El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió ayer a arremeter contra el líder norcoreano, Kim Jong-un, a quien calificó de loco y dijo que será probado como nunca antes. Así subió la apuesta en la escalada verbal de amenazas de los últimos días entre ambos mandatarios. 

“¡Kim Jong-un, de Corea del Norte, que obviamente es un loco que no le importa morir de hambre o matar a su pueblo, será probado como nunca antes!”, advirtió ayer Trump en su cuenta de la red social Twitter, en una velada amenaza a Pyongyang. Las palabras del magnate norteamericano se produjeron horas después de que Kim, en un comunicado publicado por los medios norcoreanos, afirmara que evalúa una repuesta al más alto nivel contra los Estados Unidos, luego de que Trump amenazara ante la ONU el martes pasado con destruir totalmente Corea del Norte, si la vía diplomática no encontraba una solución a la crisis.

Kim dijo que esa respuesta estará más allá de las expectativas de Trump, y lo trató de viejo reaccionario y mentalmente desequilibrado. En la Asamblea General de la ONU, Trump también se había referido al líder norcoreano como “hombre cohete” por su afición a probar misiles y añadió que Kim está en una misión suicida para él y su régimen. Posteriormente, el ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, dijo en la sede de la ONU que las amenazas de Trump sonaban como los “ladridos de un perro”.

La tensión se vio ayer acrecentada cuando el gobernante asiático criticó nuevamente el “intimidatorio discurso” ante la ONU y amenazó con detonar una bomba de hidrógeno en el océano Pacífico. “Ahora que Trump me insultó a mí y a mí país ante los ojos del mundo, barajamos una repuesta al más alto nivel, que estará más allá de sus expectativas”, aseguró Kim en un comunicado publicado por los medios norcoreanos. “Definitivamente domesticaré con fuego a ese ‘neulkdari mijikwang-i’ (una expresión que en coreano puede traducirse como ‘vieja bestia lunática’)”, advirtió Kim. 

Además, el líder norcoreano estima que las palabras del presidente estadounidense, que este verano ya amenazó a Corea del Norte con “fuego y furia”, justifican perfectamente la vía atómica elegida por Pyongyang. “Sus comentarios me han convencido más que asustarme o coartarme, de que el camino que escogí es el correcto y de que es el que debo seguir hasta el final”, aseguró. 

Poco después de que los medios norcoreanos publicaran las palabras del líder, el ministro de Exteriores norcoreano, Ri Yong-ho, comentó en Nueva York, donde está asistiendo a la Asamblea General de la ONU, que Kim podría responder ahora detonando a modo de prueba una bomba nuclear en el océano Pacífico. “Podría ser la poderosa detonación de una bomba de hidrógeno en el Pacífico”, dijo Ri al ser preguntado por medios surcoreanos acerca de la respuesta al más alto nivel a la que se había referido Kim en su mensaje. 

Por su parte, el gobierno chino negó ayer la veracidad de las declaraciones realizadas por el presidente Trump, quien aseguró que el Banco Popular de China había ordenado a las entidades financieras del país dejar de trabajar con Corea del Norte. “Por lo que sé, lo mencionado no es acorde con los hechos”, aseveró un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lu Kang. 

Tras anunciar nuevas sanciones contra Corea del Norte, Trump aseguró que el Banco Popular de China había ordenado a las entidades financieras del país, principal socio comercial de Pyongyang, no hacer negocios con el gobierno de Kim Jong-un, lo que supondría un duro golpe para su economía. “Estoy muy orgulloso de decirles que China, su banco central, ha ordenado al resto de sus bancos, un enorme sistema bancario, dejar inmediatamente de hacer negocios con Corea del Norte”, afirmó Trump durante un almuerzo con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

El portavoz chino de Exteriores no quiso dar ayer más detalles sobre esta información, pero reiteró el compromiso chino en implementar las  resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte. A su vez, Lu reiteró la oposición de China a que Corea del Norte lleve acabo programas y pruebas nucleares, e insistió en la necesidad de aplicar  las resoluciones del Consejo de Seguridad y buscar soluciones a través del diálogo.

Por otro lado, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó ayer que Rusia considera que renunciar a la diplomacia en la crisis con Corea del Norte podría llevar a una catástrofe mundial. “Estamos convencidos de que no hay otra alternativa a la solución político-diplomática del problema norcoreano. Cualquier otra decisión no es posible, podría provocar consecuencias indeseables o incluso catastróficas”, aseguró Peskov. Luego, Peskov admitió que en Moscú están muy preocupados por la escalada de tensión en la península coreana, en relación con el intercambio de declaraciones bastante fuertes y amenazantes. Por esta razón, agregó el funcionario: “Moscú sigue llamando a todas las partes a contenerse, con el fin de no provocar una escalada aún mayor”.