mandrake al frente no podrá contener a todos. Pero siempre fue así con algunos cerca del gobierno y otros en contra.

–¿Se puede estar al lado de este gobierno?

–Creo que tenemos que romper ese blanco o negro y ser lo que somos: laburantes. Tenemos que representar y demandar los problemas de los trabajadores.

–Pero Macri dice que son el sindicalismo antiguo, del siglo pasado.

–Somos el sindicalismo que tiene este país y la organización más importante de toda América. Es muy raro ver en el mundo paros generales y esa particularidad la tenemos nosotros. El paro es un hecho político de peso. Somos el sindicalismo argentino que no atrasa. 

–Los que se oponen al paro lo justifican diciendo que no hay que inmiscuirse en el proceso electoral. ¿Es así?

–No puedo perder de vista esa observación pero no la comparto porque en mi caso particular no estoy embanderado detrás de ninguna candidatura. Yo voto en Santa Fe y me gustaría que gane el peronismo.

–¿Entonces va a votar a Agustín Rossi?

–Voy a votar al peronismo. El lo sabe además y me pondré a disposición.

–¿Considera que el peronismo se puede unificar alrededor de Cristina Kirchner?

–Es algo tan incierto. No me parece bueno cambiar las denominaciones porque eso confunde, más allá del papel de Cristina. Me da la impresión que hay que retomar lo histórico porque la mayoría de la gente no lo entiende porque son hijos de la democracia y también hijos del proceso del kirchnerismo. 

–Insisto una vez más, ¿habrá paro?

–Lo discutiremos en el Confederal. Me atengo a lo que anuncié porque debe ser una responsabilidad colectiva.