La presión se elevó en las últimas horas sobre el jefe del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, ante la respuesta que debe dar al Ejecutivo español, que le pidió que aclare si el martes declaró o no la independencia de la región. Mientras partidos y organizaciones secesionistas reclaman al líder separatista que levante la suspensión de la declaración de independencia que hizo el martes y que proclame la república catalana, desde Madrid le advierten que está ante la última oportunidad para evitar la aplicación de medidas drásticas. El mandatario catalán tiene de plazo hasta el lunes a las 10 para responder al requerimiento de aclaración el Ejecutivo español.

El martes Puigdemont dijo que asumía el mandato para declarar la secesión de Cataluña, pero instantes después suspendió sus efectos con el propósito de abrir un período de diálogo y mediación internacional. Tras su intervención en el Parlament, los grupos independentistas representados en la Cámara firmaron una declaración de independencia que, según el propio Govern catalán, fue simbólica.

Ahora, ante el requerimiento de Rajoy, el partido antisistema CUP, que apoya al Ejecutivo catalán en sus planes secesionistas, pidió por escrito a Puigdemont que proclame “la República catalana” y consideró que el martes “se perdió una gran oportunidad”. “Si (el gobierno español) pretende seguir aplicando (...) las disposiciones del artículo 155 de la Constitución española y nos quieren seguir amenazando y amordazando, que lo hagan con la República ya proclamada”, expresó en su misiva la CUP, .

“No entendemos que la respuesta al requerimiento del presidente Rajoy no se sitúe en los términos del mandato popular que asumió el martes: el de respetar el ejercicio del derecho a la autodeterminación que se expresó en las urnas el 1º de octubre”, añadió en alusión al referéndum soberanista celebrado ese día en Cataluña, en el que el 90 por ciento de los votantes dijo sí a la secesión.

También la formación ERC, que está integrada en la coalición gobernante en Cataluña Junts pel Sí, reclamó a Puigdemont que deje “claro que la independencia está declarada y firmada” y que insista “en que la voluntad es dar una oportunidad al diálogo”, según indicó su portavoz, Sergi Sabrià, en una entrevista radiofónica.

Además, las entidades civiles separatistas Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, que están detrás de las grandes manifestaciones separatistas, pidieron al Parlament  “levantar la suspensión de la declaración de independencia ante la negativa del Estado español a cualquier propuesta de diálogo”.

Puigdemont mantuvo ayer contactos para abordar su respuesta a Rajoy, que podría provocar una fractura dentro del independentismo catalán e incluso precipitar una crisis de gobierno en la región.

Mientras tanto, el gobierno de Rajoy instó al jefe del Ejecutivo catalán a dar marcha atrás en su desafío y a acudir al Congreso de los Diputados, en Madrid, para dialogar dentro de la ley. “Es la oportunidad más importante que tiene”, dijo ayer en rueda de prensa la “número dos” del Ejecutivo central, Soraya Sáenz de Santamaría. Tras la fuga de decenas de empresas y bancos de Cataluña a raíz del desafío independentista, la vicepresidenta española advirtió de un posible frenazo en el crecimiento económico de España e incluso de una eventual recesión en Cataluña, si no se resuelve la crisis. “El 2018 debía ser un buen año para el crecimiento y para el empleo, pero los acontecimientos que estamos viviendo en Cataluña nos hacen ser más prudentes. Si no hay una pronta solución, nos vemos obligados a una bajada de las expectativas de crecimiento económico”, dijo.

Por otra parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, descartó ayer una mediación de Bruselas en el conflicto. “Si permitimos que Cataluña se independice, también lo harán otros después y eso no me gustaría. No quiero una Unión Europea que dentro de 15 años esté formada por 90 países”, señaló en una conferencia con estudiantes en la Universidad de Luxemburgo.