Una docena de organizaciones de la sociedad civil expresaron su “preocupación ante el tono y el contenido violento de algunos discursos políticos y piezas audiovisuales preparadas por los partidos políticos y difundidos en el contexto de la campaña electoral”, en una nota dirigida a las autoridades de la Cámara Nacional Electoral, el director Nacional Electoral y a los apoderados de los partidos que participan del proceso electoral. El texto de la misiva solicita a “que cada uno desde su competencia exhorte a todas las fuerzas políticas a cumplir los términos del Código Nacional Electoral y del Reglamento para el Debate Presidencial, para establecer límites a esta escalada de agresiones y garantizar un intercambio democrático”.

“Las elecciones libres, un ritual fundamental de la democracia, se desvirtúan por la imposición creciente de figuras asociadas a la destrucción, la aniquilación, la persecución, la desaparición y el enterramiento del adversario. En actos y spots políticos se ostentan herramientas de alto poder destructivo como motosierras encendidas, autos que atropellan a máxima velocidad y se propone el encarcelamiento dirigido, en una escalada en la que se desdibujan los límites entre metáfora y amenaza”, describe la nota.

El texto lleva las firmas de autoridades de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ); Amnistía Internacional Argentina; el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC); Democracia en red; el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA); la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN); la Fundación Huésped; Fundación Poder Ciudadano; Fundar; Instituto Auschwitz; Memoria Abierta; y TECHO Argentina.

Las organizaciones de la sociedad civil llevaron su preocupación ante las autoridades encargadas del control del proceso electoral. “Nos dirigimos a ustedes para expresar que, como organizaciones comprometidas con la democracia, estamos alertadas por el tono y contenido violento de algunos discursos políticos y piezas audiovisuales preparadas por los partidos políticos y difundidas en el contexto de la campaña electoral, donde predominan figuras de aniquilación física y/o política de los adversarios con quienes se compite a través del voto”, dice otro de los párrafos de la nota enviada a las autoridades de la Cámara Nacional Electoral, que integran su presidente Alberto Ricardo Dalla Via, su vice Santiago Hernán Corcuera y el juez de cámara Daniel Bejas; al director nacional Electoral, Marcos Schiavi; y que se hizo extensiva a los apoderados de las distintas fuerzas políticas.

El texto también hace una referencia histórica sobre la violencia política desde a recuperación democrática, que fue rechazada por la sociedad, pero que hoy reaparece. “Hace 40 años, frente a una multitud, un candidato prendió fuego a una corona fúnebre adosada a un ataúd pintado con los colores y la sigla de un partido político al que se oponía. Esta acción fue ampliamente rechazada, porque resultaba antagónica con la disposición mayoritaria de la sociedad de dejar atrás la violencia como parte de la contienda política”, sostiene la nota y agrega: “A pesar de que con los años se institucionalizaron ciertas reglas para la conducta de las y los candidatos, hoy esta escena sería una más entre la multiplicidad de imágenes que evocan la muerte física o política de los adversarios”.

“La escalada en los términos violentos del debate electoral no es ajena al contexto discursivo general de los últimos años, en el que se fueron corriendo estos límites y se habilitaron expresiones de crueldad no sólo en relación con adversarios políticos sino con movimientos sociales, sectores vulnerables, periodistas, sindicalistas, empleados públicos, entre otros”, agrega el documento de las organizaciones sobre el contexto actual. Y advierte sobre sus consecuencias: “Hace solo un año, en medio de la exacerbación de los discursos tuvo lugar el intento de magnicidio contra la Vicepresidenta de la Nación. Evitar las expresiones que presentan la destrucción de otros como deseable es también una forma de contener la violencia social y política”.