En la ciudad de La Plata, un grupo de fotógrafos profesionales todavía cree en la materialidad de las fotografías. Por eso, acaban de lanzar “La colectiva”, un distribuidora de fotolibros independientes que busca difundir la producción fotográfica bonaerense y liberar a los artistas de los porcentajes que suelen llevarse los medios tradicionales. “El mundo editorial de los fotolibros tiene muchas problemáticas. No hay casi industria y los costos del papel son muy caros. Lo que notamos es que quienes logran publicar, generalmente de forma autogestiva, se encuentran luego con un circuito de revendedores, tiendas y librerías que se quedan con un porcentaje grandísimo de ganancia. Entonces, decidimos organizarnos para cerrar este proceso, que ya inicia de forma independiente, con una distribución colectiva”, afirma Jerónimo Rivero, fotógrafo platense, periodista y miembro fundador de La Colectiva.

"Posverdad" registra la situación de los cartoneros en la periferias urbanas.

Apostar por el papel

Como el resto de las artes, la fotografía puede verse, en ciertos casos, beneficiada o condenada por las nuevas tecnologías. La cantidad de imágenes que vemos constantemente en redes sociales como Instagram implican otra forma de consumo que las que se encuentran en el pequeño e inaccesible circuito editorial de los fotolibros.

“El circuito de distribución para los fotolibros es muy precario, supremamente precario. De hecho, nosotros creemos que somos la primera distribuidora de América Latina, en el sentido de que más allá de que tenemos una tienda online donde vendemos, llevamos nuestros libros para que otros espacios de venta los tengan, incluso en librerías tradicionales. Ahora, el circuito de venta es muy específico. En Buenos Aires tenés tres o cuatro tiendas presenciales donde venden fotografía, no mucho más. Así, el libro como objeto termina perdiéndose. Nosotros buscamos ampliar ese circuito”, dijo Rivero.

Diego Chapay, Gustavo Ciancio, Martín García Olivares, Rubén Romano y Jerónimo Rivero son los cinco fotógrafos radicados en La Plata que componen el equipo de La Colectiva. Si bien el espacio nació con el objetivo de difundir sus trabajos, los creadores aspiran a abrir sus puertas con un foco curatorial centrado en artistas bonaerenses. Así, en su página web ya puede encontrarse disponible el trabajo de artistas como Sara Facio, Helen Zout, Rafael Calviño, Leonardo Mariño, Jorge Aguirre y Ataúlfo Pérez Aznar.

Uno de sus fotolibros.

Por una fotografía social bonaerense

”Los libros que queremos promocionar en La Colectiva son ensayos seleccionados. Todos comunican una idea, una mirada del mundo. Creo que en los tiempos que corren eso está más que bien. Por otra parte, el espíritu es colectivo. Queremos difundir la fotografía platense, argentina y latinoamericana en un espacio hecho para autores y por autores porque no hay nadie mejor que uno mismo para defender lo que uno ama”, explicó el fotógrafo Martín García Olivares sobre el espíritu colectivo de la distribuidora y su foco curatorial.

García Olivares tiene publicados en la distribuidora los libros “(Des) esperar”, “Posverdad”, y “AM”. Todos son proyectos fotográficos y editoriales independientes con un fuerte carácter político. Así, (Des) esperar es un libro dedicado a las madres que acuden al ANSES en situación de extrema precariedad para obtener la AUH, Posverdad registra la situación de los cartoneros en la periferias urbanas y AM, la vejez y el abandono.

La reflexión formal también ocupa un lugar importante en la selección curatorial de La Colectiva. Gustavo Ciancio, otro de los fundadores, tiene publicado en el espacio el libro “Bahía”, dedicado a la ciudad costera de Bahía Blanca y realizado en su totalidad con la técnica estenopeica. “La técnica me permite desarrollar un tipo de mirada completamente diferente a la mirada tradicional de la fotografía escapándome de la reproducibilidad literal de la realidad, que es algo que no me interesa”, explicó Gustavo Ciancio. Además, adelantó que su segundo libro, que ya tiene un lugar asegurado en La Colectiva, estará “fuertemente marcado por cuestiones políticas”.

La búsqueda formal y la mirada social convergen en el trabajo de Rubén Romano, que publicó en La Colectiva “Katináj” y “Nopeyak Wo”, dos libros dedicados a las comunidades indígenas del norte argentino. Se tratan de proyectos que surgieron hace treinta años, que nacen de una colaboración con la antropóloga Silvia Barrios que duró más de quince años y que están dedicados a la espiritualidad de los pueblos originarios. En relación a su búsqueda formal, Romano afirmó: “En Nopeyak Wo indago sobre el carácter cuántico de los rituales Wichi, que se experimentan incluso en la vida cotidiana: el diálogo con los moradores o guardianes de las plantas y con los ancestros de los chamanes. El resultado fue una serie de imágenes hechas en doble exposición con una cámara fotográfica analógica, en colaboración directa con el chamán. Son imágenes obtenidas con un solo rollo de película en donde las imágenes superpuestas establecen un diálogo absolutamente coherente, potenciando lo que sería el mensaje de cada imagen en forma individual”.

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A futuro

A días de su lanzamiento, los fundadores de La Colectiva se muestran entusiasmados con su proyecto y buscan darle fuerza a su red de distribución nacional. Sin embargo, eso no les impide soñar en grande. Cuando se le preguntó a Jerónimo Rivero sobre la posibilidad de ampliar el alcance a todo el continente, él afirmó: “Esa es la segunda etapa, digamos. La primera, es hacer fuerte nuestro territorio, armarnos desde aquí porque de aquí van a salir los libros. Después, sí hay una perspectiva, una mirada, que es muy latinoamericanista. El fotolibro, la fotografía por diferentes razones, tiene muchas vinculaciones en América Latina. La potencia de la fotografía para reflejar realidades está muy presente en muchos fotógrafos latinoamericanos y ahí nos sentimos hermanados”.