Ninguno de los consultores prevé que en la oposición haya un gran triunfador el domingo, sobre todo en términos de convertirse en un líder reconocido dentro del peronismo. Por lo tanto, el día después abre numerosos interrogantes. 

“Durante doce años la oposición al kirchnerismo estuvo dividida y buscando un liderazgo –analiza Roberto Bacman–. En 2015 lo consiguió con Macri. Hoy, el desafío se ha corrido a las filas del peronismo. El Partido Justicialista es un sello vacío al que se debe llenar de contenidos. Los resultados de esta elección, pase lo que pase en la provincia de Buenos Aires, dejarán al descubierto a un Cambiemos ganador, que a pesar de una economía que sigue atravesando problemas, va a obtener aire. Al peronismo solo le resta mirar al futuro pensando en la unidad. Obvio que no es sencillo. ¿Una renovación? ¿nuevos dirigentes?, ¿otro perfil de dirigentes? Son muchas preguntas. No queda duda que mientras no logren encontrar la fórmula de la unidad, será ventaja para Cambiemos”. 

Artemio López opina que “el viejo tipo de unidad que acompañó al FpV en su ciclo de kirchnerismo, efectivo aunque finalmente erosionado, ya no resistirá y habrá de mutar, como es habitual en la historia del peronismo. No son todos los que están, ni están todos los que son será la situación. Bajo el liderazgo de Cristina Kirchner, que el 22 de octubre revalidará claramente su primacía electoral respecto al resto de las figuras del llamado pan peronismo, habrá de constituirse un nuevo polo de acumulación político-electoral de orden popular democrático, vertebrado por intendentes y gobernadores peronistas y de otras extracciones partidarias. Es de esperar, además que se dé inicio a un nuevo tipo de unidad sindical al calor de la resistencia al ajuste”. 

“El panperonismo será el principal derrotado en las elecciones legislativas, pero esa derrota estaba previamente en su propia fragmentación –analiza Ricardo Rouvier–. Lo necesario y urgente es que el peronismo el 23 se disponga a conversar entre las partes. Cosa que no será ni rápido ni fácil. Promete ser complejo y por etapas, considerando que hay dirigentes que no están dispuestos a motorizar un diálogo con CFK. En cambio, hay otros que consideran lo contrario y que no debe haber exclusiones. Por lo tanto, lo que vemos es conciencia de la crisis, disposición al diálogo y a la unidad, pero hay discrepancias sobre la dimensión de la unidad”. 

“Es probable que el espacio opositor entre en un terreno de máxima incertidumbre en forma inmediata –señala Facundo Nejamkis–. Los pronósticos indican que no habrá grandes ganadores en el mundo peronista que puedan constituirse como factor ordenador de cara al 2019. Al mismo tiempo, CFK no sería a nuestro entender el clásico liderazgo peronista que se mantiene porque garantiza triunfos electorales. Su vinculo con parte importante del electorado y la militancia tiene rasgos que la asemejan al liderazgo que Raúl Alfonsin ejerció sobre el radicalismo a su salida del poder. Es difícil pensar en la unidad de un peronismo competitivo sin integrar al kirchnerismo, y al mismo tiempo su presencia dificulta la convergencia en un frente opositor con dirigentes como Sergio Massa, Schiaretti o De la Sota”. 

Raúl Timerman afirma que “actualmente hay dos concepciones diferentes del liderazgo en el peronismo, una monologuista, que no escucha, y otra dialoguista, que basa su construcción en la escucha activa. La reconstrucción peronista será solo posible si la última visión es la que triunfa. Pero el diálogo al interior del partido tiene que ser muy amplio, porque con Cristina no alcanza, pero sin Cristina tampoco”.

“Los efectos de las elecciones serán muy diversos –diagnostica Enrique Zuleta–. Los sectores más dinámicos son los del peronismo de Gestion, representado por gobernadores y gobiernos locales. El kirchnerismo marcha hacia la consolidación de un bloque políticamente unificado e ideológicamente orientado hacia un populismo de izquierdas. Los renovadores sufrirán a su vez una nueva crisis de identidad que desembocara en una desbandada. Lo más probable es su pronto reingreso al peronismo, proceso que se verá facilitado por la calidad de sus equipos y figuras políticas principales. Por eso no me parece que haya que hablar del peronismo sino de varios peronismos”.

“Si se confirman los pronósticos, el peronismo sufrirá un duro revés, a partir del cual deberá encarar su reorganización –analiza Eduardo Fidanza–. Para eso veo dificultades y posibilidades. La dificultad es que CFK obtendrá una cantidad de votos insuficientes para liderar el peronismo, pero suficiente para retrasar el proceso sucesorio. La posibilidad, más allá de ella, es modernizar las formas y los contenidos, hacer oposición constructiva y perfilar un liderazgo renovado”.