Las calles como ámbito de deliberación, debate colectivo, protesta social.
Las calles como el espacio público que jamás podrán cercenar desde los macropoderes porque son esencialmente el lugar de socialización.
Las calles que a diario recorremos de una forma o de otra para ir en la búsqueda del sustento cotidiano.
Las calles que no tienen ni tendrán amo ni patrón.
En las calles es donde nos encontramos y encontraremos siempre, para discutir, para confrontar contra la opresión.
Las calles donde se dieron las luchas sociales, donde la vida cobra sentido en medio del turbión de la existencia.
Las calles en las que la desobediencia colectiva desafía al despotismo.
Las calles donde nos plantamos y expresamos la digna rebeldía.
Las calles donde las luchas sociales deben auyentar al miedo y la alienación.
Las calles donde podemos ser multitudes y no masas amorfas o rebaños.
Las calles donde la solidaridad cobra cuerpo frente al individualismo y la indolencia.
Carlos A. Solero