Este lunes 11 de septiembre, falleció a los 77 años el diseñador y arquitecto Ricardo Blanco. Sucedió en el día del maestro, sin duda el mejor rol que desempeñó de los muchos que tomó. No sólo porque fue el gran motivador de la creación de la carrera en la Universidad de Buenos Aires, con cátedras “Blanco” de grado y posgrado en Mendoza, La Plata, Mar del Plata y Córdoba, sino por la legión de diseñadores que lo consideran su padre profesional. Famoso por su pasión y obsesión por una tipología, la silla, de las que creó más de cuatrocientas, entre ellas la famosa Plaka plegable para Indumar y la Sat para la Villa del Chocón, producida por Stilka. Además de los pupitres del Plan de Escuelas de la Ciudad de Buenos Aires y el equipamiento de la Biblioteca Nacional, y de sus numerosos libros. Miembro de número de la Academia de Bellas Artes, doctor por la UBA en el área de Diseño Industrial; profesor emérito de la FADU-UBA y creador de carreras de posgrado, entre tantos otros emprendimientos y logros, Blanco es el nombre que siempre suena y seguirá sonando al hablar de diseño argentino.