El dólar blue volvió a subir 50 pesos y terminó en 1180 pesos por unidad. Los dólares financieros también marcaron un nuevo salto. El contado con liquidación anotó un aumento del 4,2 por ciento en la jornada y finalizó con un precio de 1213 pesos. La tranquilidad que había generado el acuerdo con el FMI duró poco y nada. Esta semana volvieron fuerte las presiones cambiarias y entre los inversores apuestas por nuevas rondas de devaluación.

El Banco Central comenzó a entregar divisas otra vez a los importadores, las reservas que se habían comprado en las últimas semanas se usaron para pagar deudas internacionales y los fondos de inversión que iban a financiar con dólares a la Argentina por el momento no llegaron. Un escenario que hace pensar a cada vez más jugadores de la city que evitar un nuevo salto del dólar oficial antes de abril, cuando entrará la liquidación de la cosecha de soja, es una misión casi imposible para el gobierno.

En este escenario, el mercado también empieza a percibir movimientos fuera de lo común, por ejemplo con los anuncios de las provincias. Durante este martes se destacó que La Rioja envió al Congreso provincial un proyectó para emitir su propia moneda. “No quiero que la gente se muera de hambre”, dijo el mandatario sobre este tema. Es unas las propuestas más avanzadas para iniciar un nuevo ciclo de emisión de cuasimonedas. Se trata de una situación que hace recordar las estrategias provinciales en la megacrisis del 2001. Por el momento, se trataría de una suma equivalente a 15 mil millones de pesos.

"La moneda funcionaría con un porcentaje en efectivo y un porcentaje en bono. Esos bonos se los recibe la provincia para el pago de los servicios, impuestos y tasas. En cuanto al comercio hay que acordar con la Cámara de Comercio para que reciba esta moneda como forma de pago", se detalló. "El presente proyecto que se propone a consideración de la Cámara de Diputados, busca dotar a la provincia de una herramienta que combine las nuevas tecnologías, con la impronta de la realidad económica", se mencionó.

En el proyecto de La Rioja aseguraron que “no es una novedad para la provincia la emisión de bonos, herramienta que recurrió en diferentes momentos para afrontar las crisis producto de la imprevisión de los recursos coparticipables federales". En esta oportunidad, se buscará que esta moneda provincial también pueda usarse para realizar pagos. Los funcionarios provinciales repasaron otras oportunidades en que La Rioja riojana accedió a generar su propia moneda para sostener la situación económica nacional: La primera emisión se remonta al gobierno de Carlos Menem en 1985 y la última en el año 2001, cuando se buscó tener recursos para cumplir con obligaciones salariales y la prestación de servicios.

El clima financiero comienza a ponerse espeso y se observa no sólo con el dólar sino con el precio de los activos bursátiles. La bolsa medida en moneda extranjera bajó más del 2 por ciento y en Nueva York hubo empresas que llegaron a perder más del 6 por ciento. Entre ellas se destacó la petrolera YPF, que cotiza a menos de 15 dólares, y comienza a alejarse de los picos de precios a los que había llegado a finales del año pasado.

Los bonos soberanos en moneda extranjera también marcaron bajas, y el riesgo país no consiguió mantener la tendencia a la baja de los 1900 puntos. Se destacó además un arbitraje abrupto con un bono en pesos ajustado por inflación. Durante la jornada este título con vencimiento en 2025 llegó a bajar cerca del 30 por ciento. Los inversores decidieron desprenderse de este título debido a que tenía un precio muy por encima de su paridad, una situación que se generó por los desequilibrios del mercado.

Las colocaciones en pesos (por ejemplo, los pases y los plazos fijos tradicionales) rinden cerca del 100 por ciento, cuando la economía se mueve con una tasa de inflación es más del 200 por ciento. Esto lleva a buscar alternativas en títulos que ajustan por inflación, que son tan demandados que tienen un valor de mercado superior a lo que prometen pagar al momento de su vencimiento (es decir, que operan por encima de la paridad). Pero también hace que aumente la presión por el dólar financiero, que si bien parece tener un valor caro en términos reales, es de las pocas alternativas de inversión.