La visita relámpago que hizo a Brasil la designada canciller Diana Mondino, con el objeto de invitar al presidente Lula a la asunción de Javier Milei, se concretó gracias a la buena relación que el todavía embajador argentino en ese país, Daniel Scioli tiene con el gobierno brasileño. Una gestión que Mondino consideró positiva y que la llevó a afirmar que existe la voluntad en el futuro gobierno de La Libertad Avanza de contar con los servicios de Scioli en la embajada argentina en Brasilia: "La voluntad es que Scioli siga y es también la opinión en el caso de Brasil", reconoció la virtual jefa de la diplomacia de Milei.

La voluntad de que Scioli continúe existe aunque Mondino reconoció que antes deberá ser confirmado por el Senado y para ello deberá superar el tamiz de la comisión de Acuerdos de la Cámara alta. "Mientras eso ocurra, esperemos que Scioli pueda seguir en comisión para que no queden truncas las situaciones en las que estaba trabajando". También destacó que la relación de Scioli con el Gobierno brasileño es "muy buena".

Mondino, en declaraciones radiales, afirmó que "no te voy a decir que ellos lo piden porque sería una exageración de mi parte, pero estamos trabajando para, lo más rápido posible, acelerar las cosas que estaban bien y no tener interrupciones", añadió.

Scioli tiene la extraña condición de haber sido embajador durante el gobierno de Jair Bolsonaro y ahora con Lula. Lo curioso es que con ambos gobiernos tiene buenos vínculos por lo que lo vuelve interesante para el gobierno de Milei. Sobre todo ahora que parece haber olvidado las acusaciones que el entonces candidato libertario le dispensaba al mandatario brasileño.

El domingo, Mondino se reunió y almorzó con el canciller Mauro Vieira, acompañada por Scioli. Allí trataron "muchos temas importantes para los cuatro países del Mercosur", según reconoció la designada canciller.

Durante la entrevista radial, Mondino hizo malabares para que se olviden las consideraciones negativas hacia Lula. En ese sentido, la designada canciller afirmó que Milei "jamás le dijo corrupto" al presidente de Brasil por lo que, subrayó, "decir que vamos a cortar relaciones era un disparate mayúsculo". Es más, indicó que "no hay ninguna posibilidad de que los dos países trabajen separados o en disonancia", remarcó.

Las afirmaciones de Mondino sonaron más a un ataque repentino de amnesia que un elaborado discurso diplomático. Milei en diversos reportajes afirmó que no iba a tener relaciones con gobiernos comunistas, entre los que incluyó a Brasil, y sobre la condición de corrupto de Lula, el presidente electo lo afirmó durante una entrevista con el peruano Jaime Bailey.  

En cuanto a la visita de Milei a los Estados Unidos, Mondino se limitó a afirmar que la agenda es breve y "hay reuniones de índole personal y otras que son de índole puramente económica con el Tesoro y organismos de financiamiento internacional".