"Fuerza todos", dice Néstor Kirchner desde el pincel maravilloso de Daniel Paz, desde esa tapa que nunca hubiéramos querido hacer. Ni ver.

Qué día aquel... Primero la incredulidad, el intento de negar la realidad, los llamados a quienes imaginábamos en la misma que nosotros, el dolor compartido con quien teníamos al lado. Luego la desazón, el sentimiento de vacío, la bronca por lo injusto de la vida.

"Fuerza todos", decía entonces, cuando quedamos huérfanos de tantas ilusiones, de tantas ganas, de tanto futuro. Pudimos seguir porque hubo quien se encargó de velar por las ilusiones, las ganas, el porvenir.

Pero ahora, ahora mismo, necesitamos otra vez de esa fuerza, de esa ilusión. Necesitamos las ganas, buscamos un futuro distinto al que asoma. ¿Estará ese mismo Néstor empujando nuestras conciencias para que no quede perdido todo? ¿Estará el Flaco guiándonos desde algún lugar, una vez más, para salir del laberinto?

"Fuerza todos", nos decía. Y vaya si la necesitamos entonces. Y vaya si la necesitamos ahora.