Un extraordinario Lionel Messi, autor de dos goles y colaborador en otro, fue el factor decisivo en el Camp Nou para la victoria 3-0 de Barcelona sobre la Juventus, por la primera jornada del Grupo D de la Liga de Campeones de Europa. El conjunto culé, que tuvo a Javier Mascherano en el banco, jugó acaso el mejor partido desde que es dirigido por Ernesto Valverde. Con pálidas actuaciones de Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín, la Vecchia Signora –líder en Italia y pentacampeón del Calcio– nada pudo hacer frente al poderío azulgrana. Los catalanes comparten la cima del Grupo D con Sporting de Lisboa, que derrotó 3-1 a Olympiacos de Grecia y contó entre sus titulares con Marcos Acuña, Rodrigo Battaglia y Jonathan Silva. Por el Grupo B también debutó el PSG, que despachó 5-0 a Celtic en Glasgow con Neymar-Mbappé-Cavani, el tridente ofensivo más caro del fútbol mundial y donde cada uno de ellos contribuyó con goles (ver aparte).

De salida, el equipo de Massimiliano Allegri llevó el partido a su terreno, cedió espacios y buscó la velocidad terminal de Douglas Costa y de Dybala a la contra. Barcelona sufrió el planteo de su rival, pero todo cambió en el límite del descanso. En una recuperación, Messi combinó con Dembélé, condujo desde el centro del campo, hizo la pared con Suárez y desde la línea frontal del área grande cruzó el balón ante la mirada estéril de Buffon.

En la segunda mitad, la presión asfixiante en el medio de los italianos –con Bentancur, Pjanic y Matuidi– mermó. Entonces el carácter desequilibrante de Messi fue decisivo, porque intervino en el 2-0, obra de Rakitic, quien aprovechó un balón suelto dentro del área.

De Sciglio, Dybala y Pjanic pusieron a prueba a Ter Stegen, pero el alemán respondió bien, a excepción de una salida en falso que casi se transformó en el descuento para la Juve. Pero Messi estrelló el balón en un poste y después marcó el 3-0 en una jugada colectiva iniciada por Alba y a la que Iniesta puso su sello con una asistencia magistral que la Pulga resolvió con un remate a contrapié. El astro rosarino alcanzó los 96 goles en Liga de Campeones y es el segundo artillero de la historia por detrás de Cristiano Ronaldo (105), que debuta con el Real Madrid –último campeón– ante Apoel.