La mirada de Santiago Maldonado nos interpela sobre su desaparición. Su foto fija se vuelve dinámica, la pregunta sobre su paradero la vemos proyectada hasta el infinito, la demanda para que aparezca ya es un clamor. Sus imágenes se multiplican. A esta altura vencieron a la invisibilidad en que pretendió sumirlo el Gobierno. El paso del tiempo y el olvido al que apostaban los pregoneros de las pistas falsas, como de repente, se detuvieron. No hay un día que pase sin que se hable de Santiago. Tampoco es posible ignorarlo. Su ausencia y presencia al mismo tiempo –ésa de cada retrato– convirtieron a su búsqueda en un acto reflejo que brota en cualquier parte. 

El fútbol y su círculo multitudinario aportan a esta construcción de sentido colectiva. Como si cada cancha se transformara en un teatro donde el drama sube al escenario. El joven desaparecido está en las fotografías, banderas, carteles, banners, camisetas. Está en las canchas de Primera, del Ascenso, de los torneos universitarios y los clubes de barrio. Está presente incluso en las notas firmadas al pie por los socios que sugieren iniciativas previas a un partido. ¿Dónde está Santiago Maldonado?, ésa, la pregunta dominante de estos días, tiene una respuesta muy nítida en ese espacio.

En el banner que recorrió el campo de juego de San Lorenzo, en las banderas colocadas en las tribunas de Banfield, Talleres de Escalada y Victoriano Arenas, en los carteles con que posaron los equipos de Temperley, Belgrano, Cañuelas, Sportivo Barracas, Ituzaingó y Claypole, también el Talento Fútbol Club de Mar del Plata o el de la Universidad de Buenos Aires. En cada rincón futbolero se interroga por Santiago. El pedido va subiendo como la marea y se contagia. Hay más actos en los que se pedirá por la aparición con vida del desaparecido. Seguirán este fin de semana y los que vengan. Y se trasladarán a otras canchas. Un grupo de socios de Banfield le pidió a su comisión directiva que en el próximo partido como local con Racing, los jugadores salgan con un cartel y que en el tablero electrónico del estadio aparezca la foto de Maldonado. Ahora esperan la respuesta del presidente Eduardo Spinosa.

El fútbol siempre ha sido un aguijón para la conciencia colectiva. Para mal o para bien. En un extremo, con la utilización del Mundial 78 por los genocidas, y en el otro, para volver a pedir una vez más por un desaparecido. Ahora en democracia. Eso es lo trágico.  

[email protected]