“No tengas miedo”,  susurra Ragnar Lothbrok en uno de los episodios inéditos de Vikings (hoy a las 22 FOX Action estrena la segunda parte de su cuarta temporada). Y el verdadero destinatario de la frase no es otro más que el espectador. Quien haya seguido esta serie (original de History) sabe que Ragnar es un hombre de palabra y de armas. Durante los últimos episodios emitidos, los paganos nórdicos estaban a punto de conquistar París. La nueva temporada comienza luego de esa feroz batalla entre vikingos y franceses pero que acabó con una aún más terrible: el duelo entre Ragnar y su hermano Rollo. Este último fue coronado, el otro quedó malherido pero con ganas de venganza.

“Estos tipos dominaron su mundo durante un período importante de la Historia, hicieron cosas muy malas, y nos ocupamos muchísimo de darle al espectador más razones para que nos sigan viendo”, dijo Travis Fimmel, el actor que interpreta al hombre nacido para ser un prócer escandinavo. Los primeros espejos para este drama épico, obviamente, fueron entregas como Spartacus, Roma y Game of Thrones. Aunque el intérprete australiano indicó que su gran referencia para moldear el personaje fue Tony Soprano. Las similitudes de esta entrega con la de David Chase son más o menos encubiertas. Claro que la tonada de esta tribu es un poco más dura que la de los italoamericanos de Nueva Jersey. Si bien Vikings es bastante gráfica en cuanto a sangre y sexo, aquí se nota el intento de hacer un retrato del vigor de ese pueblo, e incluso aparecen temáticas como la lealtad, la fraternidad y el uso de la razón y su destreza. La saga se ubica en el contexto más glorioso para este clan, en el arranque del Medioevo, hacia el siglo VIII.

En estos nuevos capítulos, Lothbrok no la tiene fácil. Atrás quedaron los buenos tiempos en los que compartía el lecho con sus dos esposas al mismo tiempo. Lagertha (Katheryn Winnick), la campesina y guerrera que fuera su primera concubina, y también con Aslaug (Alyssa Sutherland), su segunda compañera. Con sus hijos tampoco pasa un buen momento. A Bjorn y a Hvitsärk los desafió a que lo mataran para que se convirtieran en soberanos. ¿Cuál es su objetivo? Volver a su tierra –el estrecho de Kattegat– para reclamar lo que antes era suyo. En el fondo, Vikings es un novelón familiar con grandes peleas, saqueos, fogatas y naves escandinavas como gran decorado. “Mi personaje no cree que esté haciendo nada malo con sus acciones, primero actúa”, destacó Fimmel sobre quien cree ser descendiente del mismísimo Odin.

La ficción fue creada por Michael Hirst (The Tudors), uno de los primeros hombres en darle ese toque de glamour a la recreación histórica desde que hiciera el guión de Elizabeth. El rating la ha acompañado desde un primer momento y también las polémicas por ciertas inconsistencias históricas. “No escribí fantasía, aquí no hay dragones”, justificó su productor señalando que la base para su creación fue algo real. “La gente me dijo que no sería capaz de hacer una serie exitosa con los vikingos como personajes principales, porque ellos siempre fueron vistos como el ‘otro’: los salvajes peludos, los ignorantes que aparecían en medio de la noche, tiraban abajo tu puerta, violaban a tu esposa e hijas y robaban tus pertenencias. Sólo mencionar la palabra ‘vikingo’ conlleva estos prejuicios. Y aunque hay elementos como para que se ganaran su reputación, es gran parte un cliché”, dijo Hirst, que les dio motivos a varios para cambiar de opinión. En el 2017 habrá una nueva temporada para Vikings con otros veinte episodios.