Una familia de los barrios periféricos de Rosario necesitó en septiembre 18.686 pesos para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vestimenta, servicios de vivienda y transporte, educación y salud, lo que representó un incremento del 2.03 por ciento respecto a junio. El relevamiento realizado por el equipo de trabajo de la diputada nacional Lucila De Ponti (Peronismo para la Victoria), junto a la sede Santa Fe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz (CESO), arrojó que un adulto rosarino necesitó gastar en septiembre 2.452 pesos para cubrir su canasta básica de alimentos y no caer debajo de la línea de indigencia. Los alimentos que aumentaron más el precio son el tomate, las galletitas, la leche y el arroz. "Más allá de las declaraciones del gobierno nacional, se sigue ratificando que el aumento del costo de vida no se detiene, y en el rubro alimentos tiene una incidencia mayor para quienes tienen menores ingresos", señaló la diputada De Ponti. En términos comparativos, el informe que elabora el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac) estimó la canasta en 25.320,10 pesos.

El informe del CESO toma como referencia una canasta de 37 alimentos armada para un consumo modesto, relevando mensualmente precios en los barrios Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo, lo que marca una diferencia con el Indec que toma una canasta de consumo pensada para la clase media y relevando precios del Gran Buenos Aires. Para el mes de septiembre, el costo de vida de las familias que habitan los barrios populares de Rosario ascendió a 18.686 pesos, esto significa un incremento respecto al mes de junio del 2,03 por ciento.

Aunque en el último informe se aprecia una desaceleración en los precios de algunos alimentos, según explicó Celina Calore, integrante de los equipos técnicos de la sede Santa Fe del CESO; en los barrios populares, las personas suelen consumir en los comercios de proximidad, sin acceder a las ofertas de los supermercados, y la falta de acceso al crédito, lo que les hace sentir más el peso de estos aumentos.

Según el informe, el consumo sigue esperando su "segundo semestre" mostrando bajas en las ventas, aunque a un ritmo menor que en los meses anteriores. La razón es que la recuperación estacional del salario, jubilaciones y asignaciones, se fue en gran parte a pagar deudas contraídas en el período previo, sobre todo por el impacto de la suba de tarifas, naftas y transporte público.

El actual Salario Mínimo Vital y Móvil (SMMVyM), equivalente a 8.060 pesos, sólo cubre el 42 por ciento de la canasta básica de una familia de referencia. En los rubros que generan mayor cantidad de empleo tampoco alcanzan a cubrir las necesidades básicas alimentarias. El jornal básico de 17.334 pesos de un obrero de la construcción no es suficiente para cubrir la canasta, debería ganar al menos 1.354 pesos más para cubrirla; esto es, al menos 10 horas diarias. El salario básico de un empleado de comercio, menos de 16 mil pesos, sólo cubre el 90 por ciento de la canasta básica familiar. Mientras que una empleada de casa particular llega a cubrir con su sueldo, 12.900 pesos, tan sólo el 72 por ciento de la canasta básica familiar armada para un consumo modesto, por lo que debería trabajar al menos 12 horas por día para cubrirla.

El aumento del costo de vida para los sectores más vulnerables también impacta negativamente sobre los programas sociales. El monto que se percibe en concepto de Asignación Universal por Hijo (AUH), que es de 1.243 pesos y sólo alcanza a cubrir las necesidades alimenticias de un niño/a menor de 4 años. Para satisfacer los requerimientos nutricionales de menores de 15 años, el monto de la asignación debería ser de al menos 500 pesos para una niña y 1.040 para un niño. El monto del beneficio ronda entre 273 y 500 pesos, cubre sólo el 20 por ciento de las necesidades alimentarias de un adulto de referencia.

En tanto, el monto del Beneficio Tarjeta Unica de Ciudadanía de Santa Fe, que ronda entre 273 y 500 pesos, y está dirigido a grupos familiares de extrema vulnerabiliad cuyo ingreso no supere el SMVyM, cubre sólo el 20 por ciento de las necesidades alimentarias de un adulto de referencia, y no alcanza a cubrir siquiera las necesidades básicas de alimentación de un infante menor a un año de vida.

En el relevamiento de precios de septiembre sobre 50 productos y 19 servicios, el Cesyac estimó en 25.320,10 pesos el monto total del gasto del consumo del hogar en Rosario, un 0,54 por ciento más con respecto a agosto. Se registraron subas en comestibles envasados, TGI, medicina prepaga y telefonía móvil. La canasta lleva 17,36 por ciento en el año. "Seguimos con un 2017 que nos genera incrementos en rubros clave, como son alimentos y servicios que a su vez generan otros incrementos", señaló Juan Marcos Aviano, director del Cesyac.