La reserva indígena donde viven los integrantes de la comunidad yanomami en Brasil se encuentra en emergencia, según declaró el gobierno de Brasil por la cantidad de buscadores ilegales de oro o “garimpeiros”, como se los conoce, que destruyen la selva y violan y asesinan a miembros de la comunidad.

El hallazgo de numerosos casos de niños yanomamis con desnutrición grave, además de malaria e infecciones respiratorias en el estado de Roraima, encendió las alarmas. Las autoridades abrieron una investigación por "genocidio", enviaron alimentos y asistencia médica al territorio yanomami, tan extenso como Portugal, y emprendieron la expulsión de unos 20.000 mineros ilegales.

Los indígenas acusan a estos buscadores clandestinos de oro de violar y asesinar a miembros de su comunidad. Su actividad destruye la selva, y los priva de uno de sus principales medios de subsistencia, la pesca, al contaminar los ríos con mercurio.

En total, hubo 400 operaciones en el territorio en 2023, con la incautación de 600 millones de reales (120 millones de dólares), según organismos federales. Pero los "garimpeiros" retomaron la explotación y la crisis humanitaria perdura entre esta comunidad indígena de unos 30.000 miembros.

Entre enero y noviembre, murieron 308 yanomami, la mitad de ellos menores de cinco años, y muchos por enfermedades, respecto a 343 en 2022, según las autoridades sanitarias.

Críticas al gobierno

Lula reconoció la semana pasada que su gobierno está perdiendo la "guerra contra la minería ilegal" y prometió un "combate muy serio" contra este flagelo.

El Gobierno anunció que destinará cerca de 250 millones de dólares en 2024 para instalar una presencia permanente de fuerzas de seguridad y agencias federales en la zona.

"El gobierno del presidente Lula no estaba preparado, faltó organización en la crisis de salud", dijo Davi Kopenawa, jefe de la Asociación Hutukara Yanomami (HAY). Según la asociación, unas 330 hectáreas de reserva indígena fueron devastadas por el "garimpo" el año pasado.

"Parece que nunca acabará. Ahí donde los garimpeiros colocaron máquinas pesadas, el río fue destruido", denunció.