Un policía entrerriano fue declarado culpable por el crimen de un joven de 24 años, asesinado de un tiro en la nuca en octubre de 2019, cuando corría desarmado y de espaldas a los efectivos que lo buscaban por el robo en una vivienda, en la localidad de Gualeguaychú, informaron hoy fuentes judiciales.
La decisión unánime del jurado popular recayó sobre Mauricio Javier Gómez por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego", en perjuicio de Iván Damián Pérez.
En el primer juicio realizado en 2021, los doce ciudadanos elegidos para el jurado popular no arribaron a un veredicto unánime sobre el imputado, quien llegó a este nuevo debate en libertad.
El juez Arturo Dumón pasó a un cuarto intermedio para el próximo lunes cuando se realice la audiencia de cesura en la que el fiscal a cargo de la acusación, Lisandro Beherán, y el defensor Alfredo Vitale solicitarán pena correspondiente que tiene un máximo de 30 años de cárcel.
Gómez tenía un antecedente penal de 2016, cuando fue condenado a un año de prisión en suspenso en un juicio abreviado por "vejaciones", luego de golpear a un joven oriundo de Buenos Aires que filmaba una detención en el Corsódromo de Gualeguaychú.
El homicidio de Pérez ocurrió cerca de las 10.30 del miércoles 9 de octubre de 2019, en el cruce de las calles Lucio Mansilla y 20 de junio, en el barrio Molinari, de la zona sudeste de Gualeguaychú.
Según el parte policial de aquel día, los efectivos de la comisaría 8va. Juan Alberto Zapata y Mauricio Javier Gómez llegaron al lugar tras una denuncia por un robo de herramientas de un taller mecánico durante la madrugada, y lograron detener a una persona mayor de edad.
El detenido se hallaba con un cómplice que --según la Policía-- escapó del lugar, por lo que se inició un operativo de búsqueda.
El fiscal relató que los policías comenzaron a perseguirlo por un callejón hasta que el joven salió a un descampado, donde el imputado sacó su arma reglamentaria y le disparó en la cabeza a unos 90 metros y con plena visión del campo.
La autopsia determinó que el disparo ingresó por el lado derecho de la nuca, de abajo hacia arriba.
Además, los análisis al arma reglamentaria precisaron que se encontraba "apta para producir" disparos, con tres dispositivos de seguridad "funcionando correctamente" y se decretó que para efectuar el disparo, Gómez debió realizar una fuerza de 5,2 kilos.
También vecinos de la zona aseguraron a los pesquisas que el joven se encontraba quemando cobre cuando la policía arribó al lugar, y cuatro testigos del hecho relataron en el juicio que Gómez bajó rápidamente de la camioneta y apuntó hacia Pérez, que se encontraba de espaldas y desarmado.
En el inicio de este segundo juicio el fiscal Beherán dijo a Télam que se iban a presentar a declarar unos 16 testigos, de los cuales la mayoría participó del proceso judicial anterior.
El abogado defensor aseguró que fue un disparo "involuntario" ya que el policía "no tuvo intención ni voluntad de quitarle la vida", por lo que volvió a pedir su absolución o, subsidiariamente, que sea condenado por homicidio involuntario, lo cual fue desechado por los jurados.
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