No hay que ser Julio Verne para imaginar qué va a pasar hoy cuando el reloj marque las 20.30 en la Argentina, Chile y Paraguay, que serán las 18.30 en Ecuador, Perú y Colombia. La casi totalidad de los habitantes de esos países estaremos pendientes de lo que ocurra en Quito, San Pablo, Lima y Asunción, los escenarios de la última fecha de las picantes eliminatorias. En Argentina muchos hinchas harán cuentas de lo que puede pasar con la combinación de los resultados, mientras otros harán cuentas de la tarasca que perderían si Messi compadre no nos lleva a Rusia y de la que embolsarían si el genial Lio hace que nos clasifiquemos. Lo mismo pasará en Colombia con el maravilloso/amargo Pekerman, en Perú con el extraordinario/traidor Gareca y en Chile con el fantástico/huevón Pizzi.  

Ya se sabe que todo depende de los resultados, pero los colombianos duermen un poquito más tranquilos porque la vidente Desert Tavares, que viene acertando todos los números de la ruleta universal (incluidas catástrofes y atentados varios) tiró las cartas y salió que van al Mundial. Más tranquilos están los uruguayos, que festejan con medio y medio, y los brasileños, que guardaron el mazo, entraron hace rato y tienen la gran posibilidad de recordarnos lo de “decime qué se siente”. De hecho, en las redes sociales chilenas hay un clamor generalizado pidiéndole a Brasil que vaya al bombo para que entren ellos y nosotros nos vayamos a la B. Se redoblará la súplica esta noche. Muchos brasileños no se enterarán porque a esa hora estarán haciendo lo que hacen todos los días de semana: miran la novela. La novela se la hacen también los peruanos, que creen que habrá una mano negra para que se clasifique Argentina. De hecho, daban por descontado que en la Bombonera íbamos a vencer con ayuda del árbitro, olvidando que no hacemos un gol ni jugando con quince como en el rugby.  

Los peruanos se despreocupan un poco por estas horas del decreto que indultaría a Fujimori y pidieron un decreto, que al final no se dio, para que todo el mundo tenga asueto. En Paraguay, a la hora el partido, pasarán a segundo plano los hechos de violencia del domingo entre los barras de Olimpia que dejaron seis heridos graves y en nuestro país pasarán a tercer y cuarto plano las trapisondas, agachadas, entregas, falsedades y perversiones del gobierno amarillo, tan amarillo como la camiseta de Ecuador a vencer. Si ganamos dirán que es por los vientos de cambio de Cambiemos. Si no ganamos y se clasifica Chile, los medios se las van a ingeniar para echarle la culpa a Cristina y a los mapuches. 

Hermanos sudamericanos, vayamos preparando las banderas y las matracas y por las dudas la descuartizadora de perdedores, porque hoy es el día de la Patria Grande.