E. Martínez (5): Dibu perdió la valla invicta en estas Eliminatorias y casi que no tuvo nada para hacer, dejado a su suerte (generalmente excelente) en ambos goles.

Molina (4): venía bien pero se llevó todos los señalamientos en el 0-1, cuando se empecinó en el duelo cuerpo a cuerpo con Viña que, por cierto, le valió varias arengas del público mientras ocurría. Conoció la famosa garra charrúa. Debió haber reventado pero, al fin y al cabo, la salida por abajo in extremis está dentro del margen de error propio del estilo de juego de La Scaloneta.

C. Romero (5): cuando el Cuti sale a anticipar, es ganancia asegurada. El cordobés se destacó otra vez a la hora de meter aunque no alcanzó, claro. En el 0-1 queda mal posicionado, con seis jugadores de campo (más Dibu) por detrás suyo.

Otamendi (4): arrancó pifiando un pase en ataque y terminó persiguiendo desesperadamente a Darwin Nuñez, quien definió muy mal. Ya sea por esa acción o por un plan previo, Uruguay buscó el pelotazo a sus espaldas para explotar la diferencia de velocidad entre él y Darwin. En desventaja, llamaron la atención sus pases sin destino y, para su pesar, terminó saliendo en la foto del 0-2, desacelerando -también llamativamente- a la hora de atorar a Nuñez.

Tagliafico (6): un jugador muy serio. En defensa se luce cuando tiene que cerrar, como en un cruce espectacular sobre el final del primer tiempo, tras (otro) desborde de Nuñez sobre Otamendi. Y en ataque se suma con mucho criterio aunque, por su puesto, no le sobra en ese aspecto.

De Paul (6): el (ahora) rubio sigue siendo protagonista absoluto de la mecánica de La Scaloneta. Todo pasa por él, con aciertos y errores. Sus movimientos sin pelota parecen sacados de un libreto de básquet: dinámica de lo trabajado. No sólo es el principal abastecedor de Messi sino que también lo enciende, como con el tole tole que se armó en el medio con Ugarte y terminó con el 10 agarrando del cuello a Olivera. Al rato Ugarte fue amonestado (por una patada a De Paul) y Messi lo sacó a pasear: dúo dinámico. Su valor quedó evidenciado con su salida: a partir de allí se vio lo peor del equipo.


Mac Allister 
(4): su cambio en el entretiempo no dejó lugar para interpretaciones. Lo del Colo fue muy flojo, quizá todavía acomodándose al puesto de volante central. Errático en los pases y poco puntual para la marca. Sufrió la sobrepoblación de camisetas celestes por su sector.

E. Fernández (4): el primer cambio no salía de él o Mac Allister. Zafó, aunque su primer tiempo también fue malo. Poco participativo en ataque -también porque todo pasaba basante lejos suyo- aunque sufriendo menos en defensa que el Colorado. Pasó a moverse como volante central con la entrada de Lautaro y se amigó con la pelota. De todos modos, no fue su noche, como quedó claro con una desinteligencia compartida con Julián en la que regalaron un lateral.

N. González (5): el zurdo lo da todo, como si no fuera cosa juzgada que -hoy poy hoy- heredarará el puesto de Di María. Pero quedó muy solo por su banda, con Argentina tocando por derecha. Aún así se las ingenió para sacar algún que otro córner. No llegó a tapar la llegada de Araujo en el gol pero vale la intención.

Messi (6): el crack sacó a bailar a cuanto oriental se le puso al lado en la primera parte. Un verdadero show que no sólo evidenció su exceso de energías -no jugaba desde hacía más de tres semanas- sino unas indisimulables "ganas de agarrarla y encarar", como alguna vez se escuchó durante Rusia 2018. Eso sí, no anduvo fino -para lo que acostumbra- con los tiros libres. La salida de su socio De Paul le hizo mella, debiendo retrasarse bastante y sin ser asistido como se merece.


J. Alvarez 
(4): otro exRiver que no anduvo bien en La Bombonera. La Argentina toca tan bien entre los volanes y Messi que cuando se suma la Araña, aparenta quedar un tanto a destiempo. Esta vez sufrió la soledad de su posición, como tantas veces le pasó a Lautaro.

L. Martínez (5): entró para disfrazarse de salvador y tuvo -al fin y al cabo- la más clara argentina, un cabezazo post córner que Rochet despejó. Arrancó mejor de lo que terminó. Eso sí, participó mucho.

Di María (5): el preanunciado supuesto último partido de Fideo en el país por los puntos no fue el esperado. Entró por derecha y sacó a bailar a más de uno, pero nunca encontró pase para sus desbordes.

Palacios (4): le tocó reemplazar a De Paul, a ver si aportaba algo en la generación de juego. No pudo, por lo que Scaloni probó luego con Lo Celso para acomodar el desbalanceado medio.

Acuña (-): manotazo de último momento para ver si se podía abrir la cancha.

Lo Celso (-): dejó algún que otro lindo movimiento, propio de su jerarquía. Quizá debió haber ingresado antes.