Bajo la consigna “No somos la casta”, becarios del Conicet realizaron ayer un abrazo simbólico a la sede de ese organismo para expresar su preocupación por las políticas de ajuste y degradación de la ciencia que el próximo gobierno prometió poner en marcha. También reclamaron a las autoridades que se mejore la situación de los jóvenes investigadores y trabajadores precarizados.

La actividad tuvo lugar en el Polo Científico ubicado en el barrio porteño de Palermo, donde se dieron cita varios de los becarios que días atrás votaron la convocatoria en una Asamblea Nacional de la que participaron poco más de 300 investigadores de todo el país.

Allí se votó reclamar el pago de aguinaldos, aportes jubilatorios, equiparación salarial para los becarios de distintos organismos y regulación del personal precarizado, entre algunas demandas.

“Ante los dichos del posible presidente de Conicet, Daniel Salamone, se planteó la necesidad de discutir contra una ciencia basada en la productividad y en que está este regida por los intereses de los privados”, advirtió una declaración publicada por los organizadores de la convocatoria.

“Hay una falta de comprensión de lo que es la ciencia en general”

Los nombres de quiénes serán las nuevas autoridades de ese organismo tras el recambio de gobierno siguen siendo una incógnita. “Es un enigma pero parece ser una pesadilla anunciada”, reflexionó Gabriela Karasik, titular del Centro de Estudios del Sur Andino.

En diálogo con Radio Nacional, la investigadora advirtió que, según lo que anunciaron los funcionarios que asumirán el próximo domingo, “dejaremos de ser un ministerio y pasaremos a ser una oficinita”.

De todas amanera, aseguró que los investigadores de todo el país “estamos firmes y seguimos trabajando” para “defender nuestros lugares haciendo lo que sabemos hacer”.

Asimismo, consideró que “hay una falta de comprensión de entender lo que es la ciencia en general” y destacó que la labor de los científicos en las distintas provincia “creció un montón”, tanto en términos de producción de investigaciones como en logros.

Durante los últimos años, añadió, creció el nivel de “descalificación” de la ciencia y “se creó una idea de que los investigadores no trabajamos y somos ñoquis del Estado”.

Karasik también se refirió al posible nombramiento de Salamone y sostuvo que, por lo que leyó de él, “tiene una idea productivista de una ciencia al servicio de los privados”. “Es una idea absolutamente errónea de que es importante que el privado esté alentando los sectores de la ciencia” porque, además, “hay área que no les interesan” a las empresas que puedan patrocinar.

Además expresó sus dudas acerca de lo que será la próxima gestión, si mantendrá la misma estructura, los mismos integrantes o si se va a disolver el Conicet. “Disolverlo sería catastrófico”, advirtió y elogió a las autoridades actuales por defender tanto el organismo como a sus integrantes.

A lo que pueda ocurrir a partir del domingo “ya lo vivimos en otra escala con (el expresidente Mauricio) Macri”, afirmó y remarcó que “cada vez que asume la derecha baja el presupuesto; aumentan los ataques y se la agarran contra las Ciencias Sociales”.