En un encuentro organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, al que fueron invitados estudiantes universitarios y jóvenes de todas las provincias, se promovió un discurso contra las políticas de Justicia, Verdad y Memoria. A las jornadas –bautizadas “Ideas 2017”– fueron convocados alumnos destacados en distintas carreras universitarias para “pensar juntos el futuro”, en el marco de una serie de debates y charlas magistrales de intelectuales extranjeros y nacionales. “Vení a escuchar las ideas que están cambiando al mundo” fue el anzuelo de las jornadas en las que varios participantes se descubrieron sorpresivamente bajo el elogio del negacionismo. 

“Nosotros vinimos (a Buenos Aires) a mitad de la semana, porque nos dieron unos talleres preparatorios en el Museo Histórico Nacional. Me resultó preocupante cómo ahí se buscó instalar una nueva perspectiva, atacando todo el trabajo que ha hecho la sociedad argentina con respecto a la memoria”, contó a PáginaI12 una de las asistentes, estudiante de Historia de una provincia norteña. 

Como ejemplo, señaló que “uno de los ejercicios fue trabajar a partir de citas aisladas de algunos de los intelectuales que iban a disertar. Una de las frases fue ‘Recordar engendra nuevos horrores’”. Esas citas debían ser asociadas con fotos del Holocausto y de la marcha en contra del fallo de la Corte Suprema para brindar el beneficio del 2x1 en el cómputo de la pena a los represores.

Otro investigador mencionó entre las frases propuestas “la democracia es la dictadura de las mayorías” y “hay que aceptar cierto grado de impunidad en pos de la paz”. 

“Me resultaron muy chocantes porque eran citas que se podían vincular con una política de despojo y de olvido”, señaló la participante.

En la difusión de las jornadas, organizadas por el ministerio a través de la Secretaría de Integración Federal y Cooperación Internacional, la cartera a cargo de Pablo Avelluto había adelantado que se trataría –entre otros– el tema de “adónde va la cultura democrática”. 

“¿Cómo saldar cuentas con el pasado, sin que esto impida avanzar hacia el futuro?”, se preguntaba el ministerio en este sentido. Luego insistía, de un modo más enrevesado: “¿Cómo evitar que el rencor por injusticias pasadas sirva de excusa para una violencia sin fin –como en Bosnia o Ruanda– y usar las lecciones de la historia para construir sociedades más prósperas y justas?”. 

Aderezado con menciones a las nuevas tecnologías, la era de la información y los avances científicos “que derriban creencias sobre lo que significa ser humano”, el encuentro fue propuesto así como parte del necesario “desafío” de abrirse a nuevas ideas.

Según contaron los alumnos que llegaron del interior, en los sucesivos ejercicios que les propusieron los moderadores consideraron “nocivas” las luchas por la memoria, e incluso esgrimieron ideas a favor de la “reconciliación” y la “impunidad”. “Los debates rondaban en torno al hecho de que recordar generaba reacciones tóxicas”, definió otra investigadora de Ciencias Sociales. 

Los preseleccionados de las distintas provincias se enteraron cuatro días antes de los temas que se tratarían en la “maratón de las ideas”. Para la selección, luego de pedirles los currículums, “nos aclararon expresamente que no se trataba de una cuestión partidaria y que no nos habían seleccionado por nuestra ideología política”, relató una de las participantes. Al inicio de las jornadas tuvieron que responder una encuesta sobre la democracia en la que les preguntaron si militaban en alguna agrupación.

En las actividades, “todo el tiempo se remarcó que estuvimos muchos años cerrados al mundo y que ahora tenían que venir intelectuales de afuera para que nos abrieran la mente”, contaron.

Ayer, día de cierre del encuentro, ya no hubo debates sino charlas magistrales. Entre las disertantes más publicitadas estuvo la psicóloga forense alemano-canadiense Julia Shaw. “Hoy les hablaré de la memoria y cómo no pueden confiar en ella”, dijo Shaw al comenzar su exposición en el Centro Cultural de la Ciencia. Shaw se autodefine como una “hacker de la memoria” y se especializa en demostrar cómo se pueden implantar recuerdos falsos en las mentes ajenas.

“Me chocó cómo desde una supuesta asepsia ideológica se están planteando cuestiones que deslegitiman la búsqueda de la verdad”, agregó una de las estudiantes universitarias consultadas. “Fue una constante la instalación de un discurso cientificista, debajo del que se iban colando otras cuestiones. Todo con un mismo tono de supuesta ingenuidad.”