El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, fue enviado por el presidente Mauricio Macri a Esquel, en un intento de mostrar al Gobierno con una actitud colaborativa con la Justicia en relación al caso Maldonado. Sin embargo, rápidamente Avruj dejó en evidencia que el gesto no implicaba un cambio de estrategia de fondo: estigmatizar a la comunidad mapuche y desautorizar a la familia del joven desaparecido desde el 1 de agosto.

El secretario de Derechos Humanos se esforzó hoy en desacreditar al testigo clave de la causa, Matías Santana, quien declaró ante el juez Guido Otranto que vio cómo la Gendarmería se llevaba detenido a Santiago Maldonado. “Santana es un vocero muy importante de la RAM”, sostuvo Avruj, con el propósito de descalificar el testimonio. “Matías Santana ocupa un lugar muy importante en la estructura de la RAM. Está imputado en muchísimas otras causas”, insistió.

Al mismo tiempo, el funcionario volvió a cargar contra la familia Maldonado. “No nos reciben”, lamentó. Además, reveló otro aspecto irrelevante, que alimentó el discurso violento de las redes sociales: “El Gobierno está colaborando económicamente con la familia Maldonado. El dinero es para que puedan continuar adelante con la querella y dilucidar esto”.

Avruj también se encargó de apuntar contra el fiscal Delgado, quien dio curso a una denuncia por encubrimiento contra la plana mayor del Gobierno de Cambiemos. Subido al tren de las descalificaciones, señaló como “cínico e hipócrita” el planteo de Delgado y reiteró que "no hay protección para nadie" de parte del gobierno nacional. "Es claro que estamos trabajando y ocupándonos del tema desde el primer momento, y que aparezca esta denuncia de encubrimiento con el pedido de remoción del juez no corresponde", indicó.