En medio de la creciente escalada en Medio Oriente tras los bombardeos de EE.UU. en Siria e Irak, Washington y el Reino Unido lanzaron una nueva operación a gran escala contra trece zonas de Yemen controladas por los rebeldes hutíes, en represalia por sus ataques contra la navegación en el mar Rojo. El presidente Joe Biden advirtió que no descarta "nuevas acciones", que podrían tener lugar incluso en territorio iraní, mientras que el enviado especial de la ONU en Yemen, Hans Grundberg, pidió la reanudación del proceso de paz en el país.

De acuerdo con el Comando Central de EE.UU. (Centcom), Washington y Londres bombardearon 39 objetivos de hutíes repartidos en trece zonas de Yemen, donde los insurgentes controlan gran parte del noroeste y centro del país. Los ataques apuntaron contra varias posiciones en la capital, Saná, mientras que el canal de televisión Al Masira indicó que otras cinco provincias fueron bombardeadas: Hajjah, Dhamar, Al Bayda, Taiz y Al Hudeida, a orillas del mar Rojo. Los ataques se hicieron con el apoyo de Australia, Bahrein, Canadá, Dinamarca, los Países Bajos y Nueva Zelanda.

Nueva operación a gran escala

Esta fue la tercera operación conjunta estadounidense y británica desde que ambos países atacaron Yemen por primera vez el 12 de enero, aunque Washington en solitario efectuó bombardeos en las últimas semanas contra puntos de lanzamiento de misiles y drones de los hutíes. Los insurgentes aseguran que estas operaciones no están afectando sus capacidades militares e incluso han intensificado sus ataques contra navíos mercantes y buques de guerra desde entonces.

Varios analistas se muestran escépticos sobre la efectividad de los bombardeos contra los hutíes, que han resistido casi una década de campañas aéreas de la coalición militar liderada por Arabia Saudita, que interviene en la guerra de Yemen desde 2015. Esta vez los objetivos atacados fueron "múltiples instalaciones de almacenamiento subterráneo, comando y control, sistemas de misiles, sitios de operaciones y almacenamiento de vehículos aéreos no tripulados, radares y helicópteros", de acuerdo con el Centcom.

Las fuerzas estadounidenses insistieron en que estas acciones tienen como finalidad "degradar las capacidades de los hutíes utilizadas para continuar con sus ataques imprudentes e ilegales contra barcos estadounidenses y británicos, así como contra el transporte marítimo comercial en el mar Rojo, el estrecho de Bab al Mandel y el golfo de Adén".

Los hutíes prometen responder

Ante esta nueva operación, el oficial hutí Naser al Din Amer advirtió en su cuenta de X que los insurgentes responderán a los bombardeos de Washington y Londres hasta que se cumplan sus demandas. "O cesa la agresión contra Gaza o habrá una guerra hasta el día del juicio final", amenazó el responsable de los rebeldes, recientemente clasificados por EE.UU. como "organización terrorista".

Los bombardeos estadounidenses y británicos contra posiciones hutíes en el Yemen empezaron en respuesta a los ataques que los insurgentes hacen casi a diario desde el 19 de noviembre contra buques comerciales en el mar Rojo, por donde navega alrededor del 15 por ciento del comercio marítimo mundial. Desde entonces los insurgentes declararon una "guerra abierta" a EE.UU. y el Reino Unido y organizan manifestaciones multitudinarias semanales en todo el país para condenar los ataques de esos países, a los que acusan de "agresores" y "colonizadores".

En una nueva demostración de fuerza militar, cientos de representantes tribales leales a los rebeldes hutíes del Yemen desfilaron este domingo con artillería y ametralladoras en las afueras de la capital. Miembros armados de la tribu Arhab marcharon en un área abierta a unos 30 kilómetros al norte de Saná con ametralladoras y cañones antiaéreos de gran calibre, portando carteles del líder del grupo hutí, Abdulmalik al Huti, como muestra de lealtad al grupo insurgente chiita. Los hutíes dispararon al aire con varios cañones de diferente calibre, mientras otros dispararon desde sistemas de artillería antiaéreos soviéticos, arrastrados por camiones que desfilaban frente a miles de personas que observaban el desfile.

Máxima tensión en Medio Oriente

Esta nueva campaña contra Yemen tuvo lugar un día después de que EE.UU. bombardeara posiciones de las milicias proiraníes en Irak y Siria, ataques que según el gobierno iraquí y la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, dejaron 45 muertos. Un destructor de la Marina estadounidense derribó un dron hutí en el mar Rojo, mientras que aviones de combate F/A-18 y otro barco interceptaron otros siete más, informó el CENTCOM. Las acciones en represalia por la muerte de tres soldados estadounidenses el domingo pasado en Jordania desataron los temores en Medio Oriente de que la guerra en la Franja de Gaza se expanda.

El ministerio de Exteriores de los hutíes condenó los ataques y advirtió que las operaciones en Siria, Irak y Yemen "demuestran claramente que EE.UU. es la verdadera amenaza a la paz y seguridad internacionales". Los hutíes, junto con las milicias proiraníes de Irak, el grupo chiita libanés Hezbollah y los movimientos palestinos Hamas y Yihad Islámica, forman parte de la alianza informal "Eje de la Resistencia", capitaneada por Irán y profundamente antiisraelí y antiestadounidense.  

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, advirtió este domingo que EE.UU. tiene la intención de continuar los ataques contra grupos respaldados por Irán. "Todo empezó con los bombardeos del viernes por la noche, pero eso no es el final. Tenemos la intención de realizar ataques y acciones adicionales para seguir enviando un mensaje claro de que EE:UU. responderá cuando nuestras fuerzas sean atacadas o mueran personas", dijo Sullivan en una entrevista.

En una carta dirigida al Congreso estadounidense, Joe Biden advirtió: "De ser necesario ordenaré medidas adicionales, incluso contra los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica y su personal e instalaciones, para abordar la serie de ataques contra las fuerzas e instalaciones de los EE.UU." Biden defendió los bombardeos contra objetivos de las milicias proiraníes en Medio Oriente y dijo que con ellos Washington está tomando "medidas necesarias y proporcionadas", "compatibles con el derecho internacional" y con "el ejercicio del derecho inherente de los EE.UU. a la legítima defensa, tal como se refleja en el Artículo 51 de la Carta de la ONU".

La ONU pide reanudar el proceso de paz

El enviado especial de la ONU en Yemen, Hans Grundberg, pidió "salvaguardar los avances logrados hacia un alto el fuego" en Yemen, inmerso en una guerra desde 2014 que enfrenta a los hutíes con el gobierno internacionalmente reconocido y apoyado por Arabia Saudita. Grundberg urgió a "la reanudación de un proceso político liderado por yemeníes bajo los auspicios de la ONU", iniciado desde que el gobierno yemení y los rebeldes alcanzaran una tregua en abril de 2022, que se mantuvo en gran parte pese a que venció unos meses después.

Poco antes de la escalada de la violencia en Medio Oriente, los hutíes y el Ejecutivo de Yemen se comprometieron a finales de diciembre de 2023 a adoptar medidas para un alto al fuego en todo el país, al tiempo que se desarrollaron discusiones sobre una hoja de ruta para su implementación. Sin embargo los ataques en el mar Rojo y los bombardeos de EE.UU. y del Reino Unido contra los insurgentes han interrumpido este proceso.