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Vidas en situación de encierro

Una plaza en una cárcel puede cambiar muchas cosas 

Acompañadas por la Asociación civil Ingeniería Sin Fronteras y la Universidad Nacional de San Martín, un grupo de mujeres que habitan la Unidad Penal 46, ubicada en José León Suárez, convirtieron un patio abandonado en una plaza para que las niñeces que visitan a sus mamás puedan jugar. En el armado del proyecto participaron, además, mujeres de otras unidades lo que generó lazos de solidaridad y compañerismo donde antes había diferencias o rivalidades.

Los colores entraron al penal para que niños y niñas puedan jugar sin amenazas en la visita.
Los colores entraron al penal para que niños y niñas puedan jugar sin amenazas en la visita.