En agosto se aceleró el incremento en los precios de los servicios para las familias. Un hogar compuesto por dos adultos y dos niños requirió en agosto un ingreso total de 15.244,92 pesos para poder acceder a la Canasta Básica Total (CBT), informó ayer el Indec. Esta canasta compuesta por bienes y servicios y utilizada para establecer la línea de pobreza aumentó en agosto 1,5 por ciento contra el mes previo y respecto de igual período del año anterior registró un incremento del 22,1 por ciento, 1,6 puntos más de lo que había arrojado el cotejo interanual de julio. La aceleración de precios de esta canasta responde a mayores alzas en servicios de primera necesidad, como tarifas de electricidad y gas y alquileres, cuyo impacto pasa desapercibido en el IPC oficial por tener un menor peso en la conformación del indicador. 

 El valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que no contempla otros servicios y sirve de umbral de ingresos para que una familia no sea catalogada de indigente, se ubicó para el mismo hogar de cuatro integrantes en 6247,92 pesos, con un alza de 1,9 por ciento. Frente a agosto del año pasado, ese requerimiento de ingresos fue 20,7 por ciento superior, mientras que en julio la suba había sido de 21,5. La CBA toma en cuenta los requerimientos kilocalóricos y proteicos en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares. 

 La conformación del nuevo IPC nacional y la ponderación de sus distintos componentes dejan entrever la subestimación de algunos precios que impactan de manera más importante en el bolsillo de la población que en el indicador. Para agosto, el IPC nacional había arrojado un aumento del 1,4 por ciento contra julio. No hay datos interanuales por el apagón estadístico de los primeros meses de 2016. En lo que va del año, acumula un aumento del 15,4 por ciento. Sin embargo, dentro del desagregado se destacan los aumentos mensuales de alimentos (2,1 por ciento) y vivienda, agua, electricidad y gas (2,2 por ciento), principales gastos de las familias, junto con Salud y Educación, que tuvieron alzas de 2,5 y 2 por ciento. Pero fueron compensadas en el índice por alzas menores al 1,4 por ciento en mantenimiento del hogar (1,0 por ciento), restaurantes y hoteles (0,7) y transporte (1,1). 

 El impacto de la aceleración de la inflación sobre el poder adquisitivo y el deterioro del mercado de trabajo desde comienzos del año pasado interrumpió el proceso de reducción de la desigualdad registrado entre 2003 y 2015. Un informe del Centro de Estudios de la Ciudad (CEC) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, publicado esta semana, evidencia que en un año de gobierno del macrismo el país retrocedió a los niveles de desigualdad de 2010.