A dos velocidades

Por Iván López (*)

Este año está siendo testigo de una industria metalúrgica que corre a dos velocidades y que presenta múltiples heterogeneidades en su interior. Durante el primer semestre del año, la actividad acumuló un crecimiento de alrededor del 1 por ciento. Sin embargo, a medida que avanza, la industria experimenta un cambio en el viento, ralentizando su ritmo de expansión y acumulando un 0,3 por ciento de crecimiento anual, siendo negativas las perspectivas para el fin de 2023. Este fenómeno revela una realidad compleja que merece ser analizada desde diversos ángulos.

La actividad metalúrgica es un pilar fundamental en múltiples cadenas de valor de importancia para el país, lo cual implica que abarca una multiplicidad de sectores que dependen, por ejemplo, de lo que sucede con la producción agropecuaria y los productores que deciden renovar o adquirir máquinas agrícolas, de la producción de petróleo y gas que impulsa la demanda de bienes de capital, de la cadena automotriz de la cual forman parte los fabricantes de autopartes o de la cadena de valor de la construcción, minería y demás. Su impacto transversal en la economía la convierte en un termómetro confiable del pulso industrial del país. Sin embargo, a pesar de su presencia destacada en estas áreas estratégicas, el sector ha enfrentado desafíos sustanciales durante el año.

Uno de los mayores obstáculos está estrechamente vinculado al efecto que tuvo una de las peores sequías que experimentó el país, por dos motivos: mientras que el sector agropecuario es el principal demandante de los bienes fabricados por las empresas pertenecientes al rubro de la maquinaria agrícola también es uno de los principales generadores de divisas cuyo impacto negativo en la disminución de las mismas repercutió en toda la cadena industrial al dificultar la importación de insumos y equipamientos necesarios para el funcionamiento de las actividades productivas. Hagamos un doble click en estas cuestiones.

La maquinaria agrícola acumula más de un año de caídas en su producción, con disminuciones que llegaron a estar en el orden del 18 por ciento con respecto al año previo. Y si a esto se le suma que el sector representa una parte muy importante para el entramado metalúrgico, es evidente afirmar que su desempeño tiene una fuerte influencia en el promedio general del nivel de producción del sector a nivel agregado. La industria metalúrgica, desde junio, registra variaciones negativas en sus niveles de producción según lo relevado en las estadísticas mensuales elaboradas desde ADIMRA. Sin embargo, si excluimos el efecto negativo que tiene la producción de los fabricantes de partes y máquinas para el sector agrícola, la industria metalúrgica aún sostiene valores positivos en el promedio general (tomando como último dato el mes de septiembre) evidenciando la influencia que el sector mencionado tiene sobre el agregado total.

Por otro lado, la creciente dificultad en el abastecimiento de insumos y equipamientos no producidos localmente y que necesitan importarse del exterior, ha impuesto un freno a la actividad productiva de la gran mayoría de rubros metalúrgicos, efecto que comenzó a sentirse, con mayor fuerza, a partir de la segunda mitad del año donde las crecientes restricciones e inconvenientes para comprar y pagar a proveedores del exterior comenzaron a tomar mayor vigor.

Pese a estas dificultades, el resto de los sectores del entramado continúan realizando esfuerzos por mantener los niveles de actividad a la vez que existen rubros que han tenido trayectorias mucho más positivas influenciados, por ejemplo, por el creciente aumento en los niveles de producción de petróleo y gas, como así también del sector minero, tres áreas estratégicas para el país que demandan múltiples productos metalúrgicos sobre todo los catalogados dentro del sector de bienes de capital.

En definitiva, el 2023 refleja una realidad compleja, donde la interconexión con otros sectores clave y los desafíos climáticos han dejado su huella. A medida que nos acercamos al cierre del año, el sector enfrenta la tarea de sortear obstáculos para mantener su vital contribución a la economía nacional, demostrando, una vez más, su capacidad de adaptación en un entorno cambiante.

(*) Departamento de Estudios Económicos ADIMRA.

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Resultados virtuosos

Por Mara Pedrazzoli 

Mientras la actividad económica en Argentina se encuentra en los primeros ocho meses de 202 algo por debajo de los niveles de 2022 (-1,6 por ciento) y se prevé una caída del orden del 3 por ciento para 2023, la industria siderúrgica muestra resultados más virtuosos y se ubica 3 por ciento arriba de 2022. Respecto de igual período de 2019 ya está 9 por ciento arriba.

Las estadísticas de la Cámara Argentina del Acero muestran mayores volúmenes de producción en todas las producciones: en laminados terminados en caliente, la suba acumulada en los primeros cinco meses del año es del 10,6 por ciento (1.953.300 toneladas versus 1.766.500 toneladas en enero-mayo 2022); también la producción de tubos sin costura en el segundo trimestre de 2023 se incrementó 54 por ciento respecto a igual período de 2022 (188 mil toneladas vs 122 mil toneladas) y la elaboración de laminados gruesos estándar presenta un récord para los últimos cinco años en el primer cuatrimestre de 2023.

También es clave observar los resultados de operativos de las principales empresas del sector para seguir entendiendo en qué contexto se dan las negociaciones paritarias de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Al primer semestre de 2023, Siderar Argentina muestra números de desempeño positivo, según su balance publicado el 1 de agosto. Las ventas del primer semestre alcanzaron 365.992 millones de pesos, el resultado operativo ascendió a 90.219 millones de pesos mientras el neto consolidado (que incluye al operativo) arrojó una ganancia de 110.858 millones de pesos en el primer semestre de 2023. Las estadísticas productivas muestran que los laminados en caliente sostienen la producción en 2023 y los laminados en frio exhiben una mejora.

Los datos de Ternium Siderar también muestran un sostenimiento de la actividad respecto de 2022 y mejora contra 2019. Las ventas al mercado interno permanecieron en similares volúmenes promedio de 1,13 millones de toneladas entre 2021 y 2023, pero por arriba de 2019 cuando totalizaban 856.300 tonales. En cuando a la producción de laminados en caliente, Ternium Siderar tiene en 2023 el mejor dato desde 2019, después de 2022. Al respecto de los despachos de acero, la compañía expresó: “La demanda para la producción de maquinaria agrícola se ha visto afectada por el menor nivel de actividad luego de la sequía, mientras que el sector automotriz consolida la recuperación de sus niveles productivos. En el sector de la construcción, el retroceso en general de la actividad se ha visto mitigado por el dinamismo de la minería y de las inversiones en el desarrollo de Vaca Muerta”.

Por último, en el año 2022 y asimismo en el primer trimestre 2023, el Grupo Tenaris a nivel global indica mejores indicadores productivos y financieros. Las ventas en el primer trimestre del año alcanzaron un nivel récord de 4.141 millones de dólares, que representa un aumento del 75 por ciento respecto a igual trimestre de 2022, según datos de su Balance. En tanto el resultado operativo del período fue de 1.351 millones de dólares, un 179 por ciento más respecto a igual trimestre de 2022, y la ganancia operativa alcanzó 484 millones de dólares.

En este contexto, a mediados del mes pasado la UOM reabrió las discusiones paritarias luego de haber rubricado un aumento del 36,2 por ciento hasta octubre. El convenio paritario incluyó ajustes del 12,2 por ciento en julio, 12 por ciento en agosto y 12 por ciento en septiembre, acumulativos. Además, se suma la paga del refuerzo de suma fija que decretó el gobierno y fue cobrado en dos cuotas de 50.000 mil pesos el 6 de septiembre y 10.000 pesos el 30 de septiembre, a cuenta de futuras paritarias, para los empleados del sector. Recordemos que en agosto y septiembre los precios minoristas pegaron saltos del 12,6 por ciento promedio producto de la devaluación oficial aplicada luego de las PASO. Esta suba deberá ser compensada por las negociaciones que ahora inician.