Después de construir hits a base de talento y una banda de rock conformada con los parámetros de los adultos, Koufequin se planta desde un lugar nuevo. No sólo saca su tercer disco, 3D, con una variedad de canciones que los instalan como referentes del público infantil sino que dan un salto de trampolín en las letras y armonías, como si ellos también hubieran crecido con su público. 

La banda está compuesta por Mauro Conde, en guitarra y voces, Ernesto Algranati en voces y guitarra y Leandro Gajate en voces, más Federico Castro que hace visuales, una pata fundamental de los shows en vivo y de la estética de la banda. Además tienen músicos invitados: Juani Pesce en bajo y Santiago Lacabe en batería; y deben su nombre a una especie de flauta melódica con la que experimentaban en los inicios del grupo, allá por 2005. 

El tridente que encabeza Koufequin se desempeñaba como docente de jardín de infantes en El Jardín de los Cerezos y allí despuntaron sus primeros acordes, en la Feria de Arte de la institución de Palermo de hace doce años exactos. “Nos juntábamos para intercambiar canciones y en ese momento estábamos probando, jugando con la música y este instrumento medio de juguete, medio de verdad nos sirvió de puntapié para hacer canciones nuevas para nuestros alumnos” cuenta Gajate, frontman de la banda que se viralizó rápidamente por sus temas “Tiburón Kanishka”, “Paparulo” y más recientemente, “Polenta”, canción incorporada a éste último disco que arenga a comer polenta “cuando el frío te atormenta” y lo hace desde un videoclip celebratorio de la cocina y el acto de comer en familia. Los dos primeros mencionados, con cambios de ritmo claves para el sediento cuerpecito de la primera infancia, tematizan acciones concretas y juguetonas, pero sin rodeos, como a lxs pibes les gusta, como el “pececito que se fue a nadar / andando muy contento por el mar (…) vino un tiburón y se lo comió / ¡El tiburón Kanishka!” o “un bebé chiquitito con su mamá / no paraba no paraba no paraba de llorar (…) y la mamá le dijo que Paparulo pará la estás bardeando”.

“Las canciones las componemos entre todos -dice Gajate. Uno lleva una idea y todos somos compositores así que vamos sumando entre los tres. Hablan del imaginario infantil y están arregladas como si fueran una banda de rock: tratamos de abarcar otros géneros, folclore, melódico, electrónica” y tienen reminiscencias del hardcore de los 90 y un perfume al rock nacional de los 70. A nivel textual 3D es un disco que se mueve al ritmo de sus canciones porque desde el comienzo se plantan en un avión (“El avión de Gómez”), animan a lxs niñxs a flotar, cruzar el bosque y deslizarse (Lobo, que tiene video en youtube para chusmear), pasear en bondi en “El colectivo 22” (“De Villa Crespo a Chacabuco, Camino de Cintura, también me lleva a Pehuajó”) y volar en skate atravesando el viento en “Mi skate”. El corte viene con “Polenta” y su ritmo pegadizo y bailable y sigue con las metáforas del movimiento con “En la montaña” (“La montaña es sed de libertad / vamos a escalar más alto”) y hace pie cuando hurga en las variaciones de la aparición de la luna, esa obsesión infantil de ver aparecer y desaparecer el círculo blanco a veces comido por las nubes, más grande o más chico, medio, entero o menguante. “En la laguna” es tal vez el tema más pregnante porque tiene un riff potente que se ancla en el corazón de las criaturas que hacen de Koufequin una banda para todas las edades pero sobre todo para ellxs, los verdaderos protagonistas. Este domingo 24 se presentan en Caras y Caretas y van a dar anteojos 3D para acompañar los visuales alucinógenos de la banda. ,

  

Sala Caras y Caretas: Sarmiento 2037, CABA.

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