Raúl Porchetto está disfrutando del concierto homenaje a J.J. Cale que le hicieron, entre otros, Eric Clapton, Willie Nelson y John Mayer, hace un par de años, cuando de repente tiene que virar la mirada hacia sí. A la Argentina. Hoy. Arte por la Paz. “Hacer esto es algo fantástico”, resuelve rápido, ante la pregunta inicial de PáginaI12, “Y esta vez más –prosigue– porque todo lo que se recaude es para Abuelas. Por lo tanto tiene un doble significado el hecho de poder colaborar, aunque sea de una forma muy sencilla”, enmarca el compositor, en un acercamiento previo al concierto que el colectivo artístico dará hoy a las 21 en el ND Teatro (Paraguay 918). Tal marco le da pista a Estela de Carlotto para que encuadre el suyo. “El planteo inicial de Arte por la Paz nació en la casa de Abuelas. Es una iniciativa buenísima. La idea surgió de Porchetto y después se sumó León (Gieco). Estábamos reunidos el día que tuve la noticia del encuentro de mi nieto, hace más de dos años”, evoca la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, que va a participar del concierto con un discurso. “Me conmueve que Estela diga esto. Que Arte por la Paz haya nacido en la casa de Abuelas tiene un sentido más que especial para mí. Y desde el primer momento la cosa fue transparente como ella, y como toda la acción de las Abuelas: sin dobleces”, manifiesta Porchetto.
Ambos, más León Gieco, Yacaré Manso y otras “sorpresas” de variopintos géneros musicales, serán parte del encuentro que no tiene como rasgo central el de los festivales tipo. Así lo proyecta el guitarrista mercedino: “Va a haber una textura de sonidos interesante y eso es lo que lo torna atractivo, porque la clave no está en los artistas que van a presentarse en sí, sino que está en desarrollar Arte por la Paz en función de las Abuelas. Todo apunta a esto y no a mostrar un disco. No es algo personal lo que estamos haciendo, sino colectivo”. El acento, por tanto, no está en el quiénes sino en el qué y el para qué. Respecto del qué –del qué tocarán, claro–, Porchetto no habla de un repertorio específico. Apenas menciona algunos clásicos suyos como “Algo de paz”, tema emblema de la causa, que va a cantar León. “La idea es invertir un poco los roles, para darle prioridad a lo que queremos decir y no a quién lo dice, y después aparecerá lo que normalmente cantamos juntos, o lo que se quiera compartir ese día. Lo que se tenga ganas de cantar”, prevé.
 “El arte es una palabra que abarca muchas expresiones. Y se potencia cuando se hace por la paz de nuestro pueblo, de la Argentina, para que esa ‘grieta’ famosa que están diciendo que existe no sea una realidad, y nos respetemos entre nosotros y sepamos convivir bajo un mismo cielo”, sostiene Carlotto, mientras el vaivén fluye natural. Ahora le toca nuevamente al hacedor de Cristo Rock: “Arte por la paz es una contracultura y desde el primer minuto que se gestó, ese tenía que ser el ADN, con Estela y su amor, y con León como amigo y compañero de ruta. Creo que se armó una trilogía más que interesante que contribuye a lo que dice Estela. Lo de la grieta, desde cualquier lado que se mire, es una estrategia. Siempre ha habido y habrá diferencias, porque cada persona tiene su forma de mirar la vida, el mundo, las cosas, al otro, pero me parece que la única forma de construir es a través del equilibrio y el respeto. Y el único marco que posibilita esto es la paz”. 
Una paz que, según Carlotto, hay que pensar a escala global. “Es importante también mandar energía buena para afuera, porque el mundo está realmente patas para arriba con tantas muertes. Bombardean poblaciones donde hay niños, mujeres, hospitales, iglesias, templos. No son dos o tres, sino centenares de muertos, y eso duele mucho. Ojalá se corrija algún día. Basta con eso de querer tener lo del otro, porque el petróleo está ahí, el agua está ahí, porque los minerales valiosos están ahí o lo que fuere”. La presidenta de Abuelas da con un tema recurrente en la obra musical de Porchetto: la búsqueda de la no violencia a escala planetaria. “Es que las guerras siempre se declaran en nombre de los grandes valores, de los grandes principios, y esto es para esconder lo que hay verdaderamente detrás, que son intereses. En nombre de nada se puede querer matar al otro. No hay justificación para eso. Hay una canción en la que yo decía ‘desde que el mundo es mundo siempre hubo dos lados (...) entre Gandhi y Napoleón, no dudo yo de mi elección’”.
El tema es “Desde que el mundo es mundo”, está en el disco Reina Madre (1983), y de alguna manera conecta con la lucha pacífica de Abuelas durante cuarenta años. “Yendo a lo específico de nuestra lucha, nosotras podríamos haber tomado venganza, haber dicho ‘me mató, entonces lo mato’, o podríamos haber adoptado un lenguaje soez u ofensivo. Sin embargo, aun a aquellos asesinos que están siendo juzgados y condenados en todos los juicios orales y públicos del país, nunca se nos ocurriría gritarles palabras groseras. Simplemente, deseamos que la justicia los condene y que nunca salgan de ése lugar, porque lo que han hecho no es un acto delictivo común, es genocidio, un crimen de lesa humanidad. Y nada de cárcel domiciliaria, porque son peligrosos”, sostiene Carlotto. “Es enriquecedor lo de la verdad y la justicia como herramienta que dice Estela, y no desde el odio, porque si no es el cuento de nunca acabar. Por eso la importancia de construir desde la paz, donde las cosas se puedan encauzar desde ese lugar de equilibrio, y por eso está la justicia para intervenir cuando ocurren esas cosas horrendas, y no la reacción individual. La violencia nace siempre de un miedo, hasta incluso con el tema de la violencia de género”, sostiene Porchetto. 
“Lo tanto que está sufriendo nuestra sociedad en este sentido, tiene que ver con un miedo que está detrás. Lo que hay detrás del famoso macho argentino no es una cosa de más poder, o más fuerza, sino de más debilidad. Porque si hubiese sido fuerte, hubiese resuelto las cosas desde otro lugar. Siempre la violencia es un lugar de miedo... Las grandes potencias también tienen miedo de perder las ganancias, los lugares que ocupan: no sólo que no saben perder sino que ni siquiera les interesa jugar. Por eso, la idea de Arte por la Paz es generar alternativas para las nuevas generaciones, por ejemplo a insistir en que la paz es lo más revolucionario que existe. Esto tiene que ver con un cambio de conciencia real, porque estamos hartos de la retórica en la que cada uno va a encontrar el formato más inteligente y más seductor para convencer, porque nadie es un iluminado ni un avatar, ya que la construcción es colectiva, es parte de un cambio de conciencia. El poder se construye entre todos, porque cuando la cosa se fracciona es sólo una parte, y la parte no tiene la verdad del todo. Es invalorable construir por fuera del egoísmo”, dice Porchetto.