Somalía sufrió ayer por la tarde el peor atentado de su historia, después de que explotaran dos camiones bomba contra un hotel y un mercado de las calles más transitadas de la capital del país, en Mogadiscio. En un primer momento, las autoridades contabilizaron 30 muertos pero este mediodía el numero ascendió a 237 fallecidos y más de 350 heridos. Por el momento, nadie asumió la autoría del doble ataque, pero el Gobierno responsabiliza a la milicia terrorista Al Shabbab.

Los ataques golpearon al hotel Safari y a un concurrido mercado de Mogadiscio, por lo que la mayoría de los fallecidos eran civiles, principalmente vendedores ambulantes que comerciaban en una de las calles más poblada de la ciudad. El portal de noticias local Radio Garowe también informó que un importante funcionario del Ministro de Comercio murió en el lugar.

No se descarta que en las próximas horas el número de fallecidos aumente, porque siguen las tareas de rescate bajo los escombros de los edificios de la principal calle comercial de Mogadiscio, que quedaron totalmente destruidos por las explosiones. Por otro lado, los hospitales de la ciudad están totalmente desbordados ante la llegada masiva de heridos para los que no disponen de suficientes medicamentos ni de sangre para realizar transfusiones. 

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), por su parte, confirmó hoy en un comunicado que cuatro de sus cooperantes locales fallecieron en el atentado, un balance que podría aumentar ya que hay varios miembros de la organización desaparecidos.

El Gobierno, que decretó tres días de luto y se encuentra reunido de emergencia para aprobar nuevas medidas de seguridad, desplegó tropas para ayudar a los servicios de emergencia a tratar de encontrar sobrevivientes. 

Por ahora, aunque los medios locales y analistas den por hecho que la milicia Al Shabaab está detrás del atentado, el grupo islamista que busca instalar un Estado confesional en el país aún no reclamó su autoría. La milicia islamista, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí -una interpretación extrema del islam sunnita- en Somalia.