Israel siguió concentrando tropas el domingo frente a la Franja de Gaza en vistas de una invasión al enclave palestino, donde los bombardeos desencadenados tras la ofensiva de Hamas contra su territorio ya dejaron más de 2.600 muertos y un millón de desplazados. Las tropas israelíes esperan la orden política de pasar a la acción para cumplir con el objetivo de destruir a Hamas, que gobierna Gaza desde 2007. Mientras tanto continúan los bombardeos "a gran escala" sobre la Franja y en las últimas 24 horas atacaron más de 250 objetivos de la organización terrorista, matando a otro comandante de la organización.
A la espera de una decisión política
El Ejército israelí había pedido el viernes a los civiles del norte del enclave desplazarse hacia el sur "sin demoras", pero un vocero de la fuerza aseguró el sábado por la noche que la ofensiva terrestre no empezaría el domingo por razones humanitarias. Las decenas de miles de soldados israelíes apostados alrededor del enclave esperan una "decisión política" que les indique cuándo empezar la ofensiva terrestre, dijeron los voceros militares Richard Hecht y Daniel Hagari.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas israelíes, el general Herzi Halevi, afirmó ante las tropas concentradas en las inmediaciones de la Franja de Gaza que entrarían pronto en el enclave y lo harían "para ganar". El jefe de las Fuerzas Aéreas de Israel, el general Tomer Bar, anunció que sus aviones están facilitando las condiciones para la intervención por tierra y que adoptarían "una aproximación agresiva" para garantizar que sus militares pudieran "actuar con eficacia durante una operación por tierra", en declaraciones recogidas por el diario Haaretz.
El Ejército israelí comunicó este domingo que mató en Gaza a Billal al Kedra, un mando de Hamas responsable del ataque al kibutz de Nirim, cerca del enclave palestino, donde murieron al menos cinco personas según la prensa local. El día anterior anunció la muerte de otros dos mandos militares de Hamas, quienes, según el Ejército, eran algunos de los responsables del ataque letal del 7 de este mes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitó el sábado a las tropas apostadas cerca de Gaza y avisó que la ofensiva aún está lejos de terminar. "¿Están preparados para lo que está por venir? Va a continuar", declaró Netanyahu en su arenga a la tropa. El Ejército israelí ya realizó incursiones en el enclave, donde halló algunos "cadáveres" de los rehenes secuestrados.
Los comandos de Hamas, una organización catalogada como terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, capturaron a 155 personas que mantienen como rehenes. Pero el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, aseguró que "las políticas y acciones de Hamas no representan al pueblo palestino". En una conversación con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, Abbas dijo que la Organización para Liberación de Palestina (OLP) es el único representante de esa población, según la agencia de noticias palestina WAFA.
"Una catástrofe humanitaria inédita"
En Gaza los bombardeos mataron hasta ahora a 2.670 personas, entre ellas más de 700 niños, según las autoridades locales. La directora del organismo de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), Juliette Touma, dijo que alrededor de un millón de palestinos abandonaron sus casas en la Franja de Gaza debido a los bombardeos y que "la cifra probablemente subirá".
La Unrwa afirmó que una "catástrofe humanitaria inédita" se está produciendo en Gaza. "Ni una gota de agua, ni un grano de trigo, ni un litro de combustible fue autorizado a entrar en Gaza en los últimos ocho días", afirmó Philippe Lazzarini, jefe de la Unrwa. Israel anunció este domingo que restablece parcialmente el suministro de agua a la Franja de Gaza, luego de cerrar las tuberías el lunes pasado, aunque no está claro que el alcance de la medida pueda aliviar la grave crisis humanitaria.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que su país trabajaba con la ONU y naciones de Medio Oriente "para garantizar que los civiles inocentes tengan acceso a agua, alimentos y atención médica". Biden también aseguró a Mahmud Abbas su "pleno apoyo" en sus esfuerzos por llevar ayuda humanitaria, "especialmente en Gaza".
El mandatario estadounidense advirtió a Israel que volver a ocupar la Franja de Gaza sería un "gran error", aunque defendió el derecho del Estado judío a ingresar en el enclave palestino para eliminar a los combatientes de Hamas.
La ayuda humanitaria, procedente de varios países, se acumula en la frontera de Egipto con la Franja. Egipto controla la única entrada a Gaza que no está bajo dominio israelí, el paso fronterizo de Rafah que este domingo permanecía cerrado. El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió el acceso inmediato de la ayuda a esa pequeña franja de tierra sometida a un bloqueo israelí desde 2006.
El papa Francisco afirmó en su tradicional oración dominical del Ángelus que era "urgente y necesario garantizar corredores humanitarios y socorrer a la población" de la Franja. Miles de residentes huyen desde el viernes hacia el sur entre ruinas y con sus pertenencias apiladas apresuradamente en remolques, carros, motos y autos. Pero la parte meridional del enclave es también blanco de bombardeos según los habitantes y sus hospitales están desbordados.
Riesgo de escalada en la región
La situación en Gaza preocupa tanto por su aspecto humanitario como por su potencial de provocar un conflicto regional. La Liga Árabe y la Unión Africana afirmaron en un comunicado que una invasión de la Franja "podría desembocar en un genocidio de proporciones inéditas".
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Husein Amir Abdollahian, advirtió por su parte que "nadie podrá garantizar" el control de la situación si Israel invade Gaza. EE.UU. brindó un apoyo inquebrantable a Israel, pero expresó a la vez su preocupación por la situación en Gaza y teme que el conflicto se propague.
Washington envió dos portaviones al Mediterráneo oriental "para disuadir acciones hostiles contra Israel", anunció el sábado el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, alertó sobre un posible "involucramiento directo" de Irán.
Irán es el enemigo número uno de Israel y apoya al movimiento libanés Hezbollah, que dijo el viernes estar "preparado" para unirse a Hamas cuando haga falta. La tensión crece en el sur de Líbano, fronteriza con Israel, donde un cohete impactó este domingo el cuartel general de los cascos azules de la ONU.
Hezbollah y las tropas israelíes cerraron una semana de escaramuzas fronterizas que dejan al menos 16 muertos en ambos países. Entre otras acciones Hezbollah reivindicó cinco ataques con misiles, a los que el Estado judío respondió con artillería y bombardeos, como viene ocurriendo en los últimos días en medio de una de las peores escaladas entre las partes desde la guerra librada por ambos en 2006.
Un periodista de la agencia de noticias Reuters murió y otros seis reporteros de ese medio, de AFP y Al Jazeera, resultaron heridos el viernes en bombardeos en la zona. "Si Hezbollah elige el camino de la guerra, pagará un precio muy alto", dijo el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
Lejos de calmar las aguas, el también comandante del Mando Sur de las Fuerzas de Defensa israelíes planteó: "Esta es una guerra de los hijos de las tinieblas contra los hijos de la luz. Esta será una guerra masiva, será una guerra mortal, será una guerra precisa y será una guerra que cambiará la situación para siempre".