Dos muñecos de Mickey Mouse y su consabida media naranja, Minnie Mouse, han sido rematados en Inglaterra por menos de 900 libras esterlinas. Una bagatela, si se tiene en cuenta que estas ligeramente siniestras versiones no solo datan de 1930, dos años después del nacimiento de la dupla animada en el icónico cortometraje Steamboat Willie: más importante aún, pertenecieron a la reina de Inglaterra, doña Elizabeth II, cuando aún era una purreta sin mayores obligaciones... que las propias de una princesita inglesa, sobra decir. Fabricados entonces por la tradicional empresa juguetera Dean’s Rag con esqueleto de alambre para habilitar diversas posiciones, los peluches fueron objetos estelares en la reciente subasta realizada por la casa Burstow & Hewett. Subasta donde otras tres muñecas “reales” –adorablemente pavorosas, dicho sea de paso– fueron adquiridas por coleccionistas por el módico precio de 250 libras, cada una. No faltaron vestiditos de lino ni chaquetitas de seda que usaran Elizabeth y su hermana Margaret  en sus años mozos. Tampoco el reglamentario uniforme azul, estilo Mary Poppins, que vestía la niñera de las muchachas: Clara “Allah” Knight. De hecho, todos los ítems rematados pertenecen a la familia Knight. Obsequiados a la nanny por los padres de las princesas en la década del 20 y 30, tras –presumimos– aburrirse las niñatas y pasar al siguiente lujosísimo chiche, envió Clara los regalos a sus parientes de Sussex, Inglaterra. Y allí permanecieron en impecable estado hasta su reciente liquidación. Con Clara (que murió en 1946), por cierto, no ha sido la historia especialmente amable: a menudo tildada de “despótica”, se le atribuye un régimen castrense de crianza que incluía despertar a las hermanitas Elizabeth y Margaret al amanecer, amén de que 7.30 ya hubieran desayunado y estudiado, y enseñarles a estarse quietas durante horas, sin protestar. Premiando el esfuerzo con una galletita dulce, más no fuera. Además, a pedido de la abuela de las chicuelas, las perfeccionó en el arte de saludar moviendo la mano rítmicamente como corresponde a los royals. Un logro sin igual.