Nuevamente, mostrándose correcto en sus formas, buscado no elevar el tono, con anteojos calzados para leer buena parte de sus intervenciones y no salirse del guión. Y nuevamente, redoblando la apuesta de su discurso violento, como anticipó en el programa de Mirtha Legrand que se grabó el viernes y se emitió anoche. Con estas formas y con este fondo Javier Milei se preparó para el segundo debate presidencial. 

Lo de las formas de "gatito mimoso", según la imagen que instaló Myriam Bregman en el debate enterior, es uno de los ejes del armado discursivo del candidato de ultra derecha. "El tiene una base grande ya ganada y en el debate necesita ampliarla, hablarle a otro público que no es sólo el que lo votó. Si gritaba en Santiago del Estero, todos ustedes (por los periodistas) iban a hablar sólo de eso. Nosotros queríamos que se hablara de las propuestas, más que del modo en que él las dice", insisten en su equipo. "Hacer oír más sus ideas que su tono" es el eje de la estrategia que le saca a Javier Milei la motosierra para las fotos del debate, aunque venga implícita en las afirmaciones que hace. La incógnita es, en todo caso, lo que ocurrirá en las preguntas cruzadas, que dejan más margen para alguna reacción no pautada, como ocurrió en el debate anterior con la pregunta de Massa sobre el Papa ("¡Es un comunista", insistió en la mesa de Mirtha Legrand). 

Javier Milei salió del primer debate sintiéndose ganador. Cree que logró "polarizar con Massa y desnudar las falencias de Patricia Bullrich", describen en su entorno. En la previa al debate que fue la mesa de Mirtha --"servida" en todo sentido para él, sin repreguntas de la anfitriona ni de otras personas invitadas al ágape, ya que el candidato rechazó la propuesta de la producción de sumar periodistas-- atacó sin embargo con mucha más dureza a Bullrich: "Es una montonera tirabombas que tiene las manos manchadas de sangre, recibió una indemnización como terrorista"; ¿sabe por qué no hizo nada enfático con lo de Insaurralde? Porque el candidato que tiene en Lomas de Zamora fue durante diez años la mano derecha de Insaurralde", le dedicó. Elige polarizar, antes que con Massa, con quien visualiza en picada, allí donde cree que puede ir a pescar votos. 

Aseguran que no hizo simulacros. Pero sí tuvo encuentros con quienes lo asesoran en cada uno de los temas que se tratarán: Victoria Villarruel, en seguridad, como hizo en el otro debate en el tema derechos humanos. También esta vez, se espera que las afirmaciones que lo muestre más "duro" sean en este área, con un ojo puesto en Bullrich, con quien habrá una suerte de competencia de durezas. 

En trabajo, lo asesoró el ex macrista Gustavo Morón, quien fue superintendente de Riesgos del Trabajo del gobierno de Mauricio Macri, y ya fue anunciado oficialmente como secretario de Trabajo de un eventual gobierno de Milei. 

También otro ex macrista, Miguel Angel Punte, que llegó a la función pública como secretario de Empleo durante la gestión de Triaca, pero antes fue director de Recursos Humanos de Ternium Siderar, una de las firmas del Grupo Techint. Punte es un ferviente defensor de la "uberización del trabajo" y dejó una frase que se recuerda de su paso por la función pública: “La posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema. Como en el organismo lo es comer y descomer”. 

También la ex referente de la UCeDe Capital y licenciada en "Ciencias para la Familia" por la Universidad Austral, Sandra Pettovello (ya lo había asesorado en salud en el debate anterior). Va en la lista de diputados de La Libertad Avanza por la Ciudad de Buenos Aires, y su nombre suena como eventual titular de la cartera de "Capital Humano" del organigrama que plantea el libertario.  

En cuanto al área de Medio Ambiente, que es el tema agregado por el voto de la ciudadanía, desde su equipo no dan precisiones: "se está preparando con los especialistas del espacio en la materia", dicen sin dar a conocer los nombres. Milei es conocido como acérrimo negacionista del cambio climático. Sobre este y otros temas dejó un anticipo en la cena con Legrand: "Siempre hay que ir contra el Estado. Es una asociacion criminal, una suerte de mafia organizada", marcó el rumbo.