El consultor político y director de Zuban Córdoba y Asociados, Gustavo Córdoba, recordó este viernes en AM750 que las provincias de Córdoba, Mendoza y Buenos Aires tendrán un rol central en el balotaje y que, en esa línea, se deberá prestarle  atención al nivel de ausentismo en estas localidades en la segunda vuelta.

En diálogo con Mediodía 750, Córdoba señaló que el balotaje será “muy parejo” y que es una elección muy difícil para interpretar por las consultoras, ya que hay factores centrales, como el ausentismo, que podrían afectar de forma distinta a cada provincia.

En este punto, aclaró: "Cuando uno hace estudios nacionales soslaya estas cuestiones. Por ejemplo, no es lo mismo para Milei que en Córdoba vote el 80 por ciento que el 60 por ciento. Porque la diferencia en Córdoba a favor de Milei es tan grande que una mayor incidencia puede aumentar a favor de Milei".

Esto mismo ocurre en favor del candidato de La Libertad Avanza en Mendoza. Pero no así en la Provincia de Buenos Aires, donde para ganar Unión por la Patria debe sacar una gran ventaja y lograr una alta participación: “Massa estaría obligado a ganar ahí por más de 15 puntos para neutralizar a Córdoba y Mendoza”.

Saltar al vacío

Por otro lado, el director de Zuban Córdoba y Asociados se refirió al perfil del votante de Javier Milei y señaló algo que, a simple vista, parecería una inconsistencia: pese a saber que todo lo que propone el candidato ultraliberal implica un salto al vacío, aun así se prefiere esta opción antes que votar en blanco o a Sergio Massa.

“Se saben las consecuencias de votar a Milei. La pregunta es qué tanto les importan las consecuencias, a muchos de esos votantes. No les importa. Ahí yo veo un momento disruptivo, de reseteo de la política y la democracia”, sostuvo. Y añadió: "Se puede estar peor. El problema es el costo que vamos a pagar todos por demostrarlo".

Finalmente, advirtió que esta situación tendría que llevar al arco político a hacer una serie de cuestionamientos: “Evidentemente hay que reformular muchas cosas. Que una opción tan antidemocracia pueda ganar una elección en democracia habla a las claras de que hay una cosa que se está haciendo muy mal”.

Y concluyó: “Quizás fuimos demasiado tolerantes con los intolerantes. Hemos normalizado cosas que no deberíamos haber normalizado”.