La muestra fotográfica “Lo que persiste” encuentra su razón de ser en la investigación que llevó a cabo Delia Ramírez, Licencia en Comunicación Social y doctora en Antropología (CONICET). Fueron 10 años investigando la vida rural en Misiones y  también, a lxs familias colonas,  lxs que residen en chacras yerbateras ubicadas en diferentes localidades en la provincia de Misiones, pero que su punto cumbre es la localidad de Oberá. 

La investigación comenzó cuando Delia conoció el negocio de la desforestación en la provincia de Misiones que avanza contra estas pequeñas familias productoras de yerba mate, asfixiándolas y destruyéndoles su economía, pero que a la vez, se resignifican buscando su propia manera de seguir resistiendo. Las familias colonas fueron lxs primeros migrantes en  cosechar la yerba mate. Son pequeñas productoras que eventualmente contratan mano de obra y se capitalizan cultivando yerba. Su economía es fluctuante, por esa razón no logran agrandar su maquinaria ni pueden contratar personal en época de tarefa. Aún en la actualidad persisten dentro de su comunidad y muchas veces gracias al trueque. Ramírez, cuenta que “es difícil correrse de los lugares de “clase” o encasillar a lxs trabajadorxs de la yerba mate en buenxs o malxs, sin embargo, luego de tantos años de investigación comprendí que todxs respondemos a diferentes estrategias de supervivencia en determinados contextos”, dice.

En la década del 90, con las políticas económicas del gobierno de Carlos Menem para lxs tareferxs y las familias colonas, fue muy dura su cotidianidad. Se tiende a creer que durante el kirchnerismo ambas clases mejoraron, pero lo cierto es que dichas políticas públicas fueron  dirigidas a sectores más vulnerables, como la de lxs tareferxs, pero no en recomposición del sector medio en donde estarían las familias colonas. Por eso la muestra fotográfica lleva el nombre “Lo que persiste”, porque las mismas fueron las que lucharon para no desaparecer, porque tanto en los 90, como en la actualidad,  el sistema de desarrollo económico puede eliminarlas, como cuenta la investigadora.

La pulsión de hacer fotos tuvo como disparador un encuentro que se dio con las familias una tarde de 2007, cuando Delia les regaló su tesis y la actitud inmediata de todxs fue buscarse en las imágenes. Sin embargo, en ese momento, sólo tenía fotografías de diarios misioneros. Cuando escuchó lo que hablaban sobre esas fotos, se dio cuenta lo importante que era para su tesis sumar otro tipo de lenguaje y el elegido fue la fotografía. “El lenguaje académico no es entendible para todxs, ni tampoco interesa a todxs por igual. En cambio, una imagen, sobre todo en los trabajos de campo, significa contextualizarnos dentro del mismo territorio junto a sus protagonistas, que en este caso es una investigación rural que lejos está de la academia” dice Delia. 

Las fotos  documentan la realidad cotidiana de muchas de las familias entrevistadas para la investigación. Todas fueron tomadas por la antropóloga social Ilana Reck, quien  iba leyendo la tesis de su amiga y cuando volvieron a territorio, cuenta, las mismas personas les mostraban las fotos que había que hacer. “Las familias nos entregaban las imágenes, nos mostraban sus manos, sus máquinas, sus casas, sus plantaciones, porque están orgullosos de sus vida s” dice Reck.

De momento lograron llevar a cabo esta muestra de fotos que va a estar colgada en la Casa Nacional del Bicentenario en Oberá, misma localidad donde viven y trabajan dichas familias. “Ojalá pueda ser vista y viaje a muchos otros lugares, porque nuestra intención es poder abrir un debate acerca de lo que es nuestra cultura yerbatera rural” concluye Reck. ,

 “Lo que persiste. Huellas de la agricultura colona yerbatera”, hasta el 15 de diciembre en la Casa Nacional del Bicentenario. Av. José Ingenieros y Larrea, Oberá, Misiones.