Aunque todavía faltan casi dos semanas para las elecciones legislativas nacionales, el peronismo antikirchnerista ya empezó a tejer un armado político para reposicionarse el día después. El jefe del bloque del PJ en el Senado, Miguel Pichetto, protagonizó la última semana un raid de reuniones con gobernadores, intendentes, legisladores y algunos representantes de la CGT con miras a “reorganizar el partido”, por un lado, y aislar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando llegue a la Cámara Alta, por el otro. “Hay que generar cierto polo que pueda poner algunos límites a un gobierno que va a salir fortalecido”, argumenta ante PáginaI12 uno de los hombres que participó de esos encuentros y que da por sentado un resultado nacional beneficioso para Cambiemos. La primera señal que dará ese sector será la reunión de gobernadores peronistas en el Consejo Federal de Inversiones prevista para el 25 o 26 de octubre. Desde el kirchnerismo, en cambio, insisten en apostar a “la unidad del movimiento nacional y popular” y advierten que no todo el peronismo está detrás de la jugada de Pichetto, Diego Bossio y el salteño Juan Manuel Urtubey.

Si bien hace más de un año que existe, de hecho, la fractura del bloque justicialista en el Senado, las declaraciones que dio hace 20 días el legislador por Río Negro terminaron de cristalizar la división: “La señora, si armó un partido, tendrá un correlato en la vida parlamentaria con un bloque que tendrá que denominarse Unidad Ciudadana”, sostuvo con su habitual actitud descalificatoria hacia CFK. Esas declaraciones contaron en los últimos días con el apoyo de senadores como Rodolfo Urtubey (hermano y delegado en el Congreso del gobernador de Salta) y del ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, hoy encolumnado en el Movimiento Evita que respalda a Florencio Randazzo. 

Si bien los números finales de la composición del Senado se conocerán post 22 de octubre, en los pasillos de la Cámara alta estiman que la líder de Unidad Ciudadana tendrá entre 9 y 10 senadores y senadoras propios, mientras que el bloque del PJ quedaría con unos 18 o 20 miembros. De todas maneras, entre esos senadores que podrían mantenerse en un bloque peronista hay varios que no se consideran “anticristinistas” y que podrían apoyarla en caso de que siga siendo la mejor opción opositora para enfrentar al macrismo en 2019.

“Nosotros vamos a trabajar mucho con los gobernadores en temas presupuestarios y vamos a fijar posición con la CGT por la reforma laboral. Tenemos que cerrar filas ante la presión que se va a venir del Gobierno”, señala una de las espadas legislativas de ese espacio. La idea es articular también con el Bloque Justicialista en Diputados, que según sus cálculos podría llegar a 40 o 42 integrantes. Al cónclave del Consejo Federal de Inversiones estarán invitados todos los mandatarios, incluída la santacruceña Alicia Kirchner. La presencia o no de los gobernadores marcará el pulso de la situación interna. También se le cursaría una invitación al lider del Frente Renovador, Sergio Massa. “Si repetimos el escenario en 2019 el resultado va a estar cantado”, responden ante la posibilidad de un acercamiento político con actual candidato a senador de 1País.

Los senadores que abrevan en el kirchnerismo ven la jugada del senador por Río Negro como un intento de subirse el precio en el futuro reacomodamiento post electoral. Sin renegar por completo de la relación con Pichetto, con quien compartieron los 12 años de los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, afirman que su movida es limitada y lejos está de ser la voz de los gobernadores en la Cámara alta.

Según los senadores K el histórico presidente del bloque buscó distanciarse del kirchnerismo desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia y al mismo tiempo buscó consolidarse como el referente de los gobernadores peronistas. “Eso está lejos de ser así”, indicó un senador que supo tener muy buena relación con Pichetto. Es más, sostiene que el vínculo que generó con los mandatarios provinciales está reducido a dos o tres. Indicó que el más cercano es el riojano Sergio Casas y luego están el enterriano Gustavo Bordet y el chaqueño Domingo Peppo. Sobre estos dos últimos el legislador advirtió que mantienen serias diferencias con los verdaderos jefes políticos del peronismo local, esto es con Sergio Urribarri y Jorge Capitanich, respectivamente y el “supuesto poderío” de estos gobernadores no es tanto como pregonan. También ubica en el círculo al salteño Juan Manuel Urtubey, aunque sostiene que el salteño parece más interesado en el macrismo que en la tan mentada unidad del peronismo.

El otro dato que para el grupo kirchnerista de senadores confirma la fragilidad del rol autoimpuesto de Pichetto es la falta de relación con gobernadores fuertes como el formoseño Gildo Insfrán, Carlos Verna (La Pampa) e incluso con el tucumano Juan Manzur. “Si bien hay que ser y parecer, por ahora Miguel sólo parece”, ironizan en el sector K del Senado.

Por otra parte, resaltan que entre los senadores más cercanos a Pichetto están los que en poco tiempo más abandonan sus bancas para no volver como es el caso de Abal Medina.

La CGT

El jueves último Pichetto recibió a una delegación de la CGT que incluyó al triunvirato, Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, más cuatro de los más importantes dirigentes que integran su Consejo Directivo, Francisco “Barba” Gutiérrez (UOM), Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez (UPCN). El encuentro, que fue solicitado por la central obrera, tuvo como objetivo declamado obtener el compromiso del bloque que conduce Pichetto de no respaldar ningún proyecto que avance sobre los derechos de los trabajadores. Pero la ocasión fue utilizada también para analizar el futuro del peronismo. Los dirigentes gremiales que concurrieron al despacho del senador rionegrino representan a un sector del universo sindical pero es poderoso. Este grupo es el que optó por mantener el diálogo con el gobierno porque presagian que Cambiemos obtendrá un buen resultado electoral y ven necesaria unificar criterios defensivos en los diferentes grupos donde participan los peronistas.

Por ahora no está prevista una reunión del bloque con el otro grupo que convive dentro de la CGT. Se trata del que podría denominarse como el más contestatario que representa Pablo Moyano, un grupo de sindicatos que lo acompaña y recientemente la Corriente Federal de Trabajadores. Ahora bien, si el sector de Pichetto es considerado (y actúa) como dialoguista y se reúne con los dialoguistas de la CGT entonces no es extraño que no esté agendado un encuentro con los confrontativos de la central obrera que, dicho sea de paso, hicieron público su respaldo a la candidatura a senadores del binomio Cristina Kirchner-Jorge Taiana.