Ante las denuncias de Unidad Ciudadana sobre irregularidades en la carga de los datos de las PASO, el presidente Maurizio Macrì respondió con un informe sobre el escrutinio provisorio elaborado por el Ministerio del Interior, basado a su vez en una auditoría realizada por la ONG Transparencia Electoral. El blog El Disenso informó que el director ejecutivo de Transparencia, el radical Leandro Querido, es empleado de Rogelio Frigerio en el Ministerio del Interior, de la UBA y de la Legislatura porteña. La ONG no posee empleados registrados ni realiza aportes patronales, pero posee cuatro directores activos: uno de ellos, Adrián Veleff, es apoderado del frente UCR/Cambiemos Chaco; otro, Jesús Enrique Delgado Valery, pasó de recomendar “cómo combatir el mal aliento y blanquear tus dientes utilizando conchas de banana” a realizar análisis políticos y electorales de Venezuela y Argentina. Transparencia no tiene sede propia. Alquila el uso de una mesa y una silla y una sala de conferencias en una oficina compartida por la que paga 3.000 pesos al mes. Frigerio admitió que Querido era empleado del Ministerio pero negó haber pagado la auditoría. Los disidentes replicaron que el ex director nacional electoral y ahora Director de Asuntos Públicos del Correo Argentino, Alejandro Tullio, contrató a Transparencia Electoral por 200.000 pesos para auditar el escrutinio de las PASO. Tullio ha dictado seminarios junto con Querido. En noviembre de 2016, María Eugenia Vidal recibió una distinción en Washington por su impulso a la reforma política de la provincia de Buenos Aires para terminar con las reelecciones indefinidas. Se la entregó Leandro Querido en representación de “Transparencia Electoral”, la ONG que no le hace honor a su nombre.