“Cada vez que aparece un nieto, siento que hay desaparecidos que pueden aparecer”, sostiene la periodista y escritora Analía Argento al presentar, junto a las nietas restituidas Mariana Zaffaroni Islas y Sabrina Gullino Valenzuela Negro, el precioso libro para adolescentes sobre historias de identidades recuperadas: Los nietos te cuentan cómo fue. Historias de identidad (Editorial Marea). Con textos de Argento y Zaffaroni Islas, e ilustraciones de Gullino, las 13 historias de restituciones elegidas para contar el conflictivo, pero sanador, proceso de recuperación de la identidad, encuentra en este libro, presentado en el auditorio de la UMET este martes por la tarde, el tono justo para atraer al lector sin provocar desasosiego, para convocar a los jóvenes a mantener la búsqueda de los nietos que aún faltan recuperar sin perder el norte sobre el proceso histórico que estas faltas evidencian.

Así lo enunciaba la directora editorial de Marea, Constanza Brunet, quien moderó el encuentro, ante una sala donde se distinguía entre los familiares y amigos de las autoras, a otros nietos y nietas restituidos, a hermanos y hermanas que buscan a sus hermanos y hermanas, a estudiantes, a profesores universitarios, y a militantes de derechos humanos que atestiguaban con su presencia, la importancia del sencillo pero conmovedor acto que representó la presentación en sociedad de este libro. Y le otorgaron carácter político y trascendencia humanística.

Pensado para ser presentado en el Día internacional de los Derechos Humanos, este “artefacto libro” como señaló Gullino, se ofrece como una sólida pieza que aporta luz a la construcción de la memoria colectiva. Y no solo por las historias que hilvana, de 13 nietas y nietos, que en el marco del Plan Cóndor, fueron detenidos junto con sus padres, o nacieron en cautiverio, o fueron apropiados en operativos donde sus padres fueron asesinados; en ambas orillas del Río de la Plata. Sino porque en esas historias de vida se condensa una historia social que hoy exige volver a ser descripta, relatada y explicada. “Desde este cuerpo cívico social que la dictadura quiso doblegar, pero también desde nuestros propios cuerpos”, sintetizó Gullino.

Hay historias porteñas y montevideanas en el libro. Hay una minuciosa recreación de los relatos a través de las viñetas dibujadas por Gullino, quien busca a su hermano mellizo. Y hay una cartografía de cada historia de vida que conduce hacia atrás a un solo y oscuro acto del pasado: el que domina la trágica presencia del terrorismo de Estado. Pero que hacia el futuro se abre al gran horizonte de la verdad e irradia luz, no sin conflicto, no sin dolor, pero con esperanza. De ahí que el objetivo sea compartir la verdad, y "asumir el compromiso de seguir la búsqueda", destacaron.

Esto contaron esta tarde las autoras, sobre el texto que el viernes pasado, junto a otras nietas y nietos restituidos le entregaron a Cristina Fernández de Kirchner, en uno de sus últimos actos como vicepresidenta de la Nación, recordó la directora de Marea. Lo recordó después de retomar la emblemática frase de Argento y agregar: “Los nietos son los desaparecidos que están vivos, hay que buscarlos, y encontrarlos, las historias son muy humanas, nos han conmovido muchísimo”, precisó.

Argento, autora además de La guardería montonera y De vuelta a casa (ambos de Marea Editorial) planteó la necesidad de ver la actualidad a través de la historia: “No creo en las causalidades y la vida me muestra que son en verdad oportunidades”, explicó. Para definir que el momento en el que se publica este libro “no podía ser más oportuno”. Ella, que “cada tanto” entra “en crisis con el periodismo, porque hay cosas que me hacen descreer del periodismo” pensaba que ya estaba todo dicho, “y que no había que volver a contarlo todo”. Sin embargo, “este año entendí que era necesario contarlo y volverlo a contar todo de nuevo”, insistió.

Ante el avance negacionista además, el libro hace foco en el relato para los jóvenes. Las historias son crudas pero están contadas con esmero didáctico. La diagramación agiliza la narración, y a tono con la hiperinformación donde se mueven los adolescentes: hay referencias a películas, a música, hay QR que remiten a más información –en general del archivo de Abuelas de Plaza de Mayo--, hay anécdotas, hay dibujos de historietas, y sobre todo, hay una densidad en los testimonios en primera persona, que permite acercarse a quien los lee, de manera sencilla pero trascendental. Solo por el hecho de narrar lo vivido, dar cuenta del horror del pasado y del regocijo del tiempo en el que cada uno de ellos logra atravesar la oscuridad y recuperar sus verdaderas identidades.

“Yo fui dos personas por mucho tiempo”, explicó Zaffaroni Islas. “Durante mucho tiempo me sentí como dos personas, de dos orillas, y soy una persona con dos vidas, por eso es importante tener puentes, porque hay muchos nietos por encontrar todavía. Hay que hablarles a ellos y a sus hijos e hijas, esa es la idea de este libro: hacer que ellos se acerquen, que duden y quieran saber”, detalló. “Recuperar la identidad no es fácil, estas 13 historias lo cuentan. Pero es sanador –concluyó--, y no hay una sola forma de llegar a esto. Todo es válido, lo importante es la liberación y la sanación que aporta el saber y conocer la verdad”.

“Tenemos que seguir buscando, para saber la verdad”, sostuvo Argento. “Cuando declaré en el juicio del plan sistemático de robos de bebes, me increpó el abogado defensor de Jorge Rafael Videla”, recordó la autora, a propósito de la verdad que relatan sus libros. Querían que ella dijera que no eran reales los testimonios de sus libros. Pero destacó que, sin embargo, el militar genocida “tuvo un juicio justo” y tuvo un defensor que desde el marco del Estado buscó defenderlo. Algo que ninguno de los padres de los nietos apropiados logró tener, porque ese fue el plan sobre el que el Estado se constituyó en una entidad terrorista.