El revival noventista de dólar barato, apertura importadora y deuda externa de la política económica de Macri, resucitó a algunos funcionarios de aquellos años. Domingo Cavallo participó de las jornadas monetarias del Banco Central, hoy dirigido por uno de sus discípulos: Federico Sturzzeneger. También dijo presente su sucesor en el Ministerio de Economía, Roque Fernández, quien en una entrevista señaló: “si en vez de trabajar con lo que fueron los prejuicios de la opinión pública dejamos que los historiadores revisen las estadísticas de los ‘90 y la comparen con las décadas posteriores, van a ver que sale mejor parada”. 

Aprovechando que en mi foja de antecedentes cargo con algún diploma bajo la tutela del prestigioso historiador Mario Rapoport, me permito “revisar las estadísticas” y ver cómo sale “parada” la década del noventa comparada con las posteriores. En materia de desempleo, en 1990 afectaba al 7,45 por ciento de los trabajadores y en 1999 golpeaba al 14,26 por ciento (promedio anual de EPH). Si se considera el estallido del programa de convertibilidad alcanzó al 19,9 por ciento en 2002. En la década posterior, el desempleo descendió desde esos niveles hasta el 7,8 por ciento en 2010, manteniendo porcentajes similares en los años posteriores. Es decir, costó una década dar marcha atrás con el desempleo generado en los años noventa.

En materia de inflación, la convertibilidad se puede anotar un poroto ya que se inició en un contexto de hiperinflación (+1344 por ciento diciembre 1990/1989), pasando a la deflación de 1999 (-2 por ciento) y un repunte inflacionario cuando el régimen se derrumbó (+41 por ciento diciembre 2002/2001, según el Indec). En la década posterior, la inflación alcanzó el 26 por ciento en 2010 (de acuerdo a estadísticas provinciales) y se mantiene en un nivel levemente inferior en el presente (23 por ciento agosto 2017/2016). 

Pero ello no significó que el bolsillo de la mayoría de la población estuviera mejor. Tomando en cuenta esa evolución de los precios, el salario mínimo equivalía a unos 2194 pesos de ahora en 1990, casi duplicando su poder de compra en 1999 (4267 pesos) para descender hasta 3459 pesos por el impacto de la devaluación de 2002. Pero en la década posterior casi triplica ese valor (9380 pesos en 2010), descendiendo levemente su poder de compra hasta los 8860 pesos actuales. Peor le fue a la jubilación mínima que equivalía a 4334 pesos en 1990, cayendo a 3200 pesos en 1999 y a 2594 pesos en 2002. En la década posterior alcanzó un poder de compra de 5477 pesos en 2010 hasta los 7246 pesos de hoy.

En materia de actividad, el PIB por habitante equivalía a unos 128.584 pesos de hoy en 1990, incrementándose hasta 174.886 pesos en 1999, para luego descender a 147.387 pesos en 2002, según empalmes de series de BCRA y Ministerio de Economía. Aun considerando la reestimación de la actual administración, el Producto por habitante alcanzó los 216.897 pesos en 2010 para ascender a 234.189 pesos en el último registro de 2017. 

En definitiva, tomando en cuenta los principales indicadores económicos (desempleo, inflación, ingresos y producción), la década del noventa pierde por 3 a 1 con las posteriores.

@AndresAsiain