Postura 1: es un balotaje parejo, en el que habrá pocas diferencias, la derecha se va a reagrupar después del primer estallido y todo está por verse. Postura 2: Sergio Massa está con una ventaja sustancial, el pacto Mauricio Macri-Javier Milei dejó al libertario sólo aliado a los más duros, perdió el voto moderado y, además, exhibió un desequilibrio emocional que lo aleja de ser confiable. Estas son las dos posturas que tienen los consultores en campañas electorales y encuestadores. Hay una primacía de los más cautos, porque recién transcurrió una semana desde la elección general. Y eso es lo que se piensa también en el equipo de Massa: “empate técnico, por ahora”, analizan. “La clave está en nuestro mensaje a los que no nos votaron, por lo que tenemos que hablar de tres temas: corrupción, seguridad, democracia. Ahí estará lo decisivo”. Página/12 habló con diez de los consultores más conocidos de la Argentina.
El candidato antisistema
“Las chances son equivalentes. Ganará el que no cometa errores -diagnostica Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM)-. La competencia vuelve a polarizar entre dos extremos: de un lado, el candidato que representa a los partidos tradicionales; del otro, el candidato antisistema, que va contra la casta. En casi todos los países, la pulseada se ha venido resolviendo en favor del desafiante y sus diatribas contra los partidos, los economistas chorros, el sistema de medios y los valores tradicionales. En ese marco de equivalencia, Massa necesita dinamitar su vínculo con el gobierno que termina y la infraestructura política que lo llevó a la victoria. Milei necesita capitalizar lo que consiguió hasta ahora. Casi sin equipos ni logística propia, con indigencia de ideas, Milei se ha visto forzado desde un principio al abrazo del oso de una centro derecha hoy deshecha, con líderes desprestigiados después de una derrota inapelable. Pero reitero, las chances son equivalentes por lo que se ve en los balotajes en nuestra región”.
Massa llega con ventaja
Para Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública, “todo indica que Massa tiene ventaja. Está llegando a este match point con la ventaja inicial de siete puntos y como yapa el desposicionamiento de la campaña de Milei. Él tenía un concepto central que generaba mucha aceptación: llamaba a poner fin a la casta política. Con eso llegó al 30 por ciento del electorado. El pacto con Macri lo desubica. Pero partamos de una idea tradicional de la Argentina: hay 40 por ciento de peronistas y 40 por ciento de anti-peronistas. La clave entonces pasaría al 20 por ciento del medio. Milei tiene un camino muy difícil para convencer a este segmento que es más temeroso, más racional y que le tiene bastante miedo. Massa, en cambio, transita con cierta comodidad por lo que él llama la ancha avenida del medio”.
Ojo con lo emotivo
“Yo veo dos planos: el político y el emotivo -diagnostica Hugo Haime de Haime y Asociados- En el político, se ve a Milei planteando kirchnerismo vs antikirchnerismo, tomando la consigna de Cambiemos. Del otro lado, Massa también plantea que la Argentina cambie, con un eje de gobierno de unidad nacional. En este plano hay gente que nunca votaría a un peronista o a un kirchnerista o a un populista. Pero están los del medio, que pueden ver mejor lo planteado por Massa”.
“Yo insisto con la cuestión emotiva -redondea Haime- Massa es un dirigente profesional, que ya se sabe que va a estar y está muy activo. Y del otro lado se ve a un Milei con muchos problemas para expresar ideas, se molesta ante lo mínimo, se pone nervioso. Va a estar en juego cuánto pueden confiar los argentinos en alguien que por un hecho menor, puede llegar a desestructurarse. Eso va a pesar”.
La polémica del acuerdo
Para algunos consultores, el acuerdo Milei-Macri fortaleció al libertario. El análisis tácito es que La Libertad Avanza (LLA) estaba muy débil, golpeada por haber salido segundo, sin estructura ni dinero. Desde esa óptica, Macri-Patricia Bullrich salieron al rescate y le dieron vida, impulso.
La otra mirada es que Milei se desdibujó y, sobre todo, se quedó con los sectores más duros, en lugar de buscar a la franja más moderada, que suele desempatar estos desafíos.
Derecha profesional
Eduardo Fidanza, de Poliarquía es muy claro y categórico, dentro de un análisis escéptico. “Mi impresión, que deberán confirmar o refutar los últimamente inciertos sondeos, es que luego de la alianza de la derecha antiperonista, entre Milei y Macri, las chances deberían emparejarse. La razón es que esa movida restituye e intensifica la tradicional e improductiva división entre pueblo y república, de la que vivieron en las últimas dos décadas Macri y CFK, pero que viene del siglo XIX. ¿Por qué se emparejarían las chances? Porque la derecha profesional terminó interviniendo a la derecha amateur, que con sus burradas no tenía chances; si Macri logra limar las asperezas libertarias y convertirlo a Milei en un republicano presentable, es posible que obtenga muchos votos. Será, al fin, una campaña del miedo: el populismo de un lado y la derecha, del otro. Los del medio, una vez más excluidos. Como las guerras, que ocurren porque los moderados son derrotados por los fundamentalistas”.
Expulsaron a los moderados
Más cerca de la otra postura está Raúl Timerman, de Grupo de Opinión. “Yo creo que la decisión de Macri y Bullrich de apoyar a Millei explícitamente y de la manera que lo hicieron, es un error serio. Han expulsado totalmente a los moderados, a los que Raúl Alfonsín llamaba los demócratas. Es decir, que a pesar de que declaren que van a ser prescindentes, en última instancia van a votar en contra del que no quieren que sea presidente, es decir Milei. En ese sentido, Millei lleva las de perder. Al principio de un balotaje, están los que apoyan al candidato que ya votaron, pero hacia el final, ya se piensa en que voto a A porque no me gusta B. El macrismo puso a Milei lejos de los moderados, que es una cantidad importante del electorado. Esto se va a ir viendo con el tiempo, es decir, día a día. Un factor fundamental es que Massa rema en una corriente muy difícil: aparece la falta de combustible, el tema de la inflación, el precio del dólar, Chocolate, Insaurralde. Ha demostrado gran vocación de salir adelante, pero son factores de importancia”.
Calmar el triunfalismo
En el equipo de Massa afirman que “lo peor que se puede hacer ahora es alentar el triunfalismo”. En esencia porque piensan que el impacto negativo del caos opositor de los primeros días no es seguro que se mantenga y, porque, si se miran bien los números hubo una mayoría que votó por el cambio. El desafío para el tigrense es insistir que él también es un candidato de cambio, incluyendo ordenar la economía, crecer, combatir la corrupción y la inseguridad. No es un discurso para la militancia, sino para los que no votaron a Unión por la Patria.
Elección pareja
“A priori, veo paridad -asegura Federico Aurelio, de ARESCO-. El peronismo se sostiene en la buena campaña de su candidato, desarrollando sus condiciones personales, el aliento del triunfo de la primera vuelta, el apoyo de gobernadores e intendentes de todo el país como ejes importantes. Milei tiene como motor la vocación del cambio con la situación compleja que transita la Argentina y, aunque algunos piensen que no, tiene importancia el apoyo obtenido de Bullrich y Macri que representaron el tercer espacio más votado. La definición de los ejes que se debatan y que va a intentar instalar cada candidato como eje de la decisión del voto, la actuación de los candidatos, la evolución de las problemáticas del país son los principales factores que van a incidir en la evolución del voto. El escenario está abierto”.
El factor personal
Con el correr de los días, apareció muy en escena el factor personal. Un Massa sereno, planteando la idea del gobierno de unidad nacional -bien visto en la mayoría de las encuestas- y recogiendo el respaldo unánime de las fuerzas que lo acompañan. No hay internas a cielo abierto. Del otro lado, se transitan tormentas, dentro de LLA y en todo el arco opositor. Pero, además, surgieron con enorme relevancia los desequilibrios de Milei, cuestiones psicológicas que pueden trascender posiciones políticas y odios y amores.
Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, lo explica así: “El triunfo de Massa en las elecciones se construyó en base a cuatro pilares. Uno, una campaña más profesional y mejor desarrollada por un candidato mejor preparado para llevarla adelante. Dos: la estructura del peronismo movilizada por incentivos materiales e ideológicos. Tres: una campaña de Milei que construyó su propio techo electoral en base a la radicalización de sus propuestas Cuatro: la división de la oposición. Pero ahora, pese a lo que digan, una parte de la oposición se juntó y se agrupa. Y ahí entran otra vez los factores políticos y personales. Unos dirán que la alternativa es continuidad o cambio. Pero otros verán el factor personal, si Milei está en condiciones de gobernar”.
Se juega otro partido
Analía del Franco, de Del Franco Consultores, pone el acento en que “el balotaje es otro partido. Massa arrancó con un gol a favor: el impacto de su victoria el domingo pasado. Para el gran público, inesperada. Pero, después, las cosas se van acomodando. Lo habitual es que en un balotaje haya reacomodamientos. Los que ocurrieron esta semana salieron de lo normal. Milei, para sus fans, sus electores, e inclusive para el resto de la población es un intransigente con la casta. Y de golpe se hace un pacto sin ninguna delicadeza sin el menor esfuerzo de hacerlo de una manera persuasiva. Eso va a tener un efecto. En nuestros estudios, percibimos que hay descontento tanto del lado de los votantes de Milei como del lado de los de Bullrich. Eso le abre la oportunidad a Massa, porque del otro lado hay electores lastimados. Yo diría que Massa debe ir ahora por lo que llamamos la ambulancia: recoger a los heridos, que están más bien en la clase media que en los sectores humildes que apoyan a Milei. Habrá que ver cómo decanta esto, pero ratifico que a Massa se le abre una oportunidad”.
¿Massa presidente?
Artemio López, de Equis, es contundente. “Massa se encamina a la presidencia. Todos los estudios muestran una supremacía entre 8 y 10 puntos respecto a Milei. No es casualidad. Es el resultado combinado de las virtudes del candidato oficialista, instalado sobre una plataforma de 25 por ciento de votos nacionales que son patrimonio de Cristina Kirchner, la política que, aún en medio de grandes dificultades, mantiene el mayor caudal de votos propios a nivel nacional. A estas circunstancias debe adicionarse ahora la traición narrativa que ha producido la ultraderecha tras el resultado de la primera ronda electoral. Esta traición supone el desarme de una trama argumental para reordenarla en sentido opuesto. La incorporación de Bullrich a LLA supone desarmar el discurso anticasta. Para mi, es una suma que resta”.
La consultora Analogías ya publicó su primera encuesta en Página/12. Su titular, Marina Acosta, lo resume así: “Vemos a Massa liderando la intención de voto, con un alto nivel de indecisos y un porcentaje razonable de voto en blanco. De forma bastante previsible, Massa está captando la tercera parte del voto de Schiaretti, el sesenta por ciento del voto de la izquierda y un cuarto del voto de Juntos por el Cambio. Tiene aún espacios para seguir creciendo. En este sentido, será fundamental cómo se de la discusión pública en este tramo de la campaña. Cuenta con ventaja porque ya demostró que tuvo la capacidad de exponer con claridad y coherencia su desacuerdo con aquellas posiciones que van contra el consenso democrático y el Estado de Bienestar. Los acontecimientos de esta semana mostraron una fuerte tensión dentro de la coalición opositora y por ahora no podemos prever ni la magnitud de esa crisis ni sus implicancias en la reconfiguración del sistema político y la definición del voto”.
Tres semanas es un trecho y hay un debate en el medio. Como era cantado, ninguno de los consultores ve que Milei arrancó bien, sino todo lo contrario. Massa, por su parte, transita un día a día agobiador, lleno de riesgos. Parece más entero para la recta final, pero la pelota está en juego.