Desde Corrientes

Al cierre de esta edición, la alianza oficialista ECO-Cambiemos ya festejaba la consagración del diputado nacional del radicalismo Gustavo Valdés como nuevo gobernador de Corrientes. Con un recuento provisorio que solo alcanzaba el 23 por ciento de los votos, la fórmula Gustavo Valdés-Gustavo Canteros cosechaba el 52 por ciento de los votos, mientras que la dupla Carlos “Camau” Espínola-Eugenio “Nito” Artaza llegaba al 47 por ciento. Lejos, una tercera fórmula, encabezada por el macrista disidente Jorge Ríos Brisco, sumaba apenas un punto. Valdés, fue el delfín elegido por el saliente gobernador Arturo Colombi como continuidad de sus ocho años de gestión (16 años del radicalismo) y su alineamiento con el gobierno nacional de Mauricio Macri. Hasta acá llegaron el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, para celebrar un triunfo que intentaban mostrar como propio a apenas dos semanas de las elecciones legislativas nacionales. Radicales de otras provincias también llegaron a la ciudad de Corrientes para los festejos, como el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y el jefe del interbloque de diputados nacionales de Cambiemos, el cordobés Mario Negri. 

Avanzada la noche, el viejo y tradicional comité provincial de la UCR desbordaba de alegría y correligionarios. Banderas partidarias se agitaban sobre la céntrica calle 25 de Mayo, mientras fuegos artificiales y bombas de estruendo resonaban en el interior de la casona. Más tarde, se decidió trasladar los festejos a la costanera correntina, en busca de un escenario destacado y tradicional. Allí, cerca de la medianoche, al ritmo de bailanta y sobre el escenario, Valdés bailaba junto a Colombi, Frigerio, Peña, Negri, Morales y otros.

De todos modos, al cierre de esta edición, más allá de la victoria que difundían los voceros del gobierno provincial, Valdés no había proclamado su triunfo, ni lo habían reconocido sus rivales.  

Desde Corrientes Podemos Más, el frente liderado por el peronismo, dejaban trascender que Camau Espínola se aferraba a la lentitud del escrutinio y postergaba analizar la situación. Por lo bajo, voceros de la coalición opositora admitían que el radicalismo habría logrado su diferencia en la ciudad de Corrientes, que reúne al 30 por ciento del electorado, a lo que se sumaban resultados menos holgados del peronismo en los municipios que lograba ganar y retener. Pero aseguraban a PáginaI12: “No podemos reconocer aún algo que no conocemos, con una carga muy lenta que incluso se paraliza por largos periodos”.

La tormenta

Una intensa lluvia, que en algunos lugares de la ciudad de Corrientes incluyó granizo, sacudió la siesta provincial e hizo temer por la concurrencia de última hora a los lugares de votación, con calles inundadas después del chubasco.

Después de las 18 horas, cuando todavía había mucha gente en las escuelas ya cerradas, comenzó la disputa por los datos de boca de urna. El propio gobernador Ricardo Colombi fue el primero en anunciar una victoria –que asumía como propia– por “7 puntos de diferencia”. Desde el búnker oficialista difundieron otro boca de urna que le adjudicaba el triunfo a Valdés por “6 puntos”.

Mientras, Corrientes Podemos Más daba sus propios datos: ubicaban a la fórmula opositora que encabeza Camau arriba por “3,7 puntos de diferencia”. En el búnker decidieron desafiar el pronóstico climático y político y armaron el escenario con una gran pantalla led sobre la Avenida 3 de Abril, que lleva al puente que, cruzando sobre el río Paraná, une Corrientes con la capital chaqueña, Resistencia. 

En la Casa Rosada resolvieron terminar con el contrapunto de datos y difundieron su propia boca de urna (Fara), donde vaticinaban el triunfo de ECO+Cambiemos por “3,7 puntos de diferencia” y anunciaban que el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, partía desde el Aeroparque Metropolitano rumbo a Corrientes para sumarse a la virtual celebración. El jefe del interbloque de diputados de Cambiemos, Mario Negri, ya había llegado en un vuelo a la vecina Resistencia. Los radicales avisaban que el gobernador jujeño, Gerardo Morales, también estaba en viaje.

Los anuncios envalentonaron a los correligionarios correntinos que comenzaron a llegar a la sede histórica de la UCR para los festejos.

En Corrientes Podemos Más sacaban cuentas. “Unos 3,7 puntos del boca de urna son unos 20 mil votos, una diferencia que se pueda cerrar en el recuento real”, decían cerca de Espínola. Las últimas estimaciones antes de cerrar la votación afirman un presentismo de los electores cercano al 70 por ciento de los 810 mil habilitados para votar. A esa hora, las 21, comenzaban a conocerse resultados en los municipios más chicos, tendencias en las grandes ciudades del interior y algunas mesas céntricas de la ciudad de Corrientes. 

Desfile

Por la mañana el desfile de los candidatos por las urnas fue casi sincronizado, sin superposiciones. El candidato oficialista fue el más madrugador. Valdés llegó a votar a las 9.30 y dejó su mensaje a través de la prensa que lo abordó a la salida: “Si bien hubo muchas agresiones, tenemos que trabajar pensando en el futuro”, dijo. Se manifestó a favor de “una reforma política después de las elecciones”, que incluya el voto electrónico. Luego soltó su mensaje de optimismo sobre el resultado electoral: “Es muy probable que vengan muchos funcionarios nacionales”, para un posible festejo.

Media hora después, el candidato opositor Espínola emitió su voto. “Los correntinos van a decidir qué modelo de provincia quieren”, aseguró Camau. “Es un día muy importante para los correntinos y todos tienen derecho a emitir su voto como corresponde”, agregó en sintonía con su discurso de campaña para que los correntinos “pierdan el miedo” a las presiones del oficialismo con los empleados estatales. Poco después, su compañero de fórmula, “Nito” Artaza, lanzó una advertencia: “Esperemos que no haya problemas con la carga de datos”, sostuvo. 

El tercero en discordia, alejado de la pelea real por la gobernación, Sebastián Ríos Brisco, se quejó del inicio de la votación. “Tuvimos algunos problemas puntuales, que tienen que ver con que la boleta oficializada nuestra no llegó a algunas mesas, entonces tuvimos que pedir mesas testigo y que se suspenda la votación para que nos dejen poner las boletas”, relató Ríos, uno de los fundadores del PRO correntino. Pero las expectativas de Ríos Brisco quedaban totalmente descartadas ante la polarización entre Valdés y Espínola, una situación similar a la que se dio en 2013, cuando Camau cayó derrotado por el gobernador saliente, Ricardo Colombi, con Cambiemos aún por nacer y el macrismo apenas soñando con llegar a la Presidencia.