La temporada de verano ya está en pleno desarrollo y pasar una tarde al aire libre o en una pileta es, muchas veces, la única alternativa para escapar un rato del calor sofocante de las ciudades. Sin embargo, exponerse a temperaturas extremas puede ser riesgoso para la salud, especialmente para niños y adultos mayores ¿Cuáles son las recomendaciones para evitar el golpe de calor?

Al respecto, la coordinadora del servicio de Pediatría del hospital Regional de Concepción de Tucumán, Alejandra Poma, compartió con el Ministerio de Salud local una serie de consejos para evitar afecciones que pueden afectar a los más pequeños:

  • Restringir la exposición física de los niños al sol.
  • Evitar los horarios pico entre las 11 y las 16 horas. 
  • No exponer al sol a bebés menores de dos años.
  • Aplicar el protector solar una hora antes de la exposición solar.
  • Renovar el protector solar cada dos horas y al salir del agua.
  • Usar gorras y remeras para que la piel no esté al aire libre, sino cubierta.

En relación con las enfermedades que los chicos pueden contraer en la pileta, Poma mencionó la micosis. Puntualmente en los pies, en la zona inguinal o axilar. Esta infección se manifiesta con picazón y rojez en la zona y suele generar una gran molestia en quien la padece.

Recomendaciones para el cuidado de niños y niñas en días de sol y pileta. Imagen: Freepik.

Otras problemáticas mencionadas por la doctora fueron la pediculosis y la sarna, es decir, piojos corporales y de la cabeza que se contagian a través del agua. Ante la presencia de alguna de estas afecciones, se necesita la intervención de un adulto para curar la zona y evitar el contagio a otros niños y adultos.

"Es importante mencionar que los chicos, por más que sepan nadar, deben estar constantemente al cuidado de un adulto, ya que puede ocurrir un accidente", agregó la profesional de la salud. 

También pidió prestarle atención a "los cambios bruscos de temperatura al salir de la pileta y después de estar expuestos al sol", ya pueden padecer catarro de vías aéreas superiores, faringitis, o hasta bronquiolitis, broncoespasmos, o crisis asmáticas si los niños son alérgicos.

¿Qué es un golpe de calor?

El golpe de calor es el incremento de la temperatura corporal por encima de los 40º y durante un tiempo prolongado.

En condiciones normales, el cuerpo humano es capaz de controlar su temperatura y, cuando sube, producir sudor como método para refrescarse. Lo que ocurre cuando sucede un golpe de calor es que los mecanismos termorreguladores del cuerpo no funcionan correctamente y este es incapaz de restablecer su temperatura normal.

Generalmente, el golpe de calor se da cuando la persona está expuesta a altas temperaturas o se realizan actividades que requieren mucha energía en un ambiente con mucho calor.

Los síntomas del golpe de calor

  • Dolor de cabeza.
  • Piel seca y caliente.
  • Ausencia de sudor.
  • Sed intensa.
  • Respiración rápida y sensación de falta de aire.
  • Taquicardia y pulso rápido.
  • Mareos y confusión, convulsiones e incluso pérdida de conocimiento.
  • Náuseas y vómitos.

¿Qué hacer ante un niño con agotamiento por calor?

El objetivo prioritario cuando una persona sufre un golpe de calor es intentar bajar su temperatura corporal a 37º. Para ello hay que:

  • Dar a los lactantes el pecho con más frecuencia.
  • Trasladarlo a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado.
  • Desvestirlo (exponer el cuerpo al aire fresco).
  • Ducharlo o mojar todo el cuerpo con agua fresca.
  • Que esté quieto y descanse.
  • Consultar a su pediatra o a un Centro de Salud.

Finalmente, existen dos reglas fundamentales de lo que no hay que hacer ante un golpe de calor: administrar medicamentos antifebriles ni friccionar la piel con alcohol, porque puede causar una intoxicación.

Seguir leyendo: